Escrito por León Guinsburg
|
Martes, 17 de Julio de 2012 11:35 |
LIBRERÍAS (A la memoria de Manuel del Cabral) Excluyente, escarcha el frío los sentidos. Su corva cimitarra trilla y atenaza en la desierta estancia de una luna congelada de la noche que criba caminatas. Hay poemas temblando en las viejas librerías, porque a pesar del frío, los libros no callan.
Los hay de lomos curtidos. Líricos manoseos de sensual prosapia, donde el goce impreso de insomnes jornadas aroma el papel, que amarillento exhala el póstumo suspiro de aquel bohemio que los asiló en la compraventa. Están los otros, los de nuevo cuño. Lucen polícromos relieves en título y autor, coherentes al decir del afiche editorial, de la fotografía y de un sentido precio inalcanzable que reemplaza a las visitas a una excelsa pizzería. Celulósco montepío inimputable de penumbras que las luces relativas de Corrientes lanzan al vacío porque quedan humanoides lectonautas a pesar de la informática ordalía. Hace frío en Buenos Aires, frío de grappa y de ginebra. Llegado el viento sur con su metástasis helada, tiembla enguantado el diarero sin voceo en el puesto fileteado de su histórica parada. Y tiritando a través de la bufanda desando la Corrientes raleada, sin gentío, sin casi tango, avenida de un ensueño que perdió su madrugada.
|