Generando cambio

Generando cambio

Un año de desafíos culturales (Segunda entrega) PDF Imprimir Correo
Escrito por Agencia Paco Urondo, Especial para Nuevo Paìs   
Lunes, 30 de Diciembre de 2013 09:19

Suplemento Cultura Popular: Hoy, Javier Trimboli; Ingrid Beck y Tristan Bauer.-

Entrevista con el historiador Javier Trímboli, quien nos ayuda a repensar la relación de Chávez con la historia y la figura del Libertador Bolívar.

Por Juan Ciucci

APU: ¿Cómo analizas que Chávez recupera a Bolívar, a nuestros próceres?

Javier Trímboli: Podríamos comenzar diciendo que es un movimiento de actualización del pasado, de revivirlo. La mayor parte de las veces, el uso que hace la política y el Estado del pasado, es un uso meramente pintoresco. O de un pasado que ha quedado definitivamente anclado en un tiempo pretérito. Lo que hace Chávez en los ’80, con el Ejercito Bolivariano Revolucionario, que es un núcleo casi clandestino, con la decisión antiimperialista de intervenir tarde o temprano en la suerte de su país; es encontrar en la figura de Bolívar una figura activa que va a acompañarlo. Chávez decía “de la mano de Bolívar”, casi que lo convirtió en un actor del presente. Esa capacidad de producir ese movimiento es brillante. Las más de las veces uno puede suponer que alguien que produce ese movimiento puede caer en una figura patética, por lo imposible. Lo que hizo Chávez con Bolívar dejó de ser inverosímil.
Cuando Nietzsche en 1874, en una de sus Consideraciones Intempestivas dice que la única historia que le interesa es la historia para la vida, una historia que lo haga vivir más plenamente. Chávez transformó a Bolívar en un texto, en una vida que hiciera más rica la vida presente del Pueblo venezolano. El maravilloso texto que es el juramento del Monte Sacro, del monte Aventino de 1805, está el joven Bolívar con su maestro Simón Rodríguez, juramenta que está dispuesto a construir una nueva historia desde América, porque Europa es absolutamente decadente, y nada se puede construir desde allí. Termina diciendo una promesa, que es liberarse del dominio español para construir la verdadera hermandad entre los hombres desde América. Chávez -con ese texto genial que apenas son unas páginas-, cuando comienza a conformar su núcleo político, cada uno que lo integra tiene que juramentar ese juramento de 1805. Lo que le cambia es no sólo del poder realista, sino de todos los poderosos.

Otro punto es una gran discusión, dentro del marxismo; y es válida porque el propio Chávez se convirtió en un gran interpelador que toma y deja de lado cosas del marxismo permanentemente. Parte del XVII Brumario de Luis Bonaparte de Marx, libro tan maravilloso, con esa primera referencia a Hegel: “La historia se repite a sí misma, primero como tragedia y luego como farsa”. Marx dice que la revolución socialista del Siglo XIX va a tomar solamente la poesía del porvenir, no del pasado. Dice que los revolucionarios de todas las épocas lo que hicieron fue vestirse con ropajes de épocas anteriores, para juntar fuerza y hacer la revolución. Así como Robespierre gustaba imaginarse como un tribuno de la plebe romana para hacer lo que hizo en la Revolución Francesa. Marx lo que allí dice es que la revolución socialista no tiene que hacerlo nunca más. Ya no necesita encontrar la poesía en el pasado, sino que sólo la va a encontrar en el porvenir. Es un Marx vanguardista, ultramoderno. Me parece que es una discusión bien interesante, que va de la mano con que quien no entendió a Bolívar fue Marx. Quizás sus páginas más penosas son las que le dedica a Bolívar, no lo entendió y resulta poco interesante lo que allí dice. Aquí hay una discusión con Marx, y quien la da es Gramsci, pero también Benjamin. Chávez citaba mucho a Gramsci. Benjamin dice que los revolucionarios lo que producen son "saltos de tigre al pasado". Rosa Luxemburgo rescatando a Espartaco, ese esclavo que se revela contra el Imperio Romano. Chávez respecto a Bolívar, lo que hace es producir ese salto al pasado, lo que hace es traer de él como la reverberancia, un relámpago lejano pero que se vuelve muy presente en la operación que Chávez produce.

