Suplemento Cultura Popular: Hoy, Javier Trimboli; Ingrid Beck y Tristan Bauer.-
Entrevista con el historiador Javier Trímboli, quien nos ayuda a
repensar la relación de Chávez con la historia y la figura del
Libertador Bolívar.
Por Juan Ciucci
APU: ¿Cómo analizas que Chávez recupera a Bolívar, a nuestros próceres?
Javier Trímboli: Podríamos comenzar diciendo que es
un movimiento de actualización del pasado, de revivirlo. La mayor parte
de las veces, el uso que hace la política y el Estado del pasado, es un
uso meramente pintoresco. O de un pasado que ha quedado definitivamente
anclado en un tiempo pretérito. Lo que hace Chávez en los ’80, con el
Ejercito Bolivariano Revolucionario, que es un núcleo casi clandestino,
con la decisión antiimperialista de intervenir tarde o temprano en la
suerte de su país; es encontrar en la figura de Bolívar una figura
activa que va a acompañarlo.
Chávez decía “de la mano de Bolívar”, casi
que lo convirtió en un actor del presente. Esa capacidad de producir ese
movimiento es brillante. Las más de las veces uno puede suponer que
alguien que produce ese movimiento puede caer en una figura patética,
por lo imposible. Lo que hizo Chávez con Bolívar dejó de ser
inverosímil. Cuando Nietzsche en 1874, en una de sus Consideraciones
Intempestivas dice que la única historia que le interesa es la historia
para la vida, una historia que lo haga vivir más plenamente. Chávez
transformó a Bolívar en un texto, en una vida que hiciera más rica la
vida presente del Pueblo venezolano. El maravilloso texto que es el juramento del Monte Sacro,
del monte Aventino de 1805, está el joven Bolívar con su maestro Simón
Rodríguez, juramenta que está dispuesto a construir una nueva historia
desde América, porque Europa es absolutamente decadente, y nada se puede
construir desde allí. Termina diciendo una promesa, que es liberarse
del dominio español para construir la verdadera hermandad entre los
hombres desde América. Chávez -con ese texto genial que apenas son unas
páginas-, cuando comienza a conformar su núcleo político, cada uno que
lo integra tiene que juramentar ese juramento de 1805. Lo que le cambia
es no sólo del poder realista, sino de todos los poderosos.
Otro punto es una gran discusión, dentro del marxismo; y es válida
porque el propio Chávez se convirtió en un gran interpelador que toma y
deja de lado cosas del marxismo permanentemente. Parte del XVII Brumario
de Luis Bonaparte de Marx, libro tan maravilloso, con esa primera
referencia a Hegel: “La historia se repite a sí misma, primero como
tragedia y luego como farsa”. Marx dice que la revolución socialista del
Siglo XIX va a tomar solamente la poesía del porvenir, no del pasado.
Dice que los revolucionarios de todas las épocas lo que hicieron fue
vestirse con ropajes de épocas anteriores, para juntar fuerza y hacer la
revolución. Así como Robespierre gustaba imaginarse como un tribuno de
la plebe romana para hacer lo que hizo en la Revolución Francesa. Marx
lo que allí dice es que la revolución socialista no tiene que hacerlo
nunca más. Ya no necesita encontrar la poesía en el pasado, sino que
sólo la va a encontrar en el porvenir. Es un Marx vanguardista,
ultramoderno. Me parece que es una discusión bien interesante, que va de
la mano con que quien no entendió a Bolívar fue Marx. Quizás sus
páginas más penosas son las que le dedica a Bolívar, no lo entendió y
resulta poco interesante lo que allí dice. Aquí hay una discusión con
Marx, y quien la da es Gramsci, pero también Benjamin. Chávez citaba
mucho a Gramsci. Benjamin dice que los revolucionarios lo que producen
son "saltos de tigre al pasado". Rosa Luxemburgo rescatando a Espartaco,
ese esclavo que se revela contra el Imperio Romano. Chávez respecto a
Bolívar, lo que hace es producir ese salto al pasado, lo que hace es
traer de él como la reverberancia, un relámpago lejano pero que se
vuelve muy presente en la operación que Chávez produce.
APU: ¿Cómo analizas la recuperación que realiza también de algunos léxicos políticos que habían caído en desuso?
