Generando cambio

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Sobre el traumático suceso de Rosario, un trabajo extraordinario de la Paco Urondo... PDF Imprimir Correo
Escrito por Agencia Paco Urondo para Nuevo País   
Domingo, 27 de Enero de 2013 00:00

Una investigación y análisis sobre los hechos que acontecen en Rosario, mereciendo el gran esfuerzo realizado por la Paco Urondo, que gentilmente, posibilita a NUEVO PAIS, reproducir el citado material,con notas y entrevistas, para que cada uno de ustedes, comprenda mejor la situación que se vive en ése sector del país.

Rosario: ¿Por qué crece el narcotráfico?
La ciudad fue epicentro en el último tiempo de diferentes hechos violentos relacionados con el tráfico de drogas. Militantes territoriales y dirigentes políticos señalan la falta de políticas sociales y la connivencia con el delito de la fuerza de seguridad provincial. Opinan Movimiento Giros, Movimiento Evita, Eduardo Toniolli, Gerardo Rico y el especialista Norberto Emmerich.
Rosario: vulnerabilidad social y narcotráfico
Martín Romeo realizó en Twitter una "investigación" (@queruzo) con datos relevantes sobre la situación social en Rosario y su vínculo con el narcotráfico. Mirá los tuits. - El #queruzoInvestiga se llama "NarcoPasotismo para todos y todas". El que avisa no es traidor.
- El domingo nos atragantábamos c/esta noticia de los “chicos soldados a $150 x día” de Rosario.
- La Nación dedicó su tapa y 4 notas asociadas a “la guerra Narco en Rosario” y profusos 11.858 caracteres.
- Los diarios santafesinos ya venían reflejando el problema hace tiempo.
- En el último mes, los diarios La Capital y Rosario 12 dedicaron al tema Narco 64 notas y 290.340 caracteres.
- Estos diarios santafesiones registraron un promedio de 2,1 notas x día referidas al narco.
- Clarinete y La Nación en ese mes dedicaron un total de 7 notas y 33.015 caracteres a un promedio de 0,2 notas por día.  
- La cobertura de los diarios santafesinos es 814% superior en notas y 779% en caracteres.  
- La cobertura, claro, refiere indirectamente al descontrol del delito que se refleja en la tasa de homicidios.
- Decía hoy @agustinrossi que “el gobierno de Santa Fe perdió el control de la seguridad”. Veamos los datos.  
- S/ datos Min Just, tasa de homicidios dolosos prom país es 5,45 c/100 mil hab, en Rosario 2012 es 14,25. Un 161% superior.  
- Y eso no es todo. En 2011 la tasa de homicidios dolosos de Rosario era de 12,9. En 1 año aumentó 10,4%. UN ESCÁNDALO.  
- El gob Bonfatti había dicho infelizmente “desconozco la realidad de cada uno de los barrios de Rosario”.  
- Además desde el gobierno Provincial se molestaron por las comparaciones con Sinaloa México.  
- No parece oportuno q tanto el Gdor de Santa Fe como la int. de Rosario @MonicaFein hayan vacacionado en este marco.  
- S/datos de Nac Unidas c/las Droga y el Delito, la tasa de homicidios dolosos de México es de 22,7.  
- En el estado caliente de Sinaloa México es 48,7.
- Está claro que Rosario no es Sinaloa pero lo que importa no es la foto sino la película.  
- Sinaloa en el último año redujo su tasa un 39% y Rosario la aumentó un 10%.  
- Para entender la dimensión del negocio narco, consultamos a @pfbenedetti un argento funcionario del gob Mexicano.  
- “Un kilo de cocaína mayorista en Colombia se vende a 3.000 dólares y en México se vende a 8.000 dólares”.  
- “Ese mismo kilo de cocaína fraccionado y puesta en calle en EEUU se vende a 2.000.000 dólares”.  
- “¿Se entiende por qué no tiene solución? Hasta que EEUU no legalice el consumo no hay solución”.
- Claro que se entiende. Es muy grande la zanahoria.
- El narco se aprovecha de estados paquidérmicos, negadores y faltos de reacción por un lado.  
- Por otro lado, se aprovechan de la vulnerabilidad de los sectores más desprotegidos.
- Es interesante ver la evoluc. de un índice de máxima sensibilidad. Los jóvenes q no estudian ni trabajan. Los pasotas
- El término pasota se popularizó en España p/señalar peyorativamente a individuos al margen del orden social establecido.  
- En Rosario el 17% de la población son jóvenes de 15 a 24 años; son aproximadamente 205.000 personas.
- En el período 2003-2005 la tasa de jóvenes rosarinos que no estudiaban ni trabajaban promedió 11,9%.  
- En el período 2006-2008 la tasa de jóvenes rosarinos que no estudiaban ni trabajaban promedió 13,6%.  
- En el período 2009-2012 la tasa de jóvenes rosarinos que no estudiaban ni trabajaban promedió 18,2%.
- Ese promedio trepa al 23,8% cuando refiere a sectores vulnerables (pobres o en riesgo).  
- Estos jóvenes rosarinos vulnerables x ingresos u ocupación residen en hogares c/ingresos per cápita prom de 29$ x día.  
