Escrito por Agencia Paco Urondo, Especial para Nuevo País
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Domingo, 04 de Agosto de 2013 21:00 |
Los números de la cultura en la ciudad
La
gestión en materia de políticas culturales que ha llevado adelante el macrismo
se inclina por la actividad privada, ignora a los barrios más humildes, recorta
presupuesto y recurre a la represión como salida a la resistencia de los
trabajadores.
Por
Luciana Sousa
La
gestión en materia de políticas culturales que ha llevado adelante el macrismo
desde su asunción en 2007 comporta las mismas características que la del resto
de sus iniciativas; se inclina por la actividad privada, ignora a los barrios
más humildes, recorta presupuesto y recurre a la represión como salida a la resistencia
de los trabajadores.
En primer lugar, el presupuesto destinado a la promoción de la cultura fluctuó
entre 3,7 y 3,3%, siempre por debajo del 4,3% que se destinaba en el año
2003.
Este recorte impactó de manera casi inmediata sobre el salario de los docentes
y trabajadores afectados a los programas de promoción de la cultura como el
Programa de Centros Culturales en los barrios, proyecto creado en 1984, por el
cual se dictan unos 1200 talleres. Algo similar ocurrió con el Programa de
Orquestas Juveniles de la Ciudad, del que participan 1700 chicos de entre 6 y
18 años que cursan a contraturno en establecimientos educativos públicos
ubicados en las zonas más carenciadas de la Ciudad: Flores Sur, Villa Lugano,
Villa Soldati, Mataderos, La Boca, Constitución, Barracas, Balvanera y Retiro.
Estos barrios son sistemáticamente ignorados por el gobierno porteño por lo menos
en cuanto a agenda cultural se refiere; Constitución, Soldati, Lugano, Paternal
y San Cristóbal, barrios populares, no tuvieron agenda cultural programada para
estas vacaciones de invierno, mientras que en otras zonas más exclusivas dela
Ciudad, como Recoleta, Palermo o Puerto Madero ofrecen talleres, exposiciones y
visitas guiadas gratuitas.
Además del recorte presupuestario, Macri ha vetado una serie de iniciativas
tendientes a achicar la cartera en la Ciudad: entre ellas, la Ley 2626 que
habilitaba la realización de la feria en la Plaza Julio Cortázar; la Ley 2584
que preveía el otorgamiento de $500 mil al Collegium Musicum de Buenos Aires,
destinado a becas y conciertos; la Ley 2587, destinada a promover e impulsar
Medios Vecinales de Comunicación Social, entre otras.
A ello se le suma la “puesta en valor” del Teatro Colón, que supuso la
suspensión de las actividades por tres años y el pase a disponibilidad de más
de 100 trabajadores; y la represión en la Sala Alberdi, bastión contra
hegemónico que convocó a cientos de jóvenes que se oponían a la privatización
de la sala y que durante más de dos años resistieron varios intentos de
desalojo por parte de la gestión del ingeniero.
En materia arquitectónica, Macri ha ignorado a muchos de los edificios que
conforman el “patrimonio cultural” de la ciudad, como la última morada de
Alfonsina Storni, o los subtes La Brugeoise, por no hablar de la infeliz
intervención en la avenida más característica de la Ciudad, la 9 de julio.
En cuanto a la cultura popular en las calles, mientras Macri continúa
“inaugurando baldosas” en la calle Corrientes, cerca las plazas, desaloja
artesanos y destruye la actividad ferial. Así, además de mostrar un total
desprecio por el espacio público, avanza sobre los puestos de trabajo de
artesanos, cooperativas y pequeños productores.
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Última actualización en Domingo, 04 de Agosto de 2013 12:18 |