JT: Me interesa discutir la palabra revolución,
porque es la Revolución Bolivariana. Halperin Donghi, en su libro "La
larga agonía de la Argentina peronista", sin ninguna simpatía por el
Peronismo, dice que aquellos que entienden la revolución con un manual,
de materialismo histórico clásico, no pueden entender que el Peronismo,
efectivamente, fue una revolución. Dice que bastaba subirse a un
colectivo para darse cuenta que lo era. Yo diría que si uno ve la
Venezuela de hoy con el viejo manual, con esas lecturas, diría que una
revolución así no ha habido. Diría que es falso, una suerte de
estimulante para creer que se está protagonizando algo demasiado grande.
No obstante, si uno coloca esta otra extraña y sugestiva
intuición-hipótesis de Donghi, tiene que saber que efectivamente algo
sucedió en Venezuela. Hay una manera de ocupar el espacio público, de
manifestarse ante la muerte de Chávez, un trastocamiento de la situación
social; que si bien no dio por concluida la propiedad privada ni mucho
menos, sin embargo ha producido una situación enteramente nueva. Eso es
una situación también revolucionaria. Sólo con un cartabón muy clásico
de lectura de lo que es una revolución, no entraría dentro de ese
concepto. Con cualquier otro, por supuesto que sí.
APU: ¿Y la recuperación de la palabra socialismo?
JT: Me parece que respecto del socialismo, lo que
hace Chávez va a merecer una larga reflexión, que nos debemos. Primero:
¿qué puede ser el socialismo en el Siglo XXI? Al mismo tiempo: ¿hay un
horizonte fuera del capitalismo en el Siglo XXI? ¿Cómo se puede avanzar
en ese horizonte por fuera del capitalismo? En este caso, Chávez
construye una política extensa al referenciarse y trabajar tan codo a
codo con Cuba, el papel que cumple el Estado en esta nueva situación
política y social venezolana es fundamental para pensar esta lógica del
socialismo. También, por supuesto, la nacionalización de cantidad de
empresas. Me parece que tiene que ver con esta lógica. No obstante, creo
que queda la pregunta de si hay un horizonte por fuera del capitalismo.
En ese sentido, agregaría que la lógica de las revoluciones socialistas
-tal como fueron pensadas, hasta por lo menos la década del ´70-;
proponían la idea de que iba a haber un momento revolucionario que
consagraría al Pueblo y sus partidos. Y que derrotaría a otros, que
serían no eliminados por la fuerza solamente, pero sí transformados en
otra cosa, en tanto que sus condiciones materiales, la propiedad de los
medios de producción, iban a ser transformadas. Por lo tanto, había un
enemigo que finalmente se lo colocaría por fuera de las propias
fronteras, que sería derrotado. Las nuevas experiencias políticas, como
las que está viviendo América Latina, con todo lo notable que tienen,
son también notables porque siguen soportando al enemigo en su interior.
Lo siguen tolerando, asumiendo, aceptando. Ahora, lleva a situaciones
de tensión que son mayúsculas y que no se resuelven, y no tienen un
plazo de resolución. Hay algo de esa tensión, que evidentemente circulo
en la vida de Chávez. Seguramente, fue lo que lo alimentó a producir una
y otra vez magníficos discursos, magníficas declaraciones, y a tener
una genial capacidad de comunicación con su Pueblo. Porque estaba la
urgencia y el peligro que todo eso que se había avanzado, pudiera ser
vuelto a retroceder.
APU: ¿Cómo evaluás el legado de Chávez, desde una óptica política pero también como sujeto histórico?