- Imagen el impacto de la prop de $150 x día(aún siendo delictiva) x algo q además les da “prestigio” y “respeto” barrial.  
- En un mes puede conseguir $4500 cuando residen en hogares c/ingresos prom. de $4450 y la mitad de ellos con $3830.  
- Muchos de ellos además de “defender a lo soldadito” el negocio, son consumidores rehenes.  
- S/me informan, los precios de venta son 30$ las “alitas” (suerte de paco).  
- “La bolita” (cocaína de bajísima pureza fraccionada con vidrio) a $20 x unidad.
- El “rivo” $4 c/u, un porro $2 y los ácidos $60.  
- En fin, ácidos son todos estos datos que angustian y requieren una respuesta en conjunto de la clase política
Hieren a tres militantes
Movimiento Evita: "Rosario es tierra de nadie"

El Movimiento Evita de la provincia de Santa Fe se pronunció en torno del gravísimo ataque a tres jóvenes militantes de esa fuerza política, baleados este jueves en barrio Nuevo Alberdi por quienes oficiaban como custodios de un búnker de venta de droga, que en la jerga del narcotráfico se conoce como “soldaditos”.
Comunicado del Movimiento Evita de la provincia de Santa Fe I Rosario es tierra de nadie. A pocos días de cumplirse un año del brutal triple crimen en barrio Moreno -aún impune-, y luego de las permanentes denuncias que venimos realizando acerca de la presencia de sectores del narcotráfico en las zonas más vulnerables de la ciudad, abandonadas por el municipio, adonde al narcotráfico le molesta nuestro trabajo social, podemos decirlo sin riesgo de exagerar: Rosario es tierra de nadie.
Ayer tres jóvenes compañeros de la JP Evita que estaban desarrollando su trabajo en la zona de Luzuriaga y Somoza, en Nuevo Alberdi, fueron baleados por “soldaditos” claramente vinculados con el narcotráfico. Uno de ellos, Gastón Arregui, permanece en gravísimo estado.
Ayer, durante toda la jornada, los medios difundieron la carta que el diputado del Movimiento Evita Eduardo Toniolli le remitió al senador por el departamento General Obligado, Orfilio Marcón, quien había justificado a policías que están procesados por cometer apremios contra detenidos en la localidad de Florencia. El senador radical, integrante del Frente Progresista, Cívico y Social, fue refutado por el vicegobernador Jorge Henn, de su mismo partido, pero cabe como nunca la definición de estos contrapuntos como un verdadero discurso esquizofrénico, para nada progresista, de modo alguno cívico y profundamente antisocial.
El ex gobernador Hermes Binner es responsable. El gobernador Antonio Bonfatti es responsable. La intendenta Mónica Fein es responsable. Los dos últimos salieron a caminar hoy, de recorrida por las obras de lo que denominan Ciudad Joven. “No tengo por qué conocer lo que está ocurriendo en particular en cada uno de los barrios de Rosario”, sentenció Bonfatti. Nosotros le decimos que sí, que un gobernante que gobierna para todos no sólo sabe lo que es la Ciudad Joven, debe estar en conocimiento y prestar atención a la Tierra de Nadie, también poblada por jóvenes, pero que no reciben la bendición del Estado socialista.
La intendenta Fein intentó atajarse y expresó: “En el barrio Ludueña tenemos tres centros de trabajo de promoción social y trabajamos con todos los centros comunitarios”, y acto seguido tuvo el desparpajo de decir que “el municipio de Rosario tiene 11.500 trabajadores y 8 mil están en el área social, trabajando en la inclusión, en la salud, en la cultura, promoción social y la vivienda”. La presencia permanente del Movimiento Evita en los barrios de Rosario desmiente ese despliegue de políticas activas que promociona la intendenta Fein, y ni ella ni Bonfatti pueden desconocer las sistemáticas denuncias que les venimos haciendo respecto del fenómeno de las bandas narco en sectores de la ciudad en los que el Estado no tiene presencia.
Sabemos que Fein está muy ocupada en hacer lobby para lograr que en 2014 el Rally Dakar salga de Rosario, y entendemos que el ex gobernador Binner quiera que la Argentina se parezca a Ghana. Desde el Movimiento Evita les advertimos hace ya mucho tiempo que nuestros legisladores y militantes no aceptarán de modo alguno la política de criminalización de la protesta social, y que la respuesta a fenómenos como la penetración del narcotráfico en las principales ciudades de la provincia sólo se puede combatir con políticas activas inclusivas, con un Estado alerta y presente en esos territorios.
Esa ausencia del Estado no se remite sólo a lo social, también se articula con la connivencia de parte de la fuerza de seguridad provincial. Cómo se explica, si no, que cada día se produzcan hechos de violencia producto del desembarco del narcotráfico en las barriadas rosarinas más vulnerables, sin la mínima participación de la policía, que debería proteger a los vecinos y a quienes desarrollan el trabajo social que municipio y provincia han abandonado por completo. El de barrio Moreno, hace un año, y el de ayer, son los más graves de esos episodios, pero no los únicos, ni están desvinculados entre sí.
