Archivo
Histórico
Municipal – Aldo Pirola
El baúl de la Historia
Las
calles
de Pringles: Juan Pablo Cabrera
El pueblo
va creciendo, y se impone nombrar nuevas calles. Sin embargo,
la decisión
no será fácil. Sin
duda, uno de los
homenajeados debía ser la primera autoridad: Juan Pablo
Cabrera.
En
septiembre de
1927, se presenta en el Concejo Deliberante un proyecto de
ordenanza para
denominar a calles de Pringles que no prosperó. El entonces
concejal, doctor
Manuel B. Cabrera, reclama porque:
“se ha eliminado el de Cabrera y pide
como homenaje a
la memoria del único fundador de este pueblo que se le dé a
una calle el nombre
de Juan Pablo Cabrera, expresa su extrañeza de que se haya
prescindido de ese
nombre que debió, dice, figurar en primer término por ser el
del fundador del
pueblo y no, dice, lo solicito porque sea mi señor padre”.
Luego
de un, por
momentos, áspero debate, se decide retirar el proyecto y dejar
para más
adelante la nueva nomenclatura.
El
tema se retoma
el 30 de junio de 1932, fundamentado en el próximo
cincuentenario de la
creación del Partido (10 de julio). Ese día se sanciona la
Ordenanza N° 305,
por la que se rinde “homenaje
a quienes
invistieron carácter de primeras autoridades de aquel
entonces” nombrando
las siguientes calles: 53: Juan Pablo Cabrera; 54: Felipe
Medina;
Circunvalación: Palmiro Milani.
El
primero de
ellos, Juan Pablo Cabrera había nacido en Ranchos en 1841. Su
padre, Gil, había
tenido 10 hijos, de los cuales Juan Pablo era el menor. Desde
joven se dedicó a
actividades ligadas a la ganadería en su zona de origen. Casado
con Josefina
Boriñigo, fue padre de seis hijos, entre ellos del ya citado Dr.
Manuel
Cabrera, de larga trayectoria personal y política en nuestro
medio.
La
masonería lo
contó en sus filas. Iniciado en el año 1869 en la Logia Caridad
Nº 22, en 1895
figura formando parte de la Liga La Plata Nº 80.
Su
actividad
política la desempeña enrolado en el partido Alsinista. Durante
la revolución
de 1874 forma parte de las tropas que dirige el general Julio
Campos contra los
sublevados, partidarios de Mitre (o sea que, según se desprende
del artículo
publicado sobre Stegmann, ambos estaban enfrentados en esta
ocasión).
Al
año siguiente,
en diciembre, marcha a Azul a sofocar el Malón Grande preparado
por los
caciques Juan José Catriel, Namuncurá, Baigorrita y Pincén,
quienes se
resistían a ser desplazados a otras tierras como pretendía
imponerles el
gobierno nacional.
Más
tarde, en
junio de 1880, cuando el gobernador Carlos Tejedor desconoce la
elección de
Julio A. Roca como presidente, participó defendiendo a este
último junto al
general Levalle.
En
nuestra zona,
Cabrera se instaló en el paraje denominado Bella Vista, en el
establecimiento El
Piquillín, centro de sus actividades.
Cuando durante la gobernación del Dr. Rocha se creó el partido
de Coronel
Pringles, Cabrera –amigo personal del ministro D´Amico- fue
designado juez de
paz. En el establecimiento La Alfalfa, el
24 de septiembre de 1882, convocó a los vecinos a formar la
primera Corporación
Municipal y la Comisión Asesora, que debía determinar el lugar
en que se
levantaría la población.
Desavenencias
internas
lo alejan de la función pública en nuestro partido, lo que
recuerda en
las palabras que dijera en la celebración patria de mayo de
1887, según reflejó
el periódico La Libertad,
cuando se
le obsequiara una medalla de oro en reconocimiento a la tarea
realizada:
“Efectivamente, señores: he sido un
humilde obrero en
la formación de este pueblo y circunstancias ajenas a mi
voluntad me separaron
de la dirección de sus destinos, pero antes como ahora, tengo
los mismos
sentimientos y estoy dispuesto a influir, con la ayuda de
todos, por el
adelanto de Pringles; (…).
Tenemos en el cortísimo tiempo que ha
transcurrido
desde la formación de este pueblo, prerrogativas precisas que
admiran muchos
pueblos de la provincia con cincuenta o cien años de vida,
puesto que tenemos
el derecho de elegir municipalidad, cosa de que ellos carecen
y que sólo por
una indolencia imperdonable de las autoridades salientes no
podemos llevar a
cabo, puesto que no quisieron cumplir con la ley electoral de
1876, dejándonos
sin poder hacer uso de nuestras prerrogativas por dos años:
pero sin embargo
nuestros amigos de la Legislatura pronto se harán oír y
volveremos a recuperar
esos derechos que por un instante hemos perdido. Y una vez
devueltos al
gobierno, señores, los 2500 pesos por legua de la tierra que
nos ha cedido, más
los gastos y el valor de una pequeña fracción expropiada,
podremos considerarnos
uno de los pueblos más ricos de la provincia.
Y pienso también que si el vecindario
del pueblo y
especialmente su municipalidad, cuidad sus intereses, pueden
reclamar de la
superioridad las tierras que por decreto del 7 de diciembre de
1883 le
pertenecen y que por un error quizá de la Comisión, ha pasado
a ser propiedad
de particulares”.
Efectivamente,
los
conflictos por la propiedad de la tierra se hacen sentir en la
inspección que
hacia fin de año llega a nuestro pueblo.
Años
más tarde, es
designado por el gobernador Bernardo de Irigoyen, como
Comisionado Interventor
en nuestro partido, cargo que desempeña entre el 5 de marzo de
1899 y el 22 de
agosto del año siguiente.
Falleció
en la
Capital Federal, el 22 de julio de 1925.
El
Álbum del
Cincuentenario de Pringles (1932), publicado por el diario El Orden, lo recuerda:
“poseía así como su porte
caballeresco de gentil
arrogancia que imponía corrientes de simpatía hacia sí, un
espíritu noble y
bonachón, como decimos hoy, chapado a la antigua, por la
rectitud de sus
procederes, la justiciera finalidad de sus actitudes y la
nobleza y sinceridad
que ponía en todas las expresiones de su personalidad
atrayente”.
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