JT: Por el lado político, que mucho tiene que ver
con esta idea de Caudillo, pensando que la tradición latinoamericana nos
lleva una y otra vez a la idea de Caudillo. Algo, que por supuesto, le
pone los pelos de punta a todo aquel que piensa la democracia sólo en
términos institucionales. Me parece que hay algo más, que el momento
político en el que hubo de producir una transformación social, que aun
cuando no sea con toda la contundencia que se había imaginado años
atrás, sea una revolución social cierta, efectiva, que se ha verificado
en indicadores tan ciertos como el analfabetismo y el desempleo; hace
falta la figura de personajes que reúnan en sí mismo y que condensen la
potencia de un Pueblo. Y que desde esa potencia que condensan, al mismo
tiempo permiten producir una enorme situación de unidad de la clase
trabajadora. Hace asumir que por su lógica, el capitalismo de estos
últimos años, ha tendido a fragmentar. Uno ve cuando Chávez reitera el
pedido de Bolívar “Unida, unidad, unidad”, en parte está diciendo que
nuestras clases populares latinoamericanas -luego de la crisis del
fordismo- tendieron a fragmentarse más aun. Necesitan para adquirir
potencia de esa unidad. De alguna manera, la aparición de un Caudillo lo
que permite es producir esa unidad. Y al mismo tiempo, la relación con
la historia y de identificación con la figura de Bolívar, aporta mucho
al afianzamiento de esa unidad en las clases populares. Para mí ahí hay
una enorme enseñanza. Pero hay una enorme maravilla, cuando uno dice ¿de
dónde salió Chávez? Cada tanto, cuando estamos desencantados y
suponemos que hay algo del texto El fin de la Historia que es
cierto, y algo del empobrecimiento de nuestras culturas americanas que
es cierto, Chávez nace de esa cultura americana y popular. Nace de ese
fondo, y de la manera más maravillosa. Con una capacidad de resumir, al
mismo tiempo, cultura letrada con la cultura popular, con cultura masiva
y mediática. Capaz de construir todo eso a su alrededor, y
transformarse en un Caudillo del Siglo XXI de primer orden. Me parece
que ahí hay un legado, que tiene que ver mucho con su idea de sujeto
histórico. Todo esto, también, le da casi como un tono anacrónico. Y eso
a veces lo hace más efectivo en el presente. Hay toda una lógica de la
política más clásica, relacionada con el neoliberalismo, que tiende todo
el tiempo al aggiornamiento, con la idea que cosas así no pueden
repetirse. En Chávez hay algo de anacrónico, con esta cita permanente a
Bolívar, a la historia. Y al mismo tiempo lo vuelve absolutamente eficaz
en el presente. No por nada Nietzsche, con esta fascinación por las
Consideraciones Intempestivas, por escaparse del propio tiempo, para ser
más eficaz sobre él. En Chávez está eso también. 10 años de revista Barcelona
Entrevista con Ingrid Beck, fundadora y actual directora de la
revista Barcelona, que cumple una década de vida. "Fuimos vanguardia en
algunas cosas como, por ejemplo, denunciar a Clarín como enemigo del
periodismo, en un punto develar un poco eso que vende como neutralidad o
como independencia", destacó.
Por Enrique de la Calle
AGENCIA PACO URONDO: Bueno, se cumplen diez años de la revista Barcelona. Una primera reflexión sobre qué significa eso...
IB: Diez años de Barcelona significa un milagro, un milagro de la sobrevivencia. Eso significa.
APU: Cuando recorren ahí lo que fueron estos diez años, a
quién reconocés, quién que les dio una mano en aquel momento con lo
difícil que es comenzar una producción independiente.
IB: La verdad es que nombre por nombre no te podría dar, nosotros al
principio lo que sí hicimos fue -con el primer número- hacer un mailing
enorme de periodistas, o sea imprimimos cinco mil ejemplares y
quinientos fueron a parar a las manos de los periodistas, sobre todo los
periodistas radiales. Todos nos dieron una mano, pero si te tengo que
dar un nombre es Adolfo Castelo que fue el que efectivamente nos llamó y
nos contrató para salir con la revista que él dirigía, que era TXT.
APU: Imagino que en un primer momento la revista se basó
mucho en el esfuerzo de ustedes, me imagino que no cobrarían. ¿Cuándo
empezó la revista a volverse incluso un proyecto rentable?
IB: La revista no es un proyecto rentable. La revista fue un proyecto
rentable cuando salíamos con TXT, cuando nos pagaban una plata por
hacerla, en ese momento se convirtió en un trabajo para todos. Cuando
volvimos a salir de manera independiente, te podría decir que fue una
revista sustentable, nunca rentable. Nosotros cobramos muy poca plata y
ahora es una revista que tampoco es sustentable, O sea, estamos hace
rato en déficit.
APU: ¿Cuál crees que fue la incidencia o la influencia
concreta de Barcelona para pensar el periodismo gráfico en Argentina
hoy? Sos una gran lectora de medios ¿Ves que influyeron en cómo se
escribe hoy?