Apenas las cámaras y los micrófonos dejaron de apuntar al escándalo de la narcopolicía, con jefes nombrados por los dos gobernadores socialistas investigados por su relación presunta con narcotraficantes, ya no se derrumban búnkers con topadoras, y esos que tiraron abajo ya abrieron otras “sucursales” en la misma cuadra o no muy lejos de allí. Si Bonfatti no lo sabe, porque dice no tener por qué estar al tanto de todo lo que pasa en los barrios de Rosario, el Movimiento Evita se lo muestra. Lo único que pedimos es que tanta falta de información por parte del gobernador no siga causando víctimas ni derramamientos de sangre como hasta ahora.
Firman: Diputado provincial Gerardo Rico, integrante de la Mesa Nacional de Conducción del Movimiento Evita
Eduardo Toniolli, diputado provincial y secretario general de la Departamental Rosario del PJ
José Luis Berra, secretario general del Movimiento Evita de la provincia de Santa Fe
Fernado Chino Rosúa, secretario político del Movimiento Evita de la provincia de Santa Fe
Gran Rosario
"La violencia es la contracara de los empredimientos urbanísticos"

Tras el enfrentamiento narco que dejó tres militantes del Movimiento Evita heridos, Juan Monteverde, militante del Movimiento GIROS, describe la realidad en los barrios de Rosario. "Lo que se vive hoy es el resultado de diez años de gobierno Socialista", aseguró.
Parte I
AGENCIA PACO URONDO: Queríamos conversar sobre todo lo que está sucediendo en el marco de lo que se conoce como el gran Rosario.
Juan Monteverde: En los últimos días tuvimos esta situación con los compañeros del Movimiento Evita. Una situación en medio de una balacera entre bandas narco del barrio Nuevo Alberdi y una situación que ya se había repetido hace un año, compañeros del frente Darío Santillán fueron acribillados en una situación similar. Es algo que se viene repitiendo sobre todo en la periferia de Rosario y que tiene que ver con la crisis del modelo de ciudad que viene planteando el socialismo, donde básicamente, hay determinados territorios que son los lugares donde cae toda la inversión pública y privada y otros territorios como los de la periferia, donde no sólo se ha abandonado a la gente, sino también, donde toda la sociedad deshecha lo que no quiere. Toda la marginalidad y demás, caen en la periferia y se producen nuevas disputas en término de tierras. La verdad, lo que se ve hoy es el fruto de estos últimos 10 años donde el socialismo decidió apostar por ese modelo de ciudad y hoy está trayendo sus consecuencias.
APU: Ustedes sacaron un comunicado bastante interesante en el que marcan que Rosario no es Sinaloa pero tampoco es Barcelona, le dan una vuelta de tuerca a todo esto que se viene diciendo y que no aporta mucho a la solución.
JM: Sí, lo que planteamos en este comunicado también tiene que ver con cierta crónica periodística, debido a la gran repercusión que tuvo el tema, donde se mostraba a Nuevo Alberdi en particular pero a los barrios de la periferia en general, como lugares directamente inhabitables, lo cual termina reforzando, no solamente la criminalización, la estigmatización de los sectores populares sino que justamente, aporta a esta visión de “territorio inviable donde no vale la pena hacer nada”. Recuerdo que en los 90 se planteaba esto de provincias viables y provincias inviables y tiene que ver con esto, traducido a los territorios de la ciudad. Cuando pasan estas cosas se escandalizan la sociedad política y la sociedad civil pero no se va al fondo de la cuestión.
Lo que planteamos es que se toma la cuestión del narcotráfico como un problema social de los barrios cuando en realidad, no se quiere ver que los que distribuyen estos barrios periféricos es consumido también por los sectores medios y altos de la sociedad. Esta misma sociedad que delega y terceriza en la periferia la distribución, cierra cualquier tipo de posibilidad de debatir despenalizaciones o legalizaciones porque ya lo tiene resuelto geográficamente, es decir, los que matan y los que mueren por el tema de la droga nunca son los sectores beneficiarios de este sistema sino los pibes de los barrios. Pareciera que una red de narcotráfico la pudieran armar cinco o seis pibes de los barrios cuando sabemos que no es así.
Sabemos que hay otro nivel de complicidad policial, una estructura empresarial ligada, no solamente al financiamiento sino también al blanqueo de los fondos. El narcotráfico maneja una cantidad de recursos impresionante que en algún momento, tienen que ser blanqueados y sabemos que los grandes emprendimientos inmobiliarios de la ciudad son financiados por cuevas, parte de cuyos fondos vienen, evidentemente, de este tipo de negocio.
Nadie quiere dar este debate cuando pasan estas cosas y lo único que se hace es seguir estigmatizando a los sectores populares que además, son a los que tienen después que venir a despedirles los muertos.
APU: A eso quería llegar porque cuando se habla de esto, se deja afuera a los compañeros que trabajan en el territorio como en el caso de ustedes que tienen un trabajo muy serio en Nuevo Alberdi, ¿no?
JM: No solamente a los compañeros que militamos sino también a todos los compañeros que hacen un esfuerzo tremendo por sobrellevar la situación en que viven. En los barrios no son todos narcos, no son todos delincuentes. Hay un pequeño grupo que por determinadas razones termina siendo una víctima más de cómo está planteado el sistema y parece que eso se olvida.
