Generando cambio

Generando cambio

JUDÍOS SEFARDÍES: Primera Parte PDF Imprimir Correo
Escrito por Dr. Marcos Edgardo Azerrad   
Miércoles, 05 de Diciembre de 2012 13:28
PIONEROS DE LA INMIGRACIÓN EN LA REPÚBLICA ARGENTINA. ORÍGENES. PROCEDENCIA. LA GRAN DISPERSIÓN. DIÁSPORA SECUNDARIA. DEMOGRAFÍA ESTADÍSTICA. INTEGRACIÓN Y REALIDAD HISTÓRICA. SEGURIDAD Y DERECHOS HUMANOS. UN NUEVO PARADIGMA.

La presencia de los sefaradim o también llamados sefaradíes, (Sefarad=España), se remonta en la Península Ibérica de aproximadamente a 2.000 años; se hallaban allí antes de la invasión musulmana (711 D.C.). Estudios con estricto rigor científico, históricos-comparativos, establecen su presencia por esas tierras, después que los judíos salieron de la Diáspora en el año 70 D.C. con la destrucción del Segundo Gran Templo de Jerusalén. Su permanencia, constituye el período más prolongado en el cual una parte del pueblo judío estuvo residiendo tanto tiempo, bajo sucesivas dominaciones: romanas, visigodas, musulmanas y cristianas; nunca tuvieron autonomía legal; empero, demostraron que es posible el intercambio positivo, fructífero y útil a través del conocimiento entre culturas, tradiciones y religiones diferentes. Y esta es precisamente una característica distintiva del pueblo sefaradí, toda vez que a través del tiempo exhibieron una apertura mental y amplia, que les permitió coexistir y trabajar juntos a otras culturas, sin perder su propia identidad y preservando la riqueza cultural de cada civilización.
Por ello, es oportuno recordar que Sefarad es el nombre hebreo para lo que fue la provincia romana de Hispania; Sefardí, quiere decir “español” en hebreo antiguo y es la palabra para designar a los judíos de España y Portugal.
En ese orden de ideas, sostiene el prestigioso catedrático español de Historia Medieval de la Universidad Autónoma de Madrid, Luis Suárez Fernández que “En la Historia del Judaísmo en España el gran esplendor de esa cultura en su tierra fue a mediados del Siglo IX. En ese momento se permitió el establecimiento de comunidades importantes en Barcelona, León y Andalucía y hasta allí se trasladaron las escuelas teológicas hasta entonces radicadas en lo que es hoy Irak…[…] “La presencia judía en España se remonta a casi veinte siglos. Las tribus judías se expandieron por un territorio que casi duplicó en extensión al dominio árabe en la Península” .
En esa línea de pensamiento, sostiene Don Adolfo de Castro, que “Muchos judíos que huyeron de Jerusalén, cuando su destrucción por Tito, se establecieron en España, donde vivieron…[…] “Con el correr de los siglos florecieron muchos judíos doctísimos, especialmente en Córdoba” .
En ese orden de ideas, sostiene León Poliakov, que “Los judíos españoles son los más instruidos e ilustres de todos los judíos dispersos por el mundo; su supremacía tiene una cuádruple base: linaje, riquezas, virtudes y ciencia. Tales pretensiones fueron justificadas identificando España con el “país de Sefarad”, donde según el Antiguo Testamento, fueron desterrados los hijos de Jerusalén, la flor y nata del judaísmo antiguo. Se consideraba que el judaísmo español descendía ya de los desterrados por Nabucodonosor, ya de los desterrados por Tito; en todo caso, escribía el historiador Ibn Verga, eran de extracción regia. En cuanto a las grandes familias de Toledo o de Barcelona, éstas pretendían descender en línea recta del Rey David”
Por su parte, Iosef Kaplan, catedrático de la Universidad Hebrea de Jerusalén, sostiene que “los judíos sefardíes constituyen una comunidad que vivió más de 1.500 años en la Península Ibérica” .
Vale destacar, corroborando lo expuesto precedentemente que “La Sinagoga Mayor de Barcelona, es sin duda la más antigua de España. Excavaciones realizadas dejaron al descubierto sus cimientos, unas paredes romanas del Siglo I construidas con piedra procedente de Cartago. En 1995 y gracias a los estudios del historiador medievalista Jaume Riera, la Asociación Kahal de Barcelona, decidió adquirir el inmueble para restaurarlo y recuperar así el espacio sinagogal” .