IB: No sé si la tuvimos honestamente. Digamos que sí fuimos
vanguardia en algunas cosas como, por ejemplo, denunciar a Clarín como
enemigo del periodismo, en un punto develar un poco eso de que Clarín
vende como neutralidad o como independencia y demás que quedó después al
descubierto en la discusión por la Ley de Medios. Nuestra militancia
empezó en el año 2003 contra Clarín, cuando Kirchner era amigo de
Magnetto, eso por un lado. Y también me parece que develar las peleas de
Clarín con el idioma castellano, eso también fue una virtud.
APU: Cuando ustedes nacieron, Clarín tenía una hegemonía
fenomenal, en algún punto Barcelona era como un lugar para contrarrestar
ese discurso y tratar de ponerlo en cuestionamiento. Hoy que Clarín ya
está más discutido, ¿pensás que Barcelona se tiene que reformular en
algún punto?
IB: Nosotros nos reformulamos todo el tiempo, la verdad es que está
difícil con los medios. Nosotros empezamos como una parodia de los
medios gráficos, especialmente de Clarín y los medios son cada más vez
más parodia, entonces es como complicado. Así que sí, nos tenemos que ir
moviendo un poco de ese espacio. A veces, digamos, laburamos más con la
actualidad que con la lectura que los medios hacen de la actualidad
porque justamente es eso, como que nos ganan en la parodia. Viste, es
muy complicada la competencia
APU: En el último tiempo pasó esta discusión al interior de
la Barcelona, se fue uno de los fundadores, Pablo Marchetti, y se dijo
algo así como que la Barcelona ahora era más oficialista. ¿Cómo ves esa
discusión?
IB: No, Barcelona no es oficialista, no me parece que sea
oficialista. Me parece que, en todo caso, sí lo que pasa es que muchas
veces tenemos enemigos en común con el Gobierno y eso hace que quedemos
parados del mismo lado, pero nosotros somos muy críticos. Si vos ves las
últimas tres tapas de la revista, para poner un ejemplo, somos muy
críticos de la oposición y del Gobierno. O sea, yo no la veo más
oficialista, probablemente él (por Pablo Marchetti) se haya corrido del
lugar que tenía y él esté mirando más desde el lugar más opositor.
Barcelona sigue siendo crítica y además porque el periodismo tiene que
ser crítico, nosotros nos planteamos eso. Si estamos parados ahí, es
porque tenemos muchos enemigos comunes.
APU: ¿Buscan tener algún tipo de equilibrio con las tapas,
para no quedar como oficialistas u opositores? Eso ¿es parte de la
discusión?
IB: No, no. No medimos nosotros si una tapa es oficialista, la otra
tiene que ser opositora. No medimos eso. La verdad es que decimos lo que
queremos decir cuando lo queremos decir, no tenemos ninguna medida
porque de hecho no le debemos nada a nadie, no respondemos más que a
nosotros mismos y a nuestro los lectores, así que no, sería ridículo
especular con eso.
APU: En términos de números finitos ¿cuánto vende la revista Barcelona, cuál es más o menos la circulación de la revista?
IB: La circulación es, depende, de entre veinte y veintidós mil
ejemplares por quincena y la venta cerca de quince mil, una cosa así.
APU: Ustedes sacaron hace poquito un portal de noticias, un
portal web ¿Cuál fue la intención de eso, intentar seguir la agenda más
en el día a día? ¿Cómo lo vieron?
IB: Un poco manejarnos más con la realidad y ver si podíamos sacar
algo de plata, la verdad es que estamos pensando siempre proyectos para
sacar algo de plata. Por ahora no sacamos nada así que no sé cuánto más
vamos a aguantar laburando porque lo estamos haciendo a pulmón, digamos.
No hay guita de por medio y bueno, ya somos gente grande nosotros para
estar haciendo eso.
APU: ¿Cómo fue la experiencia de las muestras de las contratapas en el país, qué nos podes contar de eso?