Un dato que nosotros aportamos cuando nos hacen alguna nota es que, por ejemplo, en el último de los censos que actualizamos cada tanto para tener información certera sobre el territorio, en la zona rural de Nuevo Alberdi no había un solo desocupado, es decir que toda la gente que vive allí trabaja y la mayoría tiene trabajo vinculado a lo rural, autogestivo, sin patrón, en esquemas más tradicionales y pareciera que todo eso no existe, que cada pibe que nace en un barrio estuviera condenado a ser delincuente, a ser soldadito, lo cual no es negar la situación. Sabemos que estas cosas pasan, que no es la primera vez que suceden y que hay que atacarlas pero hay que tener una mirada amplia de la situación porque si no, terminamos dando falsas respuestas.
En el comunicado mencionábamos la situación de México donde el Estado, además de ser cómplice de las redes de narcotráfico, plantea esta idea de la guerra contra el mismo, lo cual termina complicando aún más la situación porque a un negocio multimillonario como el narcotráfico se le suma otro negocio, el de la guerra. Perseguir a los narcos a donde quiera que vayan y esto termina siendo un negocio sobre otro y ninguno de los dos se resuelve. La salida, claramente, tiene que ir por otro lado y el debate tiene que ser planteado desde todos los ángulos y no solamente como un problema social que están viviendo los barrios sino como un problema político que tiene la sociedad en su conjunto.
APU: Volviendo al territorio: ¿Cuál es la situación donde trabajan ustedes?
JM: La situación general del territorio tiene que ver con una disputa que se está dando hace muchos años por la tierra. Nuevo Alberdi está dividido en dos zonas, la urbana y la rural.
APU: Recuerdo el conflicto que tuvieron el año pasado con bandas parapoliciales que los amedrentaban.
JM: Exactamente, en el marco de la disputa que te mencionaba, todo lo que la sociedad expulsa lo manda a la periferia y otro proceso que se viene dando en muchas ciudades es el de los barrios privados y la disputa que se da por la tierra es entre los sectores más altos que quieren la tierra de esa periferia y los más bajos que la vienen viviendo y resistiendo. Nosotros pusimos el eje del comunicado en esa idea,  en Nuevo Alberdi, el paradigma de ciudad viene queriendo resolver el problema y según su modelo que, básicamente es el de efecto derrame, neoliberal, donde la mayor parte del territorio en zonas de la ciudad de interés se le entrega a los sectores privados según lo que se llama “Convenio Urbanístico”, un convenio publico-privado que le entrega la mayor cantidad de tierra a los desarrollos inmobiliarios y con pequeñas migajas y en concepto de “compensaciones”, le exigen al privado el mejoramiento de los alrededores de su emprendimiento.
Este es el modelo que quieren imponer hace varios años en Nuevo Alberdi y que vienen imponiendo en otros sectores de la ciudad y el territorio le está poniendo el pecho y está resistiendo ese modelo e intentando construir otro. El concepto del Municipio es que la ciudad se expande en tanto haya intereses privados para hacerlo y en territorios donde hay ese interés. Un poco lo que planteamos es que esta crisis de violencia que se está viviendo, es la contracara de todos los emprendimientos urbanísticos que se llevaron a cabo en los últimos años.
Son los shoppings, casinos, grandes emprendimientos al estilo Puerto Madero y el empeño que se puso en esos lugares hizo que el resto quedara marginado y degradado con ninguna política pública apuntando en ese sentido. Hoy en Nuevo Alberdi, la situación que se da es esa: la presión de los grupos inmobiliarios intentando llevar adelante a toda costa ese proyecto y nosotros, con los vecinos organizados, resistiendo los desalojos, las presiones que estamos sufriendo e intentando mostrar un proyecto distinto. Que las periferias no necesariamente tienen que ser o barrios privados o asentamientos irregulares con esta lógica de lugar marginal, criminalizado, donde está el narcotráfico, entonces, como todas las discusiones se van uniendo, lo que proponíamos en este comunicado era cambiar ese eje de discusión que no nos lleva a ningún camino conducente, por lo menos para los sectores populares.
"Nada descarta que termine transformándose en un problema insostenible y muy difícil de manejar"
El especialista Norberto Emmerich analizó la situación del narcotráfico en la provincia de Santa Fe y particularmente en Rosario, epicentro de casos muy violentos en las últimas semanas.
Por Enrique de la Calle
AGENCIA PACO URONDO: La idea de volver a contactarte tiene que ver con los hechos ocurridos en Rosario, Santa Fe, supuestamente vinculados con narcotráfico. ¿Cuán grave es la situación? ¿Rosario puede derivar en algo como México? ¿Cuál es tu opinión sobre lo que allí ocurre?
Norberto Emmerich: Lo que está ocurriendo en Rosario y en general en Santa Fe es, para algunos especialistas en narcotráfico, relativamente novedoso. Por suerte empieza a salir y lo hace con hechos de gran magnitud. No es que se pueda comparar, como congelando la situación, con lo que sucede en México pero nada descarta que termine transformándose en un problema insostenible y muy difícil de manejar.
APU: ¿En principio se podría decir que está muy lejos de ser lo que, por ejemplo, es Sinaloa en México?
