Desde hace varios años existe una camada de artistas que renuevan el
cancionero trasandino, a la vez que dan la disputa por una nueva
identidad chilena. En sus letras y en su música encontramos esa
búsqueda, que es también la de toda América. Son tiempos nuevos que
piden hombres nuevos, y mujeres nuevas.
Por Juan Ciucci
Podemos comenzar intentando recuperar algunas viejas historias, de
aquellas que conforman nuestras tradiciones, o al menos lo que de ellas
podemos recordar. En ésta Suramérica que nuevamente intenta una unión
emancipatoria, nos falta establecer una plena conexión cultural que
enriquezca los intercambios políticos y económicos ya existentes.
Por eso volvemos sobre aquel otro tiempo de encuentros, donde las
músicas de América convivían y enriquecían nuestro patrimonio cultural.
La Nueva Canción Chilena fue parte fundante de aquellos tiempos, con
una producción artística que consolidó su lugar en nuestro cancionero
popular: Gracias a la vida, Te recuerdo Amanda, Plegaria a un labrador…
La noche se impuso a fuego y muerte en Chile, y vivimos separados por
mucho tiempo. Todavía nos cuesta el reencuentro, y es por eso que casi
no conocemos a quienes están forjando allí un nuevo sueño. Hoy sabemos
de los jóvenes que luchan por sus derechos, por una educación libre y
gratuita, y por un futuro mejor en su país. Conocemos las luchas del
Pueblo Mapuche, otra de las deudas comunes de las democracias del
continente. Sabemos de los paros y movilizaciones del movimiento obrero,
que intenta clausurar largos años neoliberales.
A veces pecamos de una linealidad en nuestra lectura de los cambios
económicos/políticos/sociales y las expresiones artísticas que en ese
contexto surgen. Buscamos que sean una consecuencia lógica, y no parte
de un diálogo. Desde hace varios años existe una camada de artistas que
renuevan el cancionero trasandino, a la vez que dan la disputa por una
nueva identidad chilena. En sus letras y en su música encontramos esa
búsqueda, que es también la de toda América. Son tiempos nuevos que
piden hombres nuevos, y mujeres nuevas.
Si pensamos en Manuel García, Los Bunkers, Javiera Mena, Chinoy,
Prehistöricos, Gepe, Juana Fe, Nano Stern, Pascuala Ilabaca o Camila
Moreno (ver nota);
encontramos algunas líneas comunes en la búsqueda de ese nuevo sonido,
junto con una nueva identidad. Cantautores que interpelan la actualidad
de esta América, con sonidos que se apartan de un solo estilo o
registro; y que hermanan las exploraciones que todos comparten. Porque
es en los caminos donde se conforman las identidades.
Y en esas búsquedas, parecen poder encontrar una relación más fluida con aquella idea un tanto difusa de lo latino;
con giras por México, Colombia o EEUU. En la Argentina por ahora,
lamentamos, no son ni tan conocidos ni tan difundidos. Esperemos no
falte tanto para que invadan nuestro suelo patrio, los hermanos
trasandinos.
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