50° Aniversario de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA)

Queridos compañeros/as y amigos/as de la UCA, del IDHUCA y de la YSUCA:
¡La paz del Señor!
La fiesta del 26° aniversario del martirio de Ignacio Ellacuría, Segundo Montes, Ignacio Martín-Baró, Juan Ramón Moreno, Amando López, Joaquín López y López, Elba Julia Ramos y Celina Ramos en este año 2015 tiene un carácter particularmente especial. Con el Santo Padre Francisco la Iglesia entra en una nueva era de su peregrinaje por la historia. Con frecuencia el papa insiste en que la Iglesia debe ser pobre y para los pobres, que debe recuperar la autenticidad de su misión. Pero más allá de ello, hay dos iniciativas que marcan este pontificado e impactan el mundo.
La primera de ellas es la publicación de la encíclica Laudato si'. Inspirado en San Francisco de Asís, el Papa nos invita y nos impele a asociar la cura de los pobres con la cura de la naturaleza. San Francisco nunca separó estas dos preocupaciones. Un cristiano no puede hoy hacer esa disociación. No se puede amar a Dios si no se ama lo que él ha creado: el ser humano y la naturaleza. Es falso, entonces, separar la crisis ambiental actual de la crisis social; no hay dos crisis, sino una sola.
La segunda acción del Santo Padre que impacta es la iniciativa de auspiciar encuentros mundiales de los movimientos populares. El primero de ellos tuvo lugar en Roma, en octubre de 2014; mientras que el segundo se realizó en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, en julio del año en curso; en el mismo participaron delegaciones de 35 países. En estos encuentros se ha ido construyendo una agenda básica y común, resumida en lo que el mismo papa Francisco llama las Tres T: tierra (terra), techo (domus) y trabajo (labor). A los participantes, el pasado 9 de julio, les decía para animarlos: «Pueden hacer mucho. Ustedes, los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos, pueden y hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en sus manos, en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas. 
El martirio de nuestros hermanos y hermanas de la UCA lo celebramos este año con particularidades específicas del contexto eclesial salvadoreño.
Nos encontramos en un momento particularmente fuerte en la vida de la Iglesia en El Salvador, que podríamos resumir así: a) la declaración de Mons. Romero como mártir y beato de la Iglesia Católica, acto que lo convierte en el salvadoreño más ejemplar y universal. No olvidemos, por cierto, que Mons. Romero fue una fuente importante de inspiración para nuestros mártires, como consta en muchas de sus memorias, y también en escritos públicos. b) La apertura y los avances en el proceso de beatificación de Rutilio Grande S.J., también por la vía del martirio. Sabemos que el P. Grande fue motivo de gran inspiración para Mons. Romero, y también tenemos noticias de que el gran jesuita y evangelizador rural era considerado en vida como un hombre de Dios y de notoria santidad por muchos campesinos; pero también por una parte del clero de la arquidiócesis de San Salvador que lo conoció, además de ser considerado así por sus compañeros.
Este año no solo celebramos el martirio de nuestros compañeros, asesinados el 16 de noviembre de 1989, sino también los 50 años de fundación de la UCA, que tanto bien ha hecho a la academia, pero sobre todo a la sociedad y, particularmente, a los excluidos, a quienes Ignacio Ellacuría llamaba las mayorías populares.
Nuestros mártires tuvieron gran admiración por Rutilio Grande, y tenemos noticia del gran impacto que les ocasionó la muerte del jesuita campesino en el Paisnal. Gran veneración tenían también por Mons. Romero, de tal manera que la UCA le concedió, a pocos años de su muerte martirial, el Doctorado Honoris Causa en Teología; todo esto impulsado por los mártires de la UCA.
Por todo esto, queridos compañeros y hermanos, alegrémonos con nuestro Santo Padre Francisco, con el beato y mártir Mons. Romero, con el mártir P. Rutilio Grande, y con los mártires de la UCA en este nuevo aniversario de su sacrificio y en los cincuenta años de la UCA.
Que los mártires, el beato Mons. Romero y la guía del papa Francisco nos inspiren en nuestro peregrinar. Suyo en el Señor, en unión de oración y de solidaridad, como siempre,
Michael Czerny S.J. - Pontificio Consejo Justicia y Paz -www.iustitiaetpax.va