Los judíos, en colaboración con árabes y cristianos desarrollaron una extraordinaria cultura, particularmente durante los Siglos XI y XII, que es ejemplo de convivencia de la España de las Tres Culturas, que representó la cúspide del pensamiento filosófico de aquella época (véase Maimónides, Averroes y la Escuela de los Traductores de Toledo). Estos últimos tradujeron los textos griegos al árabe. Esto demuestra la gran diversidad de contenidos y multiplicidad en la que se expresan en el campo social, político y religioso, sobre las formas del pensamiento judío de la época. Así pues, se adelantaron varios siglos a lo que luego habría de llamarse el Renacimiento, o sea el Humanismo en su más alta expresión, dejando su impronta bajo el sello de la tolerancia, la libertad de conciencia y de razonamiento, ciencia y progreso y otras materias que excedieron el campo meramente filosófico y religioso de aquél momento.
Precisamente en esa línea de pensamiento he sostenido en la Sociedad Hebraica Argentina el 7 de Mayo de 2009, que “La construcción de la nacionalidad española, nace con la convivencia y la participación de moros, cristianos y judíos y con ello consecuentemente el aporte lingüístico del castellano. Los judíos españoles, arrojados al exilio, mantuvieron durante siglos su amor incondicional hacia la Patria que los había despreciado, lazo afectivo que se exteriorizó no solo a través del idioma que conservaron y conservan, sino también en la memoria de su pasado español, guardando como reliquia, las canciones, refranes, leyendas, tradiciones, romances y costumbres. En la historia de ambos pueblos, no podía faltar lo que constituye uno de los elementos más importantes y trascendentes de identidad: la lengua…[…] “El castellano se comienza a expandir en América; los sefaradíes llevan esa misma lengua a los lugares del exilio y le guardan fidelidad durante más de cinco siglos. Son portadores de dicho tesoro lingüístico en el Mediterráneo central y oriental y en el Norte de África, más precisamente en Marruecos. Justamente, refiriéndose a el origen del castellano Carlos Fuentes  , en ocasión de celebrarse el Tercer Congreso Internacional de la Lengua, en Rosario, (Argentina, abril de 2004), en la Conferencia Inaugural, aunque sin mencionarlo, hace suya la tesis de Américo Castro, expresando textualmente:
“Somos lo que somos y hablamos lo que hablamos, porque los sabios judíos de la Corte de Alfonso El Sabio impusieron el castellano, lengua del pueblo, en vez del latín, lengua de la clerecía, a la redacción de la Historia y las Leyes de Castilla”.
De esta manera, el notable escritor Mexicano, reconocía el papel de los sefardíes en el nacimiento de nuestra lengua castellana, durante la época de la convivencia de la España de las Tres Culturas. Los Judíos forman parte indisoluble de la Historia de España” .
Mérito es señalarlo, Carlos Fuentes, Gran Señor de las Letras, fue distinguido en 1987 con el Premio Cervantes; en 1994, recibe el Premio Príncipe de Asturias de Las Letras y en el año 1977, recibe el Premio Rómulo Gallegos, galardón de máxima jerarquía que se otorga en América Latina (Venezuela); por otra parte, la misma Real Academia Española dispuso una nueva edición con motivo del 50º aniversario de la obra de Fuentes “La Región más transparente”, que nos habla sobre la historia de México, sus conflictividades y contradicciones.
Cabe señalar, que al III Congreso Internacional de la Lengua, concurrió especialmente invitado el Rey Juan Carlos I de España.
Los expulsados de España, mantuvieron su tradición, cultura e identidad, además de su lengua, que es una de las características del pueblo sefardí, conservando el idioma de las Leyes de Castilla y del Siglo de Oro Español, enriquecida además por el exilio de más de 500 años por los lugares donde se trasladaron y se radicaron.La lucha por la sobre vivencia de los judíos que escaparon de la Inquisición y posterior Expulsión, constituyó un acto de vida por mantener incólume la historia, tradición, cultura e identidad del Pueblo Judío.
 
Joomla 1.5 Templates by Joomlashack