POEMA DE LEON EL GIRO
En el escape de tu espasmo, sueño.
Férvido encuentro de cruces y verdades
cuahdo en el desván del inconsciente
halle despellejado el testamento
que escribiste en los dinteles de mi alma.
Qué sabía yo de tu remordimiento
de no amarme más allá del infinito.
Herencia de lunas y magnolias
encastradas en el imán del beso,
soliviantadas en el orgasmo a gritos.
Fuimos un giro de la redondez de un tiempo,
de los silencios dichos por miradas y caricias
en el turbión labrado por nuestra orfebrería.
Fuimos otro giro amotinando
la urbe irracional de los ocasos
contra el margen derecho de la vida.
Y tu partida, resumiendo,
fue la retirada del ejército en derrota
que hoy muestro en falsa calma
que no alcanza a sostener el quebranto de mi alma.
Tu ausencia es arco iris dado vuelta,
colores que caen y no levantan,
notas desmayadas sobre un muerto pentagrama.
Tan exacto y bueno fue tu amor
que el postrímero giro
reclama la señal faltante,
acorralado,
en el dintel escrito con la tinta del suspiro.
Firma el testamento como único testigo
el fantasma de mis días y mis noches,
que en luz y oscuridad anda conmigo
recordando.
Tu herencia llama, y voy contigo.