APU: ¿Cómo analizas la recuperación que realiza también de algunos léxicos políticos que habían caído en desuso?

JT: Me interesa discutir la palabra revolución, porque es la Revolución Bolivariana. Halperin Donghi, en su libro "La larga agonía de la Argentina peronista", sin ninguna simpatía por el Peronismo, dice que aquellos que entienden la revolución con un manual, de materialismo histórico clásico, no pueden entender que el Peronismo, efectivamente, fue una revolución. Dice que bastaba subirse a un colectivo para darse cuenta que lo era. Yo diría que si uno ve la Venezuela de hoy con el viejo manual, con esas lecturas, diría que una revolución así no ha habido. Diría que es falso, una suerte de estimulante para creer que se está protagonizando algo demasiado grande. No obstante, si uno coloca esta otra extraña y sugestiva intuición-hipótesis de Donghi, tiene que saber que efectivamente algo sucedió en Venezuela. Hay una manera de ocupar el espacio público, de manifestarse ante la muerte de Chávez, un trastocamiento de la situación social; que si bien no dio por concluida la propiedad privada ni mucho menos, sin embargo ha producido una situación enteramente nueva. Eso es una situación también revolucionaria. Sólo con un cartabón muy clásico de lectura de lo que es una revolución, no entraría dentro de ese concepto. Con cualquier otro, por supuesto que sí.

APU: ¿Y la recuperación de la palabra socialismo?

JT: Me parece que respecto del socialismo, lo que hace Chávez va a merecer una larga reflexión, que nos debemos. Primero: ¿qué puede ser el socialismo en el Siglo XXI? Al mismo tiempo: ¿hay un horizonte fuera del capitalismo en el Siglo XXI? ¿Cómo se puede avanzar en ese horizonte por fuera del capitalismo? En este caso, Chávez construye una política extensa al referenciarse y trabajar tan codo a codo con Cuba, el papel que cumple el Estado en esta nueva situación política y social venezolana es fundamental para pensar esta lógica del socialismo. También, por supuesto, la nacionalización de cantidad de empresas. Me parece que tiene que ver con esta lógica. No obstante, creo que queda la pregunta de si hay un horizonte por fuera del capitalismo. En ese sentido, agregaría que la lógica de las revoluciones socialistas -tal como fueron pensadas, hasta por lo menos la década del ´70-; proponían la idea de que iba a haber un momento revolucionario que consagraría al Pueblo y sus partidos. Y que derrotaría a otros, que serían no eliminados por la fuerza solamente, pero sí transformados en otra cosa, en tanto que sus condiciones materiales, la propiedad de los medios de producción, iban a ser transformadas. Por lo tanto, había un enemigo que finalmente se lo colocaría por fuera de las propias fronteras, que sería derrotado. Las nuevas experiencias políticas, como las que está viviendo América Latina, con todo lo notable que tienen, son también notables porque siguen soportando al enemigo en su interior. Lo siguen tolerando, asumiendo, aceptando. Ahora, lleva a situaciones de tensión que son mayúsculas y que no se resuelven, y no tienen un plazo de resolución. Hay algo de esa tensión, que evidentemente circulo en la vida de Chávez. Seguramente, fue lo que lo alimentó a producir una y otra vez magníficos discursos, magníficas declaraciones, y a tener una genial capacidad de comunicación con su Pueblo. Porque estaba la urgencia y el peligro que todo eso que se había avanzado, pudiera ser vuelto a retroceder.

APU: ¿Cómo evaluás el legado de Chávez, desde una óptica política pero también como sujeto histórico?

