|
“EL SILENCIO NO ES SALUD. GRITEMOS TODO LO QUE PODAMOS, CON TODO NUESTRO CORAZÓN”
Jueves 6 de septiembre de 2012. Plaza San Martín, La Plata.
Comienzo del XI Congreso Internacional de Salud Mental y Derechos Humanos
Silvina Rivilli. Directora del Congreso Internacional de Salud Mental y Derechos Humanos.
“Buenas tardes a todos y todas. Bienvenidos a La Plata, al Congreso de Salud Mental pero fundamentalmente al Congreso de las Madres. Fueron las Madres las que logran que todos nosotros estemos acá y que podamos ponernos a construir juntos, como construimos juntos este Congreso. La verdad que agradecerles de nuevo a ellas por esta posibilidad que nos dan a todos, de poder mostrar todo lo que podemos logr ar si sabemos seguir sus consignas. La consideración de ‘El otro soy yo’ y la construcción colectiva como los ejes fundamentales de cualquier construcción que nos permita tener un poco más de humanidad.
Realmente es muy emocionante vernos, encontrarnos todos acá y volver a agradecerles a ellas, y sobre todo a tantos jóvenes que se acercaron y que están trabajando de todas partes para que podamos hacer este Congreso y agradecerles a ellas porque fueron ellas las que nos enseñaron que el silencio no es salud, porque es una palabra que realmente produce un efecto y nos cambia como sujeto y nos cambia como sociedad, porque ellas nos enseñaron que la vida se paga con vida, con lucha, con esperanza, con revolución, reivindicando a sus hijos. Y no cobraron la ‘reparación económica’ y socializaron la maternidad: fueron las únicas. Y esas son las coordenadas que tenemos que seguir para poder cumplir juntos, para poder ampliar la posibilidad de un poco más de igualdad, de un poco más de inclusión, de un poco más equidad para todas y todos”.
Hebe de Bonafini. Presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo
“Nosotros, compañeros, queremos, antes que todo, agradecerles a todos los compañeros que trabajaron, pero esencialmente a Silvina que dio más que lo que cualquier persona puede dar. Gracias
La verdad, no solamente este año, el año pasado ha trabajado muchísimo. En ella va a todos los jóvenes que de distintas provincias están trabajando. Ella los organizó e hizo posible esto, posible también porque acá la gente, con (José) Cipollone a la cabeza y el intendente nos dieron todas las posibilidades.
Es muy importante para nosotros la marcha en La Plata. Las Madres en La Plata marchamos muchos años, desde el 78 hasta el 96 o 97. Después se abandonó porque las Madres de acá fueron dejando. Y fue una pena porque La Plata tuvo muchos desaparecidos, más de 2.500. La Plata era un lugar de jóvenes maravillosos, esto era un hervidero: iban, venían, militaban, trabajaban, estudiaban. Era una maravilla. Nosotros queremos que La Plata vuelva a ser eso, porque si bien es cierto que estamos muy bien, todavía hay que construir muchas cosas. Y las cosas las tienen que construir los jóvenes, no nosotras que estamos viejas. Nosotros necesitamos que los jóvenes trabajen, militen, estudien y se pongan las pilas para poder hacer como se hacían antes. No hay que cansarse de luchar. La lucha no puede cansar: si uno se cansa de luchar realmente ya es un viejo. Así que volver a marchar en esta Plaza para mí es muy emocionante porque nos recuerda a aquellos años tan difíciles. Empezamos a marchar en junio del 78 y muchos años marchamos en la plaza y, como algunas Madres no querían marchar ellas iban a la Iglesia San Ponciano, y todas las que marchábamos después de la marchar íbamos a la igl esia y ahí nos juntábamos para seguir haciendo cosas por los hijos. Son historias que aquí no se saben pero que ahora que las Madres tenemos un lugar en La Plata vamos a empezar a contar, vamos a empezar a trabajar para darle otra vez la historia, sobre todo porque tenemos que hacer un homenaje en serio, con la vida, con el cuerpo, con la cabeza y con el corazón a los miles y miles de pibes que se formaron y se prepararon en esta universidad, en esta ciudad, en los frigoríficos, en el Swift, en el Armon, en la Andería, en Berisso y en Ensenada, todos los que se formaron ahí dieron su vida por esta patria y todavía falta reivindicarlos.
Por eso, compañeros, este Congreso tiene un nombre bien agudo para pensarlo bien, ‘el silencio no es salud’, ni por la ley, ni por los encierros ni por los chaleco s químicos, ni por el abandono ni por un montón de cosas que pasan. Vamos a hablar, vienen muchísimas personalidades, vienen hombres y mujeres de todas partes, hombres y mujeres que vamos a intercambiar ideas, proyectos, trabajos y formas diferentes de tratamiento que se le da a mucha gente que está invisibilizada y lo que queremos hacer es que salga a la luz todo lo que pasa, discutirlo, para poder mejorarlo. Y es una manera de sanar y de tener voz. El silencio no es salud. Gritemos todo lo que podamos, con todo nuestro corazón, con todas nuestras fuerzas. Muchas gracias”
|
