Esta semana falleció el reconocido docente y militante por una
comunicación popular. "En sus clases hablaba de la educación desde la
utopía", evoca Rocío Cereijo.
Por Rocío Cereijo
Paulo Freire expresó en Pedagogía del oprimido que el problema actual
de la humanidad “radica en que pensar auténticamente es peligroso”. Sin
embargo, están aquellos que se atreven a correr este peligro, e incluso
quienes transforman esta concepción bancaria de la educación en donde
el educador posee un incuestionable saber.
El lunes pasado falleció Jorge Huergo, uno de los más grandes
educadores populares y militantes de la comunicación de América Latina.
Ni bien la triste noticia comenzó a circular en las redes sociales,
aparecieron decenas de testimonios de quienes lo conocieron, todos ellos
con una particular estima que no abunda en el ambiente docente.
Su colega y antes alumna Claudia Vásquez Haro lo conmemora con el
cariño y admiración que supo expresar en varias ocasiones: “era un
maestro militante, porque hay que entender a la política como una
herramienta de transformación para combatir las injusticias sociales”.
Asimismo, tanto la docente como otros estudiantes y compañeros de Huergo
recordaron la tradicional actividad que proponía al finalizar la
cursada de la cátedra de Comunicación y Educación en la Facultad de
Periodismo y Comunicación Social de La Plata. Se trataba de “una puesta
en escena de hacerle juicio a la escuela, donde había denunciantes y
jueces y se cuestionaban las injusticias que la institución promovía.
Jorge reflexionaba acerca de la educación por fuera de las
instituciones, era muy crítico con respecto a la educación bancaria”.
En sus clases hablaba de la educación desde la utopía, destacando la
importancia del reconocimiento en el otro, de concederle “cierta
igualdad de honor, considerándolo capaz de jugar en el mismo juego”. A
través de sus numerosas prácticas, el maestro luchó en pos de una
educación popular e inclusiva; como un proceso cíclico que se nutre en y
con el otro, con sus diferencias y similitudes. Vásquez Haro recuerda
que “fue él quien le despertó ese espíritu por la docencia” y en quien
supo encontrar lo que siempre había ido a buscar a la universidad.
Con el objetivo de dimensionar “al menos geográficamente y desde
algunas palabras” su legado, a María Victoria Martín se le ocurrió
realizar un google map que señale los distintos lugares en donde lo
recuerdan por haber sembrado infinitas enseñanzas. Desde diversas
latitudes del Cono Sur, sus compañeros continúan construyendo el mapa
interactivo del maestro que inculcó la responsabilidad de ser educadores
para los pueblos y no para las minorías. Jorge Huergo es uno de esos
hombres que no se mueren, se siembran.
|