JT: Por el lado político, que mucho tiene que ver con esta idea de Caudillo, pensando que la tradición latinoamericana nos lleva una y otra vez a la idea de Caudillo. Algo, que por supuesto, le pone los pelos de punta a todo aquel que piensa la democracia sólo en términos institucionales. Me parece que hay algo más, que el momento político en el que hubo de producir una transformación social, que aun cuando no sea con toda la contundencia que se había imaginado años atrás, sea una revolución social cierta, efectiva, que se ha verificado en indicadores tan ciertos como el analfabetismo y el desempleo; hace falta la figura de personajes que reúnan en sí mismo y que condensen la potencia de un Pueblo. Y que desde esa potencia que condensan, al mismo tiempo permiten producir una enorme situación de unidad de la clase trabajadora. Hace asumir que por su lógica, el capitalismo de estos últimos años, ha tendido a fragmentar. Uno ve cuando Chávez reitera el pedido de Bolívar “Unida, unidad, unidad”, en parte está diciendo que nuestras clases populares latinoamericanas -luego de la crisis del fordismo- tendieron a fragmentarse más aun. Necesitan para adquirir potencia de esa unidad. De alguna manera, la aparición de un Caudillo lo que permite es producir esa unidad. Y al mismo tiempo, la relación con la historia y de identificación con la figura de Bolívar, aporta mucho al afianzamiento de esa unidad en las clases populares. Para mí ahí hay una enorme enseñanza. Pero hay una enorme maravilla, cuando uno dice ¿de dónde salió Chávez? Cada tanto, cuando estamos desencantados y suponemos que hay algo del texto El fin de la Historia que es cierto, y algo del empobrecimiento de nuestras culturas americanas que es cierto, Chávez nace de esa cultura americana y popular. Nace de ese fondo, y de la manera más maravillosa. Con una capacidad de resumir, al mismo tiempo, cultura letrada con la cultura popular, con cultura masiva y mediática. Capaz de construir todo eso a su alrededor, y transformarse en un Caudillo del Siglo XXI de primer orden. Me parece que ahí hay un legado, que tiene que ver mucho con su idea de sujeto histórico. Todo esto, también, le da casi como un tono anacrónico. Y eso a veces lo hace más efectivo en el presente. Hay toda una lógica de la política más clásica, relacionada con el neoliberalismo, que tiende todo el tiempo al aggiornamiento, con la idea que cosas así no pueden repetirse. En Chávez hay algo de anacrónico, con esta cita permanente a Bolívar, a la historia. Y al mismo tiempo lo vuelve absolutamente eficaz en el presente. No por nada Nietzsche, con esta fascinación por las Consideraciones Intempestivas, por escaparse del propio tiempo, para ser más eficaz sobre él. En Chávez está eso también.

10 años de revista Barcelona

Entrevista con Ingrid Beck, fundadora y actual directora de la revista Barcelona, que cumple una década de vida. "Fuimos vanguardia en algunas cosas como, por ejemplo, denunciar a Clarín como enemigo del periodismo, en un punto develar un poco eso que vende como neutralidad o como independencia", destacó.

Por Enrique de la Calle

AGENCIA PACO URONDO: Bueno, se cumplen diez años de la revista Barcelona. Una primera reflexión sobre qué significa eso...

IB: Diez años de Barcelona significa un milagro, un milagro de la sobrevivencia. Eso significa.

APU: Cuando recorren ahí lo que fueron estos diez años, a quién reconocés, quién que les dio una mano en aquel momento con lo difícil que es comenzar una producción independiente.

IB: La verdad es que nombre por nombre no te podría dar, nosotros al principio lo que sí hicimos fue -con el primer número- hacer un mailing enorme de periodistas, o sea imprimimos cinco mil ejemplares y quinientos fueron a parar a las manos de los periodistas, sobre todo los periodistas radiales. Todos nos dieron una mano, pero si te tengo que dar un nombre es Adolfo Castelo que fue el que efectivamente nos llamó y nos contrató para salir con la revista que él dirigía, que era TXT.

APU: Imagino que en un primer momento la revista se basó mucho en el esfuerzo de ustedes, me imagino que no cobrarían. ¿Cuándo empezó la revista a volverse incluso un proyecto rentable?

IB: La revista no es un proyecto rentable. La revista fue un proyecto rentable cuando salíamos con TXT, cuando nos pagaban una plata por hacerla, en ese momento se convirtió en un trabajo para todos. Cuando volvimos a salir de manera independiente, te podría decir que fue una revista sustentable, nunca rentable. Nosotros cobramos muy poca plata y ahora es una revista que tampoco es sustentable, O sea, estamos hace rato en déficit.