IB: La muestra de contratapas surgió básicamente porque nos pareció
que cada contratapa era una obra de arte en sí misma, digo en plano
afiche y que valía la pena agrandarlas y mostrarlas, y además nosotros
no tenemos otra difusión que la que podemos hacer nosotros mismos, no
tenemos guita para poner publicidad en los medios ni para nada de todo
eso, entonces empezó siendo una manera de llegar a las provincias. Ahora
hace mucho que no estamos dando vuelta con eso pero estamos planeando,
tratando de ver si podemos armar una muestra para los diez años que
cumplimos justamente el 16 de abril.
APU: ¿Las tapas las hace siempre el mismo realizador?
IB: No, no. Mirá, ni las tapas ni las contratapas las hace una sola
persona, todas son creaciones colectivas, todas. No hay ninguna que sea
individual, siempre hay diseñadores y hay periodistas pero está muy
mezclado el terreno ahí, algunos periodistas a veces nos ponemos a
diseñar, a armar una foto, pensamos la imagen y algún diseñador piensa
una consigna para la contratapa, por ejemplo, o algún título.
Prácticamente toda la revista es colectiva, pero sobre todo tapa y
contratapa es el momento en el que estamos todos para pensar.
APU: Y en las muestras en el país, lo que pasaba a veces es
que iban con temas muy puntuales que quizás en las provincias no se
tocan ¿Cómo era la reacción, que reacciones tuvieron también desde ese
público que tenía acceso o de la sociedad de esa provincia que se veía
de algún modo interpelada por la muestra?
IB: Salvo en San Luis y en Tucumán, no recuerdo que hayamos tenido
mayores dificultades. En Tucumán tuvo que ver con algo, ya no me acuerdo
ni que contratapa era, pero creo que era la contratapa de una nena
desnutrida, pero no me acuerdo la consigna en este momento, la
exposición estaba en la peatonal, que creo que fue la mejor opción; de
todas las muestras que hicimos, hacerla en la calle fue la mejor y
algún funcionario más papista que el Papa mandó a levantar la muestra,
se armo un lío, etc. Después en San Luis, creo que era en la Universidad
de San Luis la muestra, y algunos chupacirios se enojaron con alguna
contratapa vinculada con algo anticlerical que es un tema que nosotros
le damos bastante manija.
APU: ¿Cuánta gente labura en la Barcelona? ¿Cuántos son en el staff?
IB: Más o menos, diez personas. En diez años de gestión, el kirchnerismo llevó a cabo una
fuerte política de democratización cultural que en el lenguaje
audiovisual encontró un ámbito privilegiado. Repasamos todo lo que ya se
hizo y todo lo que viene con Tristán Bauer, Presidente de Radio y
Televisión Argentina. También, conversamos sobre las dos películas de
Néstor Kirchner
Por Luciana Sousa / Juan Ciucci / Soledad Guarnaccia APU:
En el marco de esta Década Ganada, el kirchnerismo apostó fuertemente a
la televisión como un medio de comunicación popular. Como Presidente de
Radio y Televisión Argentina (RTA), ¿cuáles son sus impresiones al
respecto? Tristán Bauer: Cuando uno analiza la
historia de estos diez años, y la sumerge en el marco de la historia de
la Patria, me parece que ha sido un momento muy positivo. A nosotros,
los que hacemos Canal Encuentro, la Televisión Pública, nos gusta
sumergirnos en nuestra historia, pero no con la idea de quedarnos con
una mirada nostálgica de aquel pasado sino que creemos, como decía el
Comandante Chávez, que “el pasado está lleno de futuro”. Cuando
vos miras aquel pasado, desde nuestra Revolución de 1810, los distintos
momentos vividos, aquella tragedia cercana que me tocó vivir que fue la
dictadura cívico-militar, lo que significó el neoliberalismo, la
tremenda crisis económica, la desocupación, creo que el significado
profundo de aquellos días del 2001 se presenta como final de una etapa y
como el nacimiento de algo nuevo. Néstor hablaba de un país que estaba
en el infierno. Las imágenes de aquellas palmeras incendiadas en Plaza
de Mayo, los caballos castigando a las Madres, los muertos de aquella
jornada; transmiten el infierno como metáfora. Lo que significa a partir
de ese instante la llegada de Néstor, su asunción el 25 de mayo y el
proceso que se inicia con los hitos que todos conocemos pero también con
la construcción día a día, no tengo dudas que es una década ganada. Me
parece que en este mirar hacia atrás, que muchos no quieren hacer y que
nosotros hacemos porque nos gusta construir y mirar para adelante,
vemos que los avances son muy importantes en el campo social, económico,
cultural, en materia de soberanía, en la hermandad con nuestra América.
