Presentaron la 74° Fiesta Nacional de la Tradición de San Antonio de Areco -Se realizará del 1° al 10 de noviembrePrimera Fiesta de la Tradición
Antecedentes de la Fiesta
Un día de julio de 1926, salieran de las prensas
arequeras de Don Francisco A. Colombo, la novela gauchesca "Don Segundo
Sombra" de Ricardo Güiraldes. Así, el Pago de Areco, comenzaba a
transitar por los primeros tramos de una huella que desembocaría en la
creación del Día de la Tradición. En 1939, ya estaba
inaugurado y en funcionamiento el Parque Criollo y Museo. Ese mismo año,
por iniciativa del intendente municipal de San Antonio de Areco,
Don José Antonio Güiraldes y el gobierno de la provincia de Buenos
Aires, Dr. Manuel Fresco, instituyó en su territorio el Día de la
Tradición. Una ley ordena su celebración en San Antonio de Areco y Luján. En 1984 la legislatura provincial, agregó un artículo a esa ley y dispuso que San Antonio de Areco sea sede permanente del Día de la Tradición.
La Primera Fiesta
La primera fiesta del Día de la
Tradición en 1939, se realizó en la intimidad pueblerina, con la
participación de los estancieros y paisanos de los alrededores.
El Parque Criollo carecía de las instalaciones y de la infraestructura
de las que dispone en la actualidad. No existía la Playa de Doma y
Destreza, la jineteada de potros reservados se realizaba delante o entre
un público espectador al que se lo separaba del animal montado
solamente la distancia prudente. Un palco municipal de madera, servía de
lugar de ubicación privilegiada. El desfile o paso de los
gauchos no estaba en el programa. Ese año inaugural de la fiesta asistió
un amigo del intendente municipal, un estanciero del sur, portaba una
bandera argentina de buen tamaño, pero no tuvo mayor aceptación. Sin
embargo, la calidad de huésped del abanderado y el don de gente de los
organizadores hicieron que ese gaucho de ricas prendas y regia apostura
pasara entreverado en los grupos con la bandera. Al año siguiente la fiesta se celebró en La Plata. Pero en 1941, volvió a ser sede San Antonio de Areco.
Entonces, ocurrió algo tan imprevisto como insólito, enfrente a la
intendencia se habían reunido autoridades e invitados para ver pasar a
los gauchos rumbo al parque criollo. Un empleado de la municipalidad vio
venir a los jinetes y recordó lo ocurrido en 1939. No vio a nadie con
bandera y corrió al interior de la casa del que volvió con una bandera
atada en su asta, dejada allí por una escuela. Se la entregó al primero
que encontró, y éste, al primer gaucho de a caballo que tuvo cerca.
Desde entonces, se instaló una costumbre, que ya es un rito: el jinete
pre abanderado y su escolta sale rumbo al desfile y llega al palco
oficial, donde lo espera la autoridad de mayor rango quien entre los
aplausos de la concurrencia, le entrega la bandera de desfile que recién
entonces lo convierte en abanderado. Los primeros desfiles
se hicieron alrededor de la Plaza Principal. Los asados se servían en
los fogones instalados en la antigua quinta de Guerrico. Allí se
guitarreaba y se bailaba. A la noche, la fiesta culminaba en el Hotel
Plaza, en la esquina de Don Segundo Sombra y Ruiz de Arellano.
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