Generando cambio

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VICENTIN Y EL SECTOR AGRO EXPORTADOR PDF Imprimir Correo
Escrito por Horacio Rovelli   
Domingo, 29 de Noviembre de 2020 00:03

altVicentin S.A.I.C. conforma un grupo económico con más de 30 empresas que controla directa o indirectamente a través de sociedades en el extranjero y que ni siquiera se menciona en el expediente de su concurso y que explotan al menos ocho actividades industriales distintas, con elevado volumen de producción y exportación, por ejemplo, existe en Uruguay  Vicentin Family Group que controla a varias de las sociedades que, hasta hace cinco años atrás, controlaba Vicentin S.A.I.C.

Se encuentra en concurso preventivo de acreedores desde febrero 2020 tras entrar en cesación de pagos el 4 de diciembre 2019 ha sido un tema destacado en el año 2020 por sí y porque permite poner la vista en un sector que es estratégico en el ingreso de divisas al país.
El caso demuestra la falta de control por parte del Estado y de la sociedad ante la existencia de triangulaciones y doble contabilidad o contabilidades paralelas que realizó la firma y que no es ajena a la operatoria de todo el sector. Vicentin S.A.I.C revela y publica siete meses después de haberse presentado en concurso en febrero 2020, su Memoria y Balance anual del año 2019, en que su Patrimonio Neto es negativo en el equivalente a 611 millones de dólares, cuando en el ejercicio 2018 los Activos superaban su Pasivo en el equivalente a 567 millones de dólares, hecho que implica una disminución en 1.178 millones de dólares de un año a otro. Vicentin Argentina produciendo entre 6 y 9 millones de toneladas anuales de granos, harinas y aceites, durante los tres años que van de 2016 a 2019, termina con una crisis financiera que la lleva a concursarse, mientras que Vicentin Paraguay, “comprando barato” y vendiendo el mismo producto “caro” a la empresa Vicentin SAIC de Argentina, por solo 600 mil toneladas, generó ganancias descomunales.
Obviamente debe investigarse el hecho de que muchas de las sociedades vinculadas aparecen como acreedoras y deudoras en la apertura del concurso, en tanto esto podría evidenciar dos posibles mecanismos de vaciamiento que interactúan entre sí: a) Operaciones comerciales perdidosas para Vicentin SAIC y beneficiosas para las Vinculadas. Es decir, se habrían generado compras caras y/o ventas baratas a empresas vinculadas. Y b) Vicentin SAIC habría asumido costos, fundamentalmente financieros, que deberían haber pagado las empresas vinculadas.
El concurso presenta acreedores quirografarios por $ 99.345,2 millones a febrero de 2020, equivalente a unos 1.300 millones de dólares, de los cuales el 60% son deudas financieras y, un 25% es por compra de granos que no pagaron. Entre los acreedores financieros está el crédito del Banco de la Nación Argentina por un total de $ 18.000 millones (unos 300 millones de dólares aproximadamente) y deudas con la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos) por aportes previsionales e impuestos retenidos y no pagados por unos $ 1.500 millones.
También son acreedores instituciones internacionales que crearon un Comité de Bancos que está integrado por la Corporación Financiera Internacional (miembro del grupo Banco Mundial), FMO (Banco de desarrollo controlado por el Estado holandés), ING, Rabobank, Natixis y Credit Agricole. Se trata, en todos los casos de grandes corporaciones financieras a nivel global que usualmente participan en la prefinanciación de exportaciones de granos pero que presentan un discovery en el Juzgado de Nueva York (EEUU) donde afirman: “Vicentin creó una aparente solvencia que le permitió acumular una gran cantidad de stock de cereal y obtener importantes créditos de distintas entidades bancarias, para ir financiando el esquema defraudatorio mientras desviaban los activos de la sociedad hacia otros entes que crearon a tales fines. Para ello habrían adulterado los balances, contabilizando falsos activos y ocultando el verdadero pasivo, para mostrar así un superávit que no era tal”