Para mí, las efemérides son momentos de reflexión, pero en este caso
también de alegría por haber vivido esta década con la fuerza de los
constructores y verificando que dimos pasos muy importantes. APU:
En ese ejercicio de mirar para atrás encontramos que el peronismo
también tuvo una relación muy fuerte con la televisión y ahora, de algún
modo, se recupera esa relación del Estado con la TV. TB:
Sí, claro. Es un hecho fundamental y para los que hacemos televisión es
un maravilla tener una referencia tan clara como es saber que la
primera imagen de la televisión argentina es nuestra compañera Eva
Perón. Cuando vos andas medio perdido, buscando alternativas para ver
cómo seguimos, siempre es bueno buscar ese lugar de nacimiento, que es
nada más ni nada menos que el discurso en que Eva Perón dice “Aunque
deje en el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes recogerán mi
nombre y lo llevarán como bandera a la victoria”. Entonces, esa tarea
que ella nos deja aquel día, esa tarea que queda plasmada en las cámaras
de este Canal; interpretar esa tarea más de 60 años después, tratar de
ver qué significa llevar la bandera de la Patria a la victoria, nos
marca un camino. Camino que iniciaron muchos compañeros y en lo
personal, de alguna manera abandonando el cine, tomé este camino con
mucha fuerza cuando fui convocado por Daniel Filmus, por Néstor, para la
creación y construcción de Canal Encuentro y Paka Paka y después,
cuando me convoca la Presidenta Cristina, hace más de cuatro años, para
llevar adelante los medios públicos, la Radio Nacional y el Canal 7. APU:
En estos diez años hay un proceso de democratización y reformulación
del sistema de medios. Nos interesa saber cuál es tu opinión de los
formatos y contenidos que interpelan al campo popular. ¿Qué propuesta
ves como un acierto y qué propuestas ensayás? TB:
Es una pegunta muy importante, porque cuando uno habla de medios
públicos, generalmente tiene una visión, desde lejos, muy vasta. Y está
bien, hay que analizar desde ahí. Pero tu pregunta va a lo concreto, va a
la producción de discursos, de ideas transformadas en sonidos en el
caso de la radio y de imágenes y sonidos en el caso de los canales de
televisión. En un punto, la construcción es esa, hay una construcción
audiovisual, un relato que es el que nos toca trabajar a nosotros. Yo
creo que estos son años de mucho trabajo, de grandes desafíos que han
tenido nombres como Canal Encuentro cuando nos propusimos hacer una
televisión cultural y educativa de calidad. Cuando nos propusimos dejar
atrás aquel concepto de que una televisión para ser educativa tenía que
ser aburrida y que no se podía hacer nada bien desde el Estado. Ese
desafío tiene otra faceta cuando nos proponemos hacer Paka Paka, en un
país que está todavía sumergido lamentablemente en la difusión de la
televisión paga y por cable en casi un 80%. Cuando uno analiza la grilla
del cable y la programación infantil, advierte que allí se emiten
durante las 24 horas siete señales infantiles que son producidas en los
EEUU con todo un esquema cultural de transformar a nuestros niños en
consumidores. Así surge Paka Paka, como una alternativa a ese modelo que
no hace otra cosa que profundizar esa idea del niño consumidor . Así
aparece un modelo de televisión para nuestros niños. Y aprovecho la
oportunidad para reclamar una vez más que Cablevisión cumpla con la ley y
sume a Paka Paka a la grilla de los canales infantiles. Con
relación a la radio, en los años de trabajo junto a María Seoane en
Radio Nacional aparece otra manera de hacer radio. Primero hubo revertir
