Generando cambio

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Hollywood: triunfar en un mundo misógino y blanco PDF Imprimir Correo
Escrito por Agencia Paco Urondo   
Domingo, 31 de Mayo de 2020 00:00

La serie plantea una historia alternativa de la cinematografía estadounidense luego de la segunda guerra mundial. Entre inspiraciones e idealizaciones, el guionista fue criticado por recordar las deudas que, aún hoy, tiene la industria del cine para con las minorías.
Por Diego Moneta A principios de 2018, la noticia del aterrizaje de Ryan Murphy en Netflix había generado mucha expectativa, lo que finalmente le jugaría en contra. La serie The politician, que está por estrenar su segunda temporada, no fue bien recibida por la crítica. Luego de grandes éxitos como Glee o American Horror Story, se esperaba mucho más del productor, guionista y director estadounidense.
Con Hollywood, a Murphy se le presentaba otra oportunidad. La miniserie de siete episodios representa una historia alternativa de la cinematografía estadounidense, una vez terminada la segunda guerra mundial. La llamada “edad de oro” del cine es retomada por el creador para plantear cómo hubieran sido las cosas en una industria alejada, aunque sea un poco, de la misoginia, xenofobia y discriminación reinante de ese tiempo, que persiste todavía en la actualidad.
La tira sigue a Jack Castello (David Corenswet), un veterano de guerra que sueña con ser actor y asentar su nombre. Todas las mañanas se para, junto a cientos de personas, en la puerta de los estudios Ace Pictures, esperando ser elegido como extra. La tierra donde los sueños se hacen realidad no será tan efectiva al principio para Jack. Para colmo, va a ser padre de gemelos, por lo que necesita asegurarse un ingreso fijo cuanto antes.
Entrará a trabajar en una gasolinera, que resulta ser una fachada para un negocio de prostitución masculina, manejado por el dueño de la misma. Allí conoce a Archie Coleman (Jeremy Pope), un guionista que debe lidiar con ser afroamericano y homosexual en una sociedad conservadora y racista.
En paralelo se desarrolla la trama de Camille Washington (Laura Harrier), quien también aspira a grandes papeles, pero la industria la relega a actuar de sirvienta por ser afrodescendiente. Camille está en pareja con Raymond Ainsley (Darren Criss), que hace sus primeros pasos como director. Ainsley, mitad filipino, busca romper las barreras de Hollywood y empezar una nueva era.
Como vemos, Murphy trabaja con un protagonismo grupal que le permite presentar la historia de la diversidad de sus personajes. Entre otros más, destaca la inclusión de Jim Parsons. Después de 12 temporadas con The big bang theory, quien encarnara a Sheldon demuestra su versatilidad a través de Henry Wilson. Wilson, un mánager despreciable, tiene a su cargo la representación de Roy Fitzgerald (Jake Picking), más conocido como Rock Hudson, y pareja del guionista Coleman.
El articulador de todas las tramas va a ser la realización de una película que, si es llevada a cabo de la manera indicada, puede revolucionar la industria. La idea es llevar a la pantalla grande la historia de Peg Entwistle (verídica, por cierto) que, ante la reducción de su papel en Trece Mujeres, no puede soportar la depresión y se suicida saltando desde el cartel de Hollywood (Hollywoodland por aquel entonces)
Es una apuesta audaz por donde se la mire, tanto la miniserie de Murphy como la película en cuestión. Esta última no sólo escrita, sino también protagonizada por afrodescendientes (Coleman y Washington, respectivamente). La dirección está a cargo de Ainsley, de ascendencia filipina, y, además, el reparto incluye a Hudson y a Anna May Wong (Michelle Krusiec), una actriz asiática excluida por la industria.
Tal vez, Hollywood, como serie, se tome un poco a la ligera la manera de las minorías de lidiar con su contexto. Lo que de ninguna manera sucede es la idealización del camino para conseguir lo que se proponen. Aparecen en la historia todo tipo de trabas, desde problemas financieros hasta el machismo de la industria y, obviamente, el racismo, a través de las presiones de los estados del sur y del Ku Klux Klan. Y estas son sólo algunas de las dificultades que deberán sortear.
Si Hollywood molestó tanto a cierto sector de la crítica, fue por demostrar que para que los cambios ocurran es necesaria la voluntad de quienes toman las decisiones. Ceder los privilegios se vuelve central. Así, en la ficción, determinadas circunstancias van a ayudar, pero el apoyo de quien dirija el estudio es la clave para la realización del film sobre Peg.
La edad dorada parece lejana en el tiempo. Sin embargo, en algunas cuestiones, nuestra actualidad no es muy diferente a lo que se plantea en la industria de esa época. En el caso de las mujeres, durante los 90 años que llevan los premios Oscar, sólo cinco fueron nominadas en la categoría a mejor dirección, la única que no separa por género. Por otro lado, las películas sobre la esclavitud son las elegidas casi exclusivamente a la hora de galardonar a artistas afroamericanos, dejándolos de lado de todas las demás. Todas estas cuestiones que plantea la serie, y por las cuáles incómoda, deberán ser abordadas por quienes encabezan la industria, más temprano que tarde.

 
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