LOS DE HOY Y LOS DE ANTES
Jueves hoy, sin atenuantes.
Se perdieron los sueños en el agua
Y los amigos de hoy, y los de antes
humo se volvieron.
En el sublime oficio de atorrante
hay siempre corazón dispuesto
a jugar el resto
por los amigos de hoy y los de antes
que apareciendo
dejan el humo atrás, no son recuerdo.
Los encuentros
en la city o en Devoto,
en Recoleta o Ciudad Oculta
aunque te pasen multa,
endulzan el estacionamiento
y hacen repetir el cuento
o contento
asistirlos por cualquier consulta
sin cobrar ningún emolumento.
Los amigos que se van,
los de hoy y los de antes
merecen una flor porque son flores,
calificados testigos
de viejos y actuales amores,
de dolores circundantes,
de exultantes alegrías
que si vuelven algún día
y te suben al pescante
seguro pelearán para llevarte
al cielo o al infierno
esperando que me den destino
en la antesala del propio purgatorio.
Así somos los amigos,
los de hoy y los de antes,
unidos por un cordón
que parte del mismo ombligo.
Y a Dios gracias,
nobles atorrantes.
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