el abandono, que se expresaba en transmisores destrozados, en un atraso
tecnológico que hacía que esas radios prácticamente no se podían
escuchar. Avanzamos en el mejoramiento del aire pero también en
propuestas que resulten atractivas para todos. Si vos miras la grilla de
Radio Nacional advertís que ha habido un cambio muy grande en esa
programación: en la primera mañana está Cynthia García, luego viene
Galende, Wainfeld, Larrea, y todos los programas que tenemos durante el
día más el servicio de noticias. Nosotros apostamos a la audiencia, a la
masividad y a hacer una radio de calidad. Otro hito es Canal 7 y
el significado de Futbol para Todos. Recuperar para la televisión
pública nuestro deporte más popular, que no quede más restringido a
aquellos que pueden pagar un súper abono. Porque los que no pagaban un
abono veían las tribunas y sólo los que pagaban el súper abono podían
ver el partido. Ahora eso se transformó de tal manera que el fútbol es
de verdad para todos, su trasmisión es libre y gratuita. Toda
la programación, los noticieros, los programas infantiles, de salud, de
alimentación, trabajan en un esquema de diversidad, no entendiéndola
como parcelación de la programación, ni entendiendo que hay que ser
neutrales sino asumiendo una mirada, una postura, que es la que
consideramos que tienen que tener los medios públicos de la República
Argentina. Del mismo modo lo hicimos cuando nos sumergimos en el Cine,
para hacer películas como las de San Martín y Belgrano, y también cuando
nos sumergimos en nuestra historia reciente con películas como Infancia
Clandestina -ahora lo estamos haciendo con una película infantil-. Es
decir, hay una dimensión estructural acerca de cómo comprendemos los
medios públicos: medios de calidad que se interesan por la audiencia y
por brindar cada vez una mejor programación. Es decir, nuestros medios
están insertos en un nuevo mapa mediático que va de la mano de la Ley de
Medios y, al mismo tiempo, sostienen una preocupación micro acerca de
cómo de generar y hacer los mejores programas. APU:
¿Cómo crees que impacta la Ley de Medios en la federalización de la
producción audiovisual y en la producción y circulación de contenidos de
medios sin fines de lucro? TB: Recuerdo perfectamente cuando
empecé a estudiar a comienzos de los años ´80 y veía compañeros que
llegaban de las distintas provincias y acudían a la producción híper
concentrada en la Ciudad de Buenos Aires. Para mí es una maravilla
advertir cómo de la mano de dos factores fundamentales como son la Ley
de Medios y la Televisión Digital, este mapa dela producción argentina
ha cambiado absolutamente. Hoy son muchísimas las pequeñas y medianas
productoras, organizadas bajo formas de cooperativa, de jóvenes
estudiantes de televisión y cine que surgen en todo el país. Era
inimaginable hace tan sólo cuatro o cinco años atrás, pergeñar que
aparecerían producciones como las que ponemos en pantalla en la
Televisión Pública. Por ejemplo, una producción como la del Chacho
Peñaloza, realizada por jóvenes de la Provincia de Santa Fe con
colaboración del Gobierno de La Rioja. O como lo que programamos en
estos días, realizaciones de un grupo de productores audiovisuales que
filmaron una serie íntegramente en la Patagonia y realizaron una
historia de rescatistas de montaña, con un nivel de producción bárbaro.
Estamos muy felices con que esto lo pase la Televisión Pública. Lo
mismo sucede con el nacimiento de los canales de los pueblos
originarios y toda la producción de cooperativas que está surgiendo.