NE: Claro, pero a la hora de encontrar algunos puntos en común, lo más llamativo, lo que más se destaca es la postura, la actitud, la conducta de los gobiernos en relación a los vínculos que hay entre la política y el narcotráfico.  Uno los encuentra en seguida y es lo que se destaca más en el caso de Santa Fe, muy involucrado. A veces uno entiende que haya cierto grado de involucramiento, en parte porque el desarrollo de la actividad en el lugar no parece ser tan organizado y peligroso como en el caso de México y entonces, a ese nivel de grado medio de desarrollo del narcotráfico se supone que el involucramiento político no es muy elevado; pero en el caso de Santa Fe, por un lado el involucramiento y por el otro una incapacidad de gestión política del tema, no han logrado congeniar y eslabonar respuestas políticas con el Gobierno Nacional o con instancias federales, no han presentado el tema en instituciones, organismos, incluso con instancias a nivel nacional donde se discuta el tema, de tal manera que no sea una novedad sorprendente.
Por un lado, hay un cierto alto grado de complicidad, porque llega ya a la jefatura de policía de la provincia y por otro lado una especie de incapacidad de responder políticamente a la cuestión y de dar una cierta certeza respecto a que, independientemente de cuan desarrollado esté el problema, por lo menos el gobierno tiene noción de cómo actuar frente al mismo.
APU: ¿La situación en Rosario/Santa Fe, es diferente a la de otros lugares o uno puede ubicar fenómenos parecidos, por ejemplo, en el GBA?
NE: Sí, en relación con las características de estos hechos en comparación con otros países, estas son particularidades muy argentinas. Incluso la del mismo mundo futbolero es muy nuestra y no hay demasiadas comparaciones con otros lugares del mundo, por ejemplo, en el caso mexicano, este comportamiento de lo que se podríamos llamar las “barras” mexicanas es muy distinto ya que los partidos de fútbol no son lugares particularmente violentos. La sociedad mexicana es violenta, sobre todo, en las relaciones hombre-mujer y el homicidio es altamente frecuente en dicha sociedad. Por otro lado hay que tener en cuenta también que es una sociedad con fuerte componente indígena y campesino, cosa que no sucede en Argentina que tiene un alto componente urbano, con alto nivel educativo y con niveles de pobreza, comparado con los países latinoamericanos, muy reducidos, el de México es de alrededor del 50%.
En este sentido, las características de lo que estamos viendo suceder en Santa Fe son costumbres o formas bien argentinas. Ahora, si queremos comparar la forma en que suceden los hechos allí, sí son comparables con cómo se desarrollan en otros lugares y por supuesto, en el GBA e incluso en la ciudad de Buenos Aires. Lugares con altos índices de pobreza, con características de marginalidad o de exclusión bastante elevadas, procesos de empobrecimiento de larga data, el cierre de de cordones industriales también de larga data, la no renovación de mano de obra, incapacidad de gestionar económicamente y socialmente la zona, etc. Una serie de procesos que cuando el poder político tiene más o menos serias intenciones de encarar, se encuentra con enormes dificultades ya que no son proceso de carácter criminal sino que son de carácter social en los cuales las conductas criminales quedan inmersas.
APU: Según decías, entiendo que no ves una especificidad en Santa Fe respecto de otros puntos del país.
NE: Sí, si uno quiere ver el GBA, uno de los actores destacados es la policía como también sucede en Santa Fe, en cuyo caso hay que describir los pormenores de la intervención de la policía. Los casos de la provincia de Buenos Aires y del GBA son muy llamativos, la policía es uno de los principales actores criminales en esa zona del país. Pero el narcotráfico, en el caso argentino, también tiene comportamientos diversos dependiendo del lugar, las características, por ejemplo, el caso de Salta en la frontera con Bolivia nos encontramos con que el narcotráfico se conduce de acuerdo a factores geográficos.
La zona de Salvador Mazza-Yacuiba por ejemplo, es una frontera muy caprichosa porque Bolivia tiene una cuña dentro del territorio Argentino de tal manera que uno puede cruzar de Argentina a Bolivia y si sigue caminando, vuelve a Argentina nuevamente o lugares donde para entrar a Argentina hay que entrar por Bolivia. Son cuestiones históricas pero la geografía tiene mucha importancia. Son ciudades conurbanadas, o sea que Salvador Mazza y Yacuiba tienen un solo ejido urbano de tal manera que el tráfico, que es el primer problema en la zona, está constituido en una zona más tradicional de tal manera que nos encontramos con carteles en disputa por el territorio, con cobertura policial, involucramiento del aparato político con el tráfico de drogas, crímenes reiterativos de carácter predatorio por disputas por el control de las rutas del tráfico y del territorio. Un problema complejo que, llamativamente, no es tratado de manera binacional.
En el GBA tenemos características más clásicas de grandes conglomerados urbanos como Rosario con una crisis de expectativa en zonas que se empobrecen a raíz de crisis económicas –acordémonos que venimos de crisis cada 10 años y periódicamente desde la hiperinflación alfonsinista-, son golpes que, independientemente de cómo se vaya desarrollando la economía después, dejan fuera del sistema permanentemente a un grupo muy numeroso de población.
APU: ¿Por donde pasan las políticas para revertir este fenómeno del narcotráfico?