APU: ¿Cuál crees que fue la incidencia o la influencia concreta de Barcelona para pensar el periodismo gráfico en Argentina hoy? Sos una gran lectora de medios ¿Ves que influyeron en cómo se escribe hoy?

IB: No sé si la tuvimos honestamente. Digamos que sí fuimos vanguardia en algunas cosas como, por ejemplo, denunciar a Clarín como enemigo del periodismo, en un punto develar un poco eso de que Clarín vende como neutralidad o como independencia y demás que quedó después al descubierto en la discusión por la Ley de Medios. Nuestra militancia empezó en el año 2003 contra Clarín, cuando Kirchner era amigo de Magnetto, eso por un lado. Y también me parece que develar las peleas de Clarín con el idioma castellano, eso también fue una virtud.

APU: Cuando ustedes nacieron, Clarín tenía una hegemonía fenomenal, en algún punto Barcelona era como un lugar para contrarrestar ese discurso y tratar de ponerlo en cuestionamiento. Hoy que Clarín ya está más discutido, ¿pensás que Barcelona se tiene que reformular en algún punto?

IB: Nosotros nos reformulamos todo el tiempo, la verdad es que está difícil con los medios. Nosotros empezamos como una parodia de los medios gráficos, especialmente de Clarín y los medios son cada más vez más parodia, entonces es como complicado. Así que sí, nos tenemos que ir moviendo un poco de ese espacio. A veces, digamos, laburamos más con la actualidad que con la lectura que los medios hacen de la actualidad porque justamente es eso, como que nos ganan en la parodia. Viste, es muy complicada la competencia

APU: En el último tiempo pasó esta discusión al interior de la Barcelona, se fue uno de los fundadores, Pablo Marchetti, y se dijo algo así como que la Barcelona ahora era más oficialista. ¿Cómo ves esa discusión?

IB: No, Barcelona no es oficialista, no me parece que sea oficialista. Me parece que, en todo caso, sí lo que pasa es que muchas veces tenemos enemigos en común con el Gobierno y eso hace que quedemos parados del mismo lado, pero nosotros somos muy críticos. Si vos ves las últimas tres tapas de la revista, para poner un ejemplo, somos muy críticos de la oposición y del Gobierno. O sea, yo no la veo más oficialista, probablemente él (por Pablo Marchetti) se haya corrido del lugar que tenía y él esté mirando más desde el lugar más opositor. Barcelona sigue siendo crítica y además porque el periodismo tiene que ser crítico, nosotros nos planteamos eso. Si estamos parados ahí, es porque tenemos muchos enemigos comunes.

APU: ¿Buscan tener algún tipo de equilibrio con las tapas, para no quedar como oficialistas u opositores? Eso ¿es parte de la discusión?

IB: No, no. No medimos nosotros si una tapa es oficialista, la otra tiene que ser opositora. No medimos eso. La verdad es que decimos lo que queremos decir cuando lo queremos decir, no tenemos ninguna medida porque de hecho no le debemos nada a nadie, no respondemos más que a nosotros mismos y a nuestro los lectores, así que no, sería ridículo especular con eso.

APU: En términos de números finitos ¿cuánto vende la revista Barcelona, cuál es más o menos la circulación de la revista?

IB: La circulación es, depende, de entre veinte y veintidós mil ejemplares por quincena y la venta cerca de quince mil, una cosa así.

APU: Ustedes sacaron hace poquito un portal de noticias, un portal web ¿Cuál fue la intención de eso, intentar seguir la agenda más en el día a día? ¿Cómo lo vieron?

IB: Un poco manejarnos más con la realidad y ver si podíamos sacar algo de plata, la verdad es que estamos pensando siempre proyectos para sacar algo de plata. Por ahora no sacamos nada así que no sé cuánto más vamos a aguantar laburando porque lo estamos haciendo a pulmón, digamos. No hay guita de por medio y bueno, ya somos gente grande nosotros para estar haciendo eso.

APU: ¿Cómo fue la experiencia de las muestras de las contratapas en el país, qué nos podes contar de eso?