DETRÁS DE LA TRAMA
La presunción de los acreedores es que mientras la empresa Vicentin SAIC informaba datos falsos, los principales dueños de Vicentin habrían ido vaciando a ésta, pasando sus activos a otras sociedades de modo de asegurarse de que, en caso de que ocurriera lo que preveían y luego terminó ocurriendo: el default, parte importante del activo quedara fuera del alcance de sus acreedores, y pudieran disponer sin control o restricción alguna del mismo, como en los hechos ocurrió por ejemplo con el Frigorífico Friar S.A., o con las ventas de Tastil S.A.(Uruguay) y parte de las acciones de Renova S.A.
Vicentin SAIC se asocia con la empresa Glencore SA y conforman la firma Renova SA con puerto propio en Timbués y que es la productora de aceite de soja más grande del mundo, y además produce biodiesel y harinas. Los estados contables de Renova SA demuestran que ganó en los últimos tres años 540 millones de dólares, vendiéndoles servicios básicamente a dos clientes, Vicentin S.A.y Oleaginosa Moreno S.A. Es decir, el Grupo Vicentin, dueña del 50% de Renova, ganaba 270 millones de dólares mientras la sociedad que contrataba e impulsaba su operatoria (Vicentin SAIC) entraba en default.
Incluso 48 horas antes de presentarse en convocatoria de acreedores, Vicentin SAIC de Argentina le vendió su participación en Renova SA a Vicentin Paraguay, que incluso en la suma en que se realizó es cuestionada por el discovery del Comité de Bancos Extranjeros. Precisamente,la oficina de Vicentin con sede en Asunción, que hasta el año pasado reportaba de 6 a 7 empleados sin que exista allí una planta productiva, es el segundo exportador de granos de ese país. La ecuación ha sido sencilla: venían los barcos vacíos, se llenaban en San Lorenzo (Provincia de Santa Fe) pero eran declarados en Paraguay para no pagar derechos de exportación.
En determinadas actividades, resulta difícil separar qué pertenece al Grupo Vicentin y qué pertenece al Grupo Glencore. En tanto, la participación mayoritaria en la empresa Renova remite a firmas extranjeras (Glencore y Vicentin Paraguay) Renova termina siendo una empresa extranjera que sirve para distribuir utilidades dominantemente hacia Ginebra (Suiza) donde está la casa central de Glencore y, Asunción de Vicentin Paraguay SA.
Renova, cuya transferencia de acciones de Vicentin al grupo Glencore es parte de la investigación en el Juzgado de Nueva York a raíz del aparente ocultamiento de los 122 millones de dólares que habría cobrado Vicentin, aparece en el expediente del concurso con un reclamo de pagos por 1.346,4 millones de pesos. El legajo de la firma que aún pertenece en un 50% a Vicentin Paraguay SA muestra la facturación de 53 operaciones entre el 30 de noviembre de 2019 (cinco días antes del default de Vicentin SAIC Argentina) y el 6 de febrero de 2020 (en los días previos a la apertura del concurso de acreedores)
En el finalmente presentado Balance General de Vicentin SAIC, en el rubro “Créditos por Ventas” (que totaliza $ 4.292.413.623) hay un listado de más de 1.800 deudores. De ese monto, la firma Nacadie Comercial SA explica poco más de la mitad: $ 2.164.681.943,52, un 50,4%. No se detallan mayores precisiones sobre esa operación y es la principal deudora de la agroexportadora. El estudio jurídico Moyano & Asociados -especializado en casos de insolvencia transnacional con perfil de rastreo y recupero de activos- reveló que Nacadie Comercial SA es una firma radicada en Montevideo Uruguay que otorgaba las garantías para los préstamos que Vicentin solicitaba al fondo TriLinc Global Impact Fund. Si bien no está disponible la nómina de accionistas y directores, sí pudo conocerse el nombre de su apoderado: Patricio María Coghlan. Esta persona es, a su vez, Director, junto a Máximo Padoan, Gustavo