NE: Las políticas para resolver el tema no tienen el principio de que son de largo aliento. Una planificación de lucha contra el narcotráfico, por así decirlo, no tienen que tener como primer objetivo y más cercano al mismo. Lo que hay que hacer es quitarle el oxígeno. El narcotráfico tiene sentido social, no criminal, legal, jurídico sino social y político y se alimenta de la falte de respuesta de los estados nacionales a las exigencias sociales. Cuando el Estado no cumple con la ley, no garantiza la subsistencia diaria de los ciudadanos, cuando los valores, consignas, mensajes de los programas políticos son letra muerta, el narcotráfico crece sin proponérselo, simplemente porque no tiene ninguna de esas cosas declamatorias.
Elabora un discurso muy preciso que está íntimamente ligado a la realidad: promete trabajo, seguridad para sus integrantes, grandes ingresos económicos y cero democracia. No se discute, no se negocia y el precio para cualquier discusión o disidencia es casi siempre la vida, por lo tanto, es un sistema de regulación claramente específico para cada uno de los integrantes y al Estado nacional le cuesta mucho competir con eso porque la política de los estados nacionales siempre es ambigua, porque en la democracia lo que siempre es permanente es el combate entre incidentes, entonces todos son compromisos y todas son zonas grises entonces se vuelve dificultoso pero ejemplo, algunas medidas muy precisas que podrían tomarse en grandes conglomerados como Rosario y el GBA serían por ejemplo: que los trenes funcionen las 24 hs. del día, que las zonas de transporte estén bien iluminadas, mayor presencia policial por la noche. Esto hace que las zonas de tránsito de personas están vigiladas por las propias personas que transitan.
Aunque parezca mentira, no se pueden cometer muchos delitos en zonas de mucho tránsito de personas, bien iluminadas y gente comerciando legalmente. Esto no quiere decir que en el medio no se esté comerciando droga pero los narcos no ocupan ese territorio. Son medidas que importan un gasto presupuestario importante para los municipios que podrían formar parte del plan federal de lucha contra el narcotráfico. Que haya cabinas de teléfono con aparatos que anden –muchas por cuadra- junto a las estaciones de trenes. Nos encontramos con una ciudad de 10 millones de habitantes y después de las 10 de la noche la gente no puede ir a ningún lado, con lo cual la ciudad está desierta pero poblada, un territorio perfecto para que la gente que sí se anima a salir de noche haga los negocios de la manera que mejor le convenga porque no hay custodia. Ciudades inseguras para todos, donde nadie sale porque siente que es insegura y la sensación de inseguridad, además, es cierta, no un prejuicio. Algunas de estas medidas ayudarían a quitar esa sensación y a fortalecer la presencia ciudadana en las calles en horarios nocturnos.
APU: Siempre hay un actor relevante para pensar este tipo de fenómeno que son las fuerzas de seguridad, la policía, y lo que se propone tiene que ver con el control político sobre esa fuerza. No dejar que se autogobierne.
NE: La categoría de autogobierno o autogestión de los problemas de seguridad, por suerte, ya es una afirmación asumida por aquellos que estudian estos temas pero en los hechos, aunque todos empecemos a sumir dichos problemas como un problema de delegación del tema a las autoridades policiales, el hecho sigue sucediendo. Los gobiernos siguen entregando el tema seguridad para que la policía lo gerencie de la mejor manera posible, la policía lo hace pero, además, nos encontramos con que ésta no tiene capacidad de gerenciarlo “bien” como lo hacía en el pasado. ¿Qué significa “gerenciar el tema de seguridad” para la policía? Significa aceptar un standard más o menos normal, sobre todo en términos de carácter de comunicación, o sea, que las tapas de los diarios no estén llenas de noticias de inseguridad.
Gerenciar, entonces, el tema para alcanzar un status de inseguridad, de criminalidad urbana más o menos aceptable. Esto significa negociar   –expresamente o no- con los grandes líderes del crimen organizado, piratas del asfalto, prostitución, juego y narcotráfico para que sus actividades estén en una especie de paraguas que se entienda, en términos bastante amplios, como cumplimiento de la ley como sucede en EE.UU. Esa es la pretensión de la policía a la hora de gerenciar la seguridad. Durante largos períodos de la historia argentina reciente eso funcionó pero, evidentemente, en los últimos años, a raíz de las explosivas crisis económicas, nos encontramos que el delito, al ser derivado de una crisis social y al tener un origen y una explicación de naturaleza social, es una especie de delito de masas en el sentido de que no hay una frontera clara entre la persona que se conduce con pobreza en su vida diaria y el etiquetamiento de criminal que le adjudica la policía con estos pocos elementos que tiene para estandarizar al delito.
Cualquier persona que se vista, camine, se mueva, a determinada hora y hable de tal manera, es criminalizada, es sospechosa de estar cometiendo un delito de tal manera que estamos criminalizando personas inocentes y no estamos haciendo inteligencia “inteligente” sobre organizaciones y personas que sí ejercen delito en forma organizada, porque además, no hay una fuerte preocupación en el sentido persecución e inteligencia sobre el crimen organizado. La preocupación, tanto de los ciudadanos como de los funcionarios, a la hora de tocar el tema seguridad, son los robos y los hurtos callejeros, los homicidios, los secuestros en viviendas y demás, o sea, todo lo que tenga que ver con un impacto electoral o que pueda suscitar protestas por parte de la ciudadanía. El entendimiento del carácter de la criminalidad compleja está muy abandonado y muy dejado de lado.