Esto es un nuevo mapa que va de la mano de la ley y la digitalización
pero fundamentalmente surge a partir de una idea que ha tenido nuestra
Presidenta y de la puesta en práctica de esa idea que tiene que ver con
un nuevo modelo cultural, con la diversidad de voces, de ahí que era
necesario romper con aquella voz monopólica de Cablevisión, del Grupo
Clarín, para poder abrirse a la diversidad. Todo esto comporta
una enorme dificultad, pero cuando uno analiza el mapa de hace cinco
años y la situación actual se va dando cuenta que esto crece más allá de
las cautelares y de todas las medidas que intenta imponer el grupo
monopólico para frenar esta trasformación, para quedarse como voceros de
su única verdad. APU: Ayer la Televisión
Pública pasó la película de Néstor Kirchner de Paula de Luque, se va a
pasar también la primera versión de la de Adrían Caetano. Queríamos
saber si pudiste verlas y conversar con vos acerca de la importancia de
que la TV Pública emita ambas producciones. TB:
Sí, en el día de ayer pasamos la película de Paula de Luque; es una
mirada intensa, una mirada profunda, de distintas voces. La película de
Caetano la vi la mitad en Internet, en una computadora. Soy hombre de
cine, me gusta ver las cosas en grandes pantallas, podría pasarme el
archivo pero estoy esperando que salga la emisión, que creo será dentro
de muy poco. Me parece una mirada profunda sobre Néstor que, hasta donde
he visto, está narrada en primera persona, es decir, le dá la narración
a él con mucha fuerza. Creo que trabajar todos estos materiales,
sumergirse en los archivos, ahondar en la memoria y generar proyectos,
es algo muy rico. Estuve viendo también los primeros armados que está
haciendo Ricardo Forster sobre los diez años de kirchnerismo. Son todos
proyectos muy atractivos para analizarlos, difundirlos y revisar el
pasado, no para quedarse fijado en el tiempo sino para seguir avanzando
cada vez con más fuerza en esta construcción. Y algo que me
parece fundamental es que estamos haciendo todos estos cambios en el
marco de un proceso democrático y pacífico, y muy unidos con América
Latina. Siempre he creído en la idea que esbozaba Martí, "nuestra
América". Y he vivido momentos muy dolorosos de esa construcción. Así
que es enorme la importancia que tiene haber encontrado Presidentes como
Néstor Kirchner, Hugo Chávez, como lo fue Lula, vivir esa continuidad
con Cristina, Correa, Evo, cada uno desde sus distintas miradas, cada
uno en su diversidad. En esta nueva construcción américana, me parece
que el debate de los medios es fundamental y debemos trabajar con todas
nuestras fuerzas para aportar a esta construcción. APU: ¿Cuáles son los desafíos futuros de la Radio y Televisión Argentina? TB:
Los futuros desafíos son inmensos. Vieron como es la vida, uno mira
todo lo que hicimos hasta este momento y, en simultaneo, mira todo lo
que nos falta construir. Nosotros tenemos una responsabilidad de
construir medios públicos de calidad, que trabajen el concepto de lo
popular y trabajen las ideas de solidaridad, justicia, hermandad, esto
es el ideario de construcción de un país mejor y una América más unida.
Entonces es muchísimo lo que nos queda por delante. Creo que la
creación de Canal Encuentro, Paka Paka, DeporTV, la profundización de la
calidad de Canal 7, la Televisión Digital y cómo permite llegar a
lugares que antes nunca soñamos. Tenemos instaladas más de 12000 antenas
en escuelas rurales, muchos de nuestros niños ven televisión por
primera vez. Todo esto tiene que servir para que la televisión sea lo
que nosotros creemos que tiene que ser: un instrumento de trasformación
social que sirva a este cambio político. Y por supuesto, estar
siempre muy cerca de esa constructora extraordinaria que es Cristina,
trabajar mucho en cómo hacer para que su mirada, sus decisiones, su
claridad para analizar y dar respuestas a la realidad se transformen en
imágenes y sonidos, en programas de televisión. Seguir trabajando para
que este cambio cultural que estamos haciendo y debemos profundizar se
pueda ver y la televisión y la radio argentinas son motores muy
importantes de ese cambio. Los desafíos son enormes, pero en un
punto siguen siendo los mismos que hace diez años y me atrevo a decir
que son los mismos desde el inicio de la Patria. Hay que estar siempre
del lado de los que luchan por la libertad, de los que menos tienen. El
desafío es implementar esto de la mejor manera, desde el amor, como nos
decía siempre Néstor. Esto es hacer los mejores programas de radio y
televisión, jugar de la manera más hermosa con el lenguaje audiovisual,
experimentando con las nuevas tecnologías. De la mano de los millones de
jóvenes que están ahora con una laptop en una escuela. Nunca se olviden
que una laptop es una máquina que genera muchas cosas: es una cámara de
fotos, una filmadora, tiene un sistema que permite hacer música.
Entonces, además de los 16.000 estudiantes de cine que se sumaron en los
últimos años, ver ese ejército de jóvenes con 3.000.000 de computadoras
que permiten generar imágenes y sonidos, y entrar en una red para
generar un nuevo discurso, eso me parece que es una verdadera maravilla.
Nosotros tenemos, por manejar estos medios públicos, una
responsabilidad muy grande. Es también una responsabilidad de trabajar
en red con todas estas nuevas tecnologías y con todos estos nuevos
jóvenes que se suman a la construcción de nuevas ideas.
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