IB: La muestra de contratapas surgió básicamente porque nos pareció que cada contratapa era una obra de arte en sí misma, digo en plano afiche y que valía la pena agrandarlas y mostrarlas, y además nosotros no tenemos otra difusión que la que podemos hacer nosotros mismos, no tenemos guita para poner publicidad en los medios ni para nada de todo eso, entonces empezó siendo una manera de llegar a las provincias. Ahora hace mucho que no estamos dando vuelta con eso pero estamos planeando, tratando de ver si podemos armar una muestra para los diez años que cumplimos justamente el 16 de abril.

APU: ¿Las tapas las hace siempre el mismo realizador?

IB: No, no. Mirá, ni las tapas ni las contratapas las hace una sola persona, todas son creaciones colectivas, todas. No hay ninguna que sea individual, siempre hay diseñadores y hay periodistas pero está muy mezclado el terreno ahí, algunos periodistas a veces nos ponemos a diseñar, a armar una foto, pensamos la imagen y algún diseñador piensa una consigna para la contratapa, por ejemplo, o algún título. Prácticamente toda la revista es colectiva, pero sobre todo tapa y contratapa es el momento en el que estamos todos para pensar.

APU: Y en las muestras en el país, lo que pasaba a veces es que iban con temas muy puntuales que quizás en las provincias no se tocan ¿Cómo era la reacción, que reacciones tuvieron también desde ese público que tenía acceso o de la sociedad de esa provincia que se veía de algún modo interpelada por la muestra?

IB: Salvo en San Luis y en Tucumán, no recuerdo que hayamos tenido mayores dificultades. En Tucumán tuvo que ver con algo, ya no me acuerdo ni que contratapa era, pero creo que era la contratapa de una nena desnutrida, pero no me acuerdo la consigna en este momento, la exposición estaba en la peatonal, que creo que fue la mejor opción; de todas las muestras que hicimos, hacerla en la calle fue la mejor y algún  funcionario más papista que el Papa mandó a levantar la muestra, se armo un lío, etc. Después en San Luis, creo que era en la Universidad de San Luis la muestra, y algunos chupacirios se enojaron con alguna contratapa vinculada con algo anticlerical que es un tema que nosotros le damos bastante manija.

APU: ¿Cuánta gente labura en la Barcelona? ¿Cuántos son en el staff?

IB: Más o menos, diez personas.

En diez años de gestión, el kirchnerismo llevó a cabo una fuerte política de democratización cultural que en el lenguaje audiovisual encontró un ámbito privilegiado. Repasamos todo lo que ya se hizo y todo lo que viene con Tristán Bauer, Presidente de Radio y Televisión Argentina. También, conversamos sobre las dos películas de Néstor Kirchner

Por Luciana Sousa / Juan Ciucci / Soledad Guarnaccia
APU: En el marco de esta Década Ganada, el kirchnerismo apostó fuertemente a la televisión como un medio de comunicación popular. Como Presidente de Radio y Televisión Argentina (RTA), ¿cuáles son sus impresiones al respecto?
Tristán Bauer: Cuando uno analiza la historia de estos diez años, y la sumerge en el marco de la historia de la Patria, me parece que ha sido un momento muy positivo. A nosotros, los que hacemos Canal Encuentro, la Televisión Pública, nos gusta sumergirnos en nuestra historia, pero no con la idea de quedarnos con una mirada nostálgica de aquel pasado sino que creemos, como decía el Comandante Chávez, que “el pasado está lleno de futuro”.
Cuando vos miras aquel pasado, desde nuestra Revolución de 1810, los distintos momentos vividos, aquella tragedia cercana que me tocó vivir que fue la dictadura cívico-militar, lo que significó el neoliberalismo, la tremenda crisis económica, la desocupación, creo que el significado profundo de aquellos días del 2001 se presenta como final de una etapa y como el nacimiento de algo nuevo. Néstor hablaba de un país que estaba en el infierno. Las imágenes de aquellas palmeras incendiadas en Plaza de Mayo, los caballos castigando a las Madres, los muertos de aquella jornada; transmiten el infierno como metáfora. Lo que significa a partir de ese instante la llegada de Néstor, su asunción el 25 de mayo y el proceso que se inicia con los hitos que todos conocemos pero también con la construcción día a día, no tengo dudas que es una década ganada.
Me parece que en este mirar hacia atrás, que muchos no quieren hacer y que nosotros hacemos porque nos gusta construir y mirar para adelante, vemos que los avances son muy importantes en el campo social, económico, cultural, en materia de soberanía, en la hermandad con nuestra América. Para mí, las efemérides son momentos de reflexión, pero en este caso también de alegría por haber vivido esta década con la fuerza de los constructores y verificando que dimos pasos muy importantes.
APU: En ese ejercicio de mirar para atrás encontramos que el peronismo también tuvo una relación muy fuerte con la televisión y ahora, de algún modo, se recupera esa relación del Estado con la TV.
TB: Sí, claro. Es un hecho fundamental y para los que hacemos televisión es un maravilla tener una referencia tan clara como es saber que la primera imagen de la televisión argentina es nuestra compañera Eva Perón. Cuando vos andas medio perdido, buscando alternativas para ver cómo seguimos, siempre es bueno buscar ese lugar de nacimiento, que es nada más ni nada menos que el discurso en que Eva Perón dice “Aunque deje en el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria”. Entonces, esa tarea que ella nos deja aquel día, esa tarea que queda plasmada en las cámaras de este Canal; interpretar esa tarea  más de 60 años después, tratar de ver qué significa llevar la bandera de la Patria a la victoria, nos marca un camino. Camino que iniciaron muchos compañeros y en lo personal, de alguna manera abandonando el cine, tomé este camino con mucha fuerza cuando fui convocado por Daniel Filmus, por Néstor, para la creación y construcción de Canal Encuentro y Paka Paka y después, cuando me convoca la Presidenta Cristina, hace más de cuatro años, para llevar adelante los medios públicos, la Radio Nacional y el Canal 7.
APU: En estos diez años hay un proceso de democratización y reformulación del sistema de medios. Nos interesa saber cuál es tu opinión de los formatos y contenidos que interpelan al campo popular. ¿Qué propuesta ves como un acierto y qué propuestas ensayás?
TB: Es una pegunta muy importante, porque cuando uno habla de medios públicos, generalmente tiene una visión, desde lejos, muy vasta. Y está bien, hay que analizar desde ahí. Pero tu pregunta va a lo concreto, va a la producción de discursos, de ideas transformadas en sonidos en el caso de la radio y de imágenes y sonidos en el caso de los canales de televisión. En un punto, la construcción es esa, hay una construcción audiovisual, un relato que es el que nos toca trabajar a nosotros. Yo creo que estos son años de mucho trabajo, de grandes desafíos que han tenido nombres como Canal Encuentro cuando nos propusimos hacer una televisión cultural y educativa de calidad. Cuando nos propusimos dejar atrás  aquel concepto de que una televisión para ser educativa tenía que ser aburrida y que no se podía hacer nada bien desde el Estado.
Ese desafío tiene otra faceta cuando nos proponemos hacer Paka Paka, en un país que está todavía sumergido lamentablemente en la difusión de la televisión paga y por cable en casi un 80%. Cuando uno analiza la grilla del cable y la programación infantil, advierte que allí se emiten durante las 24 horas siete señales infantiles que son producidas en los EEUU con todo un esquema cultural de transformar a nuestros niños en consumidores. Así surge Paka Paka, como una alternativa a ese modelo que no hace otra cosa que profundizar esa idea del niño consumidor . Así aparece un modelo de televisión para nuestros niños. Y aprovecho la oportunidad para reclamar una vez más que Cablevisión cumpla con la ley y sume a Paka Paka a la grilla de los canales infantiles.
Con relación a la radio, en los años de trabajo junto a María Seoane en Radio Nacional aparece otra manera de hacer radio. Primero hubo revertir el abandono, que se expresaba en transmisores destrozados, en un atraso tecnológico que hacía que esas radios prácticamente no se podían escuchar. Avanzamos en el mejoramiento del aire pero también en propuestas que resulten atractivas para todos. Si vos miras la grilla de Radio Nacional advertís que ha habido un cambio muy grande en esa programación: en la primera mañana está Cynthia García, luego viene Galende, Wainfeld, Larrea, y todos los programas que tenemos durante el día más el servicio de noticias. Nosotros apostamos a la audiencia, a la masividad y a hacer una radio de calidad.
Otro hito es Canal 7 y el significado de Futbol para Todos. Recuperar para la televisión pública nuestro deporte más popular, que no quede más restringido a aquellos que pueden pagar un súper abono. Porque los que no pagaban un abono veían las tribunas y sólo los que pagaban el súper abono podían ver el partido. Ahora eso se transformó de tal manera que el fútbol es de verdad para todos, su trasmisión es libre y gratuita. 
Toda la programación, los noticieros, los programas infantiles, de salud, de alimentación, trabajan en un esquema de diversidad, no entendiéndola como parcelación de la programación, ni entendiendo que hay que ser neutrales sino asumiendo una mirada, una postura, que es la que consideramos que tienen que tener los medios públicos de la República Argentina. Del mismo modo lo hicimos cuando nos sumergimos en el Cine, para hacer películas como las de San Martín y Belgrano, y también cuando nos sumergimos en nuestra historia reciente con películas como Infancia Clandestina  -ahora lo estamos haciendo con una película infantil-.  Es decir, hay una dimensión estructural acerca de cómo comprendemos los medios públicos: medios de calidad que se interesan por la audiencia y por brindar cada vez una mejor programación. Es decir, nuestros medios están insertos en un nuevo mapa mediático que va de la mano de la Ley de Medios y, al mismo tiempo, sostienen una preocupación micro acerca de cómo de generar y hacer los mejores programas.
APU: ¿Cómo crees que impacta la Ley de Medios en la federalización de la producción audiovisual y en la producción y circulación de contenidos de medios sin fines de lucro?
TB: Recuerdo perfectamente cuando empecé a estudiar a comienzos de los años ´80 y veía compañeros que llegaban de las distintas provincias y acudían a la producción híper concentrada en la Ciudad de Buenos Aires.  Para mí es una maravilla advertir cómo de la mano de dos factores fundamentales como son la Ley de Medios y la Televisión Digital, este mapa dela producción argentina ha cambiado absolutamente. Hoy son muchísimas las pequeñas y medianas productoras, organizadas bajo formas de cooperativa, de jóvenes estudiantes de televisión y cine que surgen en todo el país. Era inimaginable hace tan sólo cuatro o cinco años atrás, pergeñar que aparecerían producciones como las que ponemos en pantalla en la Televisión Pública. Por ejemplo, una producción como la del Chacho Peñaloza, realizada por jóvenes de la Provincia de Santa Fe con colaboración del Gobierno de La Rioja. O como lo que programamos en estos días, realizaciones de un grupo de productores audiovisuales que filmaron una serie íntegramente en la Patagonia y realizaron una historia de rescatistas de montaña, con un nivel de producción bárbaro. Estamos muy felices con que esto lo pase la Televisión Pública.
Lo mismo sucede con el nacimiento de los canales de los pueblos originarios y toda la producción de cooperativas que está surgiendo. Esto es un nuevo mapa que va de la mano de la ley y la digitalización pero fundamentalmente surge a partir de una idea que ha tenido nuestra Presidenta y de la puesta en práctica de esa idea que tiene que ver con un nuevo modelo cultural, con la diversidad de voces, de ahí que era necesario romper con aquella voz monopólica de Cablevisión, del Grupo Clarín, para poder abrirse a la diversidad.
Todo esto comporta una enorme dificultad, pero cuando uno analiza el mapa de hace cinco años y la situación actual se va dando cuenta que esto crece más allá de las cautelares y de todas las medidas que intenta imponer el grupo monopólico para frenar esta trasformación, para quedarse como voceros de su única verdad.
APU: Ayer la Televisión Pública pasó la película de Néstor Kirchner de Paula de Luque, se va a pasar también la primera versión de la de Adrían Caetano. Queríamos saber si pudiste verlas y conversar con vos acerca de la importancia de que la TV Pública emita ambas producciones.
TB: Sí, en el día de ayer pasamos la película de Paula de Luque; es una mirada intensa, una mirada profunda, de distintas voces. La película de Caetano la vi la mitad en Internet, en una computadora. Soy hombre de cine, me gusta ver las cosas en grandes pantallas, podría pasarme el archivo pero estoy esperando que salga la emisión, que creo será dentro de muy poco. Me parece una mirada profunda sobre Néstor que, hasta donde he visto, está narrada en primera persona, es decir, le dá la narración a él con mucha fuerza.
Creo que trabajar todos estos materiales, sumergirse en los archivos, ahondar en la memoria y generar proyectos, es algo muy rico. Estuve viendo también los primeros armados que está haciendo Ricardo Forster sobre los diez años de kirchnerismo. Son todos proyectos muy atractivos para analizarlos, difundirlos y revisar el pasado, no para quedarse fijado en el tiempo sino para seguir avanzando cada vez con más fuerza en esta construcción.
Y algo que me parece fundamental es que estamos haciendo todos estos cambios en el marco de un proceso democrático y pacífico, y muy unidos con América Latina. Siempre he creído en la idea que esbozaba Martí, "nuestra América". Y he vivido momentos muy dolorosos de esa construcción. Así que es enorme la importancia que tiene haber encontrado Presidentes como Néstor Kirchner, Hugo Chávez, como lo fue Lula, vivir esa continuidad con Cristina, Correa, Evo, cada uno desde sus distintas miradas, cada uno en su diversidad. En esta nueva construcción américana, me parece que el debate de los medios es fundamental y debemos trabajar con todas nuestras fuerzas para aportar a esta construcción.
APU: ¿Cuáles son los desafíos futuros de la Radio y Televisión Argentina?
TB: Los futuros desafíos son inmensos. Vieron como es la vida, uno mira todo lo que hicimos hasta este momento y, en simultaneo, mira todo lo que nos falta construir. Nosotros tenemos una responsabilidad de construir medios públicos de calidad, que trabajen el concepto de lo popular y trabajen las ideas de solidaridad, justicia, hermandad, esto es el ideario de construcción de un país mejor y una América más unida. Entonces es muchísimo lo que nos queda por delante.
Creo que la creación de Canal Encuentro, Paka Paka, DeporTV, la profundización de la calidad de Canal 7, la Televisión Digital y cómo permite llegar a lugares que antes nunca soñamos. Tenemos instaladas más de 12000 antenas en escuelas rurales, muchos de nuestros niños ven televisión por primera vez. Todo esto tiene que servir para que la televisión sea lo que nosotros creemos que tiene que ser: un instrumento de trasformación social que sirva a este cambio político.
Y por supuesto, estar siempre muy cerca de esa constructora extraordinaria que es Cristina, trabajar mucho en cómo hacer para que su mirada, sus decisiones, su claridad para analizar y dar respuestas a la realidad se transformen en imágenes y sonidos, en programas de televisión. Seguir trabajando para que este cambio cultural que estamos haciendo y debemos profundizar se pueda ver y la televisión y la radio argentinas son motores muy importantes de ese cambio.
Los desafíos son enormes, pero en un punto siguen siendo los mismos que hace diez años y me atrevo a decir que son los mismos desde el inicio de la Patria. Hay que estar siempre del lado de los que luchan por la libertad, de los que menos tienen. El desafío es implementar esto de la mejor manera, desde el amor, como nos decía siempre Néstor. Esto es hacer los mejores programas de radio y televisión, jugar de la manera más hermosa con el lenguaje audiovisual, experimentando con las nuevas tecnologías. De la mano de los millones de jóvenes que están ahora con una laptop en una escuela. Nunca se olviden que una laptop es una máquina que genera muchas cosas: es una cámara de fotos, una filmadora, tiene un sistema que permite hacer música. Entonces, además de los 16.000 estudiantes de cine que se sumaron en los últimos años, ver ese ejército de jóvenes con 3.000.000 de computadoras que permiten generar imágenes y sonidos, y entrar en una red para generar un nuevo discurso, eso me parece que es una verdadera maravilla. Nosotros tenemos, por manejar estos medios públicos, una responsabilidad muy grande. Es también una responsabilidad de trabajar en red con todas estas nuevas tecnologías y con todos estos nuevos jóvenes que se suman a la construcción de nuevas ideas.


 
Joomla 1.5 Templates by Joomlashack