APU: ¿Escuchaste a los funcionarios del gobierno santafesino? ¿Qué te parecieron sus declaraciones en torno al fenómeno?
NE: Los dichos de los funcionarios han sido en el tono de responder a particularidades de carácter político y defenderse políticamente y no expresan respuestas claras respecto a qué es lo que está sucediendo en la provincia. El ataque a los chicos del Movimiento Evita, como un hecho particularmente relevante de estos fenómenos es algo que debe realmente preocupar porque ahí hay un componente entre represor y delincuencial al mismo tiempo, complicado y complejo que debe resolverse. Estar todo el día defendiéndose y elaborando contrapropuestas políticas de carácter paranoico no ayuda para nada a esta cuestión.
Es una disputa de carácter comunicacional para ver quién le pone un slogan más atractivo a la hora de contraargumentar unos contra otros en un debate supuesto que más bien tiene un carácter de show o de espectáculo que de tendencia a discutir sobre un problema real. Cada uno utiliza la crisis de seguridad en Santa Fe como un argumento político preelectoral o semielectoral.
APU: ¿Para vos hay una crisis de seguridad en Santa Fe?
NE: Sí, si. Es evidente que sí. Me refiero a crisis de seguridad en lo que sea palmariamente claro que hay un desmanejo del tema. Independientemente de que uno pueda argumentar que esté provocada, que no hay muchos elementos o que los elementos que hay son escasos para decir que hay tal crisis, el problema es que no está manejada políticamente y en ese sentido, entonces, la lectura que hace cualquier organización criminal es que tienen una ventana para expandirse porque, evidentemente, no hay siquiera una estandarización del delito. Esto no quiere decir que no tengas un cierto grado de efectividad, no alcanza, no resuelve el tema pero, en cierto sentido, otorga un margen de racionalidad al comportamiento criminal. Las bandas saben cuál es el techo y cuál el piso dentro del cual pueden moverse.
Si en Santa Fe no hay una respuesta concordante, firme, fuerte, coherente, que agrupe a todas las fuerzas políticas alrededor del tema seguridad, la lectura que se hace es que estamos perdidos, no sabemos qué hacer y entonces se aprovecha inmediatamente y por eso los hechos se están acumulando y se seguirán acumulando en una crisis de inseguridad. Esto no hace más que colocar a Santa Fe en un escalón común y corriente del país porque el problema de inseguridad es una asignatura muy pendiente.
Oposición
Rosario: “El narcotráfico se inserta en los barrios incluso con políticas sociales”

Gerardo Rico es diputado provincial y responsable del Movimiento Evita de Santa Fe. Analizó la movilización realizada en Alto Alberdi, Rosario, donde una banda de narcos hirió a militantes de la agrupación.
Por Joe Cornejo
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cuáles fueron las actividades en Rosario este jueves 24?
Gerardo Rico: Hoy realizamos una movilización de más de tres mil compañeros, con mucha participación por fuera de las organizaciones. La idea era difundir la problemática que hoy conoce todo Rosario respecto a la inseguridad y la convivencia de la policía con el narcotráfico. Estamos muy contentos, primero por la participación, segundo por el hecho y tercero porque le decimos a la policía que vamos a redoblar nuestra apuesta en los barrios. Este nuestro lugar. Nuestra responsabilidad es con los más humildes, los excluidos del sistema, queremos continuar este proceso para ir por un país digno para todos.
APU: Causa perplejidad en Buenos Aires cuando el ex gobernador Binner o del actual gobernador Bonfatti se definen socialistas. Uno imagina que Rosario es la ciudad ideal de Argentina. ¿Qué lecturas hacen de la gestión socialista?
GR: Yo fui diputado en la gestión de Binner y ahora con Bonfatti. Por un lado tienen la legitimidad del voto que le dio la gente. Pero estamos todos defraudados. Así que desarrollamos tareas de oposición al gobierno provincial, pero con ideas nuevas. Porque después de cinco años de gestión, existe una policía con la cadena de mando rota, algo muy jodido para una democracia. El narcotráfico en connivencia con la policía trata de insertarse en los barrios incluso con políticas sociales, buscando soldaditos. Por otro lado, en Santa Fe se gastó el año pasado, en estupefacientes, 1.300 millones de pesos y no podemos decir que lo gastaron los humildes. Ese dinero sale de los sectores medios para arriba que son los que tienen más poder adquisitivo. Es decir, quienes cuestionan distintas políticas que uno implementa (para combatir el consumo) son aquellos mismos que consumen. Otro punto es un gobierno sin ideas, con recaudaciones récords, dado que desde Santa Fe sale el 70 % de los cereales del país. El problema no es cuánto recaudás, sino cómo repartís.
Esos recursos van siempre a los sectores medios para arriba por eso tenemos dos ciudades en Rosario, la ciudad preciosa, bonita, linda, la del centro que disfrutamos todos pero donde las necesidades son otras. Las prioridades deberían ser aquellos lugares que no tienen agua o luz, sin pavimento, donde las ambulancias no pueden acceder y ojo que el socialismo lleva 15 años gobernando (Rosario), esto no es una situación de ahora. Tiene marketing político avalado por grupos concentrados que son los que cuestionan el proceso de Néstor y Cristina.
APU: El riesgo es que se termine identificando el problema del narcotráfico con los sectores más pobres.
GR: Dónde está la droga, quién la consume, lo sabe todo el mundo. Algunos lo reconocen y otros, no. Nosotros tenemos claro que la existencia del Movimiento Evita tiene que ver la asistencia de los humildes, de los trabajadores y de los que más necesitan y por eso, vamos a redoblar nuestro esfuerzo en el territorio. Vamos a seguir desarrollando organización popular porque es lo que necesitan estos barrios periféricos y dónde nosotros queremos avanzar, en la educación, en la salud, a la seguridad y que no estemos velando todos los días a un pibe.
Sociedad
"La desigualdad hace que lo pibes se sientan atraidos por las bandas"

Eduardo Toniolli, dirigente del Movimiento Evita y diputado provincial, analiza la realidad de Rosario a partir de los enfrentamientos narcos que dejaron tres militantes heridos recientemente.
Agencia Paco Urondo: Contanos sobre las actividades que van a estar desarrollando estos días en Rosario.
Eduardo Toniolli: Estamos realizando una serie de actividades que tienen que ver con una movilización del Movimiento Evita junto a Unidos y Organizados, organismos de derechos humanos y otras organizaciones sociales reclamando Justicia por los compañeros baleados hace unas semanas en Nuevo Alberdi y por todos los casos de pibes que mueren en el cordón de Rosario a partir del accionar de estas bandas narco.
Después, los días viernes y sábado vamos a hacer una jornada solidaria que tiene que ver con recuperar los lazos sociales del barrio y llevar adelante actividades de construcción de infraestructura básica: zanjeo, poda, el armado de una cancha de fútbol y una plaza, etc. Son todas cuestiones mínimas que hacen a una necesidad producto de la falta de inversión del Estado, en este caso fundamentalmente municipal, generando que el espacio público termine ocupado por los narcos.
APU: Describís esa realidad social al contarnos el motivo de estas actividades, ¿Qué más nos podemos al respecto? ¿Cómo se vive allí?
ET: Es una ciudad que en los últimos años ha visto crecer enormemente la tasa de homicidios, que es un dato objetivo, y fundamentalmente entendemos que ese crecimiento se da en base a estas bandas que operan con mucha inserción territorial, producto de estrategias.
APU: ¿La contracara de esa realidad de lo barrios son los emprendimiento urbanísticos?
ET: Si, esa es una lógica muy propia de Rosario. Hay una ciudad pujante y desarrollada, la de los grandes emprendimientos urbanísticos y por el otro lado, la otra Rosario. Una y otra tienen un nexo que es el comercio de estupefacientes. Estas mafias tienen como expresión más capilar los pibes de los barrios que mueren en los enfrentamientos, pero no podrían existir sin una estructura de lavado de dinero. Si hablamos de autos de alta gama funcionando en el marco de estas bandas es porque encima de esto hay una estructura de lavado que tiene que ver con otros sectores de la sociedad que no son los que se exponen.  
APU: A partir de que te tomó publico conocimiento la relación entre un jefe de policía y las bandas narcos, ¿Cambió algo a nivel provincial o municipal?
ET: En materia de seguridad no hubo cambios sustanciales, hubo continuidad a la gestión que existía poniendo en el lugar vacante al segundo de la fuerza, Cristian Sola. No hubo una vocación por avanzar en una reforma integral de la fuerza.
APU: ¿Qué reformas están proponiendo?
ET: Venimos sosteniendo la necesidad de generar determinadas herramientas que tienen que ver  con tener controles cruzados de las fuerzas de seguridad, como por ejemplo a través de la creación de un cuerpo de policía judicial o el recorte de la potestad que guarda la policía en la provincia de Santa Fe. Todas medidas para empezar una reforma integral.
APU: ¿Qué desarrollo tiene el narcotráfico en Rosario?
ET: A falta de estadísticas específicas en el tema, tomamos como dato palpable el crecimiento de la tasa de homicidios. Si desglosamos los hechos que ocurren podemos relacionarlos directamente con la existencia de estas bandas.
APU: El otro día un especialista nos decía que el narcotráfico muchas veces ofrecía a los jóvenes posibilidades de enganchar  actividad que le deje recursos, ¿Compartís ese diagnóstico?
ET: Creo que más que producto de la exclusión es producto de la desigualdad esta atracción que generan las bandas. El mercado ofrece pautas de consumo que no toda la sociedad puede alcanzar de manera pareja, entonces aparecen estas bandas como vía rápida para alcanzar estas pautas de consumo, como una instancia de identificación, de prestigio, en el marco de un horizonte que no el mejor. Posiblemente muchos tengan hoy una posibilidad de enganchar una changa o algún trabajo informal, pero evidentemente no tienen el atractivo del acceso al consumo efectivo rápido de determinados bienes que ofrece el mercado inmediatamente.
Como no estamos en el 2001, 2002, cuando en los barrios había que palear el hambre, me parece que no es un fenómeno producto de la exclusión. Hoy hay reclamos de otras cosas, el consumo es algo a alcanzar y cuyo mecanismo para alcanzarlo no está repartido igualmente para toda la sociedad.

 
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