LA NOCHE DE LAS PROVINCIAS EN NUEVO PAÌS

Tal vez, me demorè unas horas en hacer el informe de lo vivido anoche en las distintas Casas de Provincias de nuestro paìs, insertadas en el corazòn de la Ciudad de Buenos Aires, pero la situaciòn ameritaba a la demora, porque estuve hasta altìsimas horas de la madrugada, disfrutando de una de las noches màgicas que puede vivir el ser humano, pleno de libertad y amor por las cosas nuestras. Cabe agregar que recièn casi a las 21,45 horas, salìa del teatro, en el Centro Cultural de la Cooperaciòn, luego de presenciar una obra teatral superlativa de Eduardo "Tato" Pavlovski, junto a Susy Evans; Eduardo Misch y Paula Marròn, dirigida por Elvira Onetto y magistralmente difundida por mi amiga Adriana Schottlender, titulada "ASUNTOS PENDIENTES", recomendada fervientemente por nuestra redacciòn. Era razonable que despuès de todo lo andado y terminar a las 6 de la madrugada de hoy, dejara para luego el comentario de la jornada trasnochadora, y aquì va el resultado de la misma, luego del reparador descanso. Comencè por la Casa de Santiago del Estero, por motivos concretos, soy hijo de santiagueña, Marìa Esther Pintos, nacida en Fernàndez, sobrino de la misma corriente provincial, Malbràn, lugar donde naciò la hermana de mi madre; tengo un cuñado santiagueño de Colonia Dora, un tipo sensacional, Juan Carlos Silva; soy amante de la chacarera, la mejor mùsica nacional, sin el ànimo de que se enojen otros hermanos de nuestras regiones, en fin, ademàs, madre de ciudades, la Santiago del Estero que estaba calificada como capital de la Gran Tucumàn, cuando todavìa no se habìa armado el paìs, precisamente, como naciòn. ¿Mucho, no? ¡Còmo para no despreciar èste incio de visita a cada Casa de Provincia en una noche excepcional e inolvidable.
En Florida, casi Sarmiento de nuestra Cudad de Buenos Aires, pude presenciar el recital de Peteco Carabajal, siempre infaltable a la hora de los grandes eventos populares, junto al pueblo, como lo ha realizado a lo largo de su carrera, como asì tambièn, todos los Carabajales, estandartes de nuestra mùsica popular.
Pero claro, habìa que recorrer todo el espectro de cada regiòn del paìs y 23 casas me estaban esperando, para realizar el comentario de lo que iba a vivenciar en la noche màgica porteña, con todo el interior sumergido dentro de mi cuerpo, entre riquìsimas empanadas, el mistol, licores de chañar y otras virtudes culinarias de la tierra santiagueña. Y ahì, empecè a recorrer, entre copas y degustaciones culinarias, la Casa de Entre Rìos, con un escenario monstruoso instalado en Còrdoba y Suipacha, con los musiqueros entrerrianos y las hermosas mujeres de Gualeguaychù que volvieron locos a los concurrentes con sus vestuarios murgueros. Ademàs, pude conversar con las «gurisas» de San Josè y Diamante, siempre firmes con NUEVO PAIS, sobe todo por el gran sentido de afecto que tenemos con los intendentes Pablo Canali y Claudia Gieco, de San Josè y Diamante respectivamente, àltamente comprometidos con la causa nacional y popular.
Claro, habìa que seguir y los años y el «cuero» no «dà pa tanto», asì que entre copetines y comidas excepcionales, caminè algunas cuadritas, para irme a la fiesta que Jujuy y Misiones, que estàn «pegaditas» ahì en la Avenida Santa Fe y casi Carlos Pellegrini. Mezcas de carnavlitos, huaynos y chamamè y polcas, me dejaron el alma en plena armonìa, siguiendo con la desgustaciòn de productos regionales, pero con el firme propòsito de estimular a las autoridades, para que año a año se repita, simplemente, porque pude ver disfrutar a cada concurrente, de todas las latitudes y condiciones sociales, màs aquellos turistas que se acercaban a cada escenario, con un amor y entrega contundente, bailando cada tema musical autòctono, como si hubiesen vivido toda la vida en la provincia que los representaba en èse crucial momento.
Toda una fiesta popular, digna para que se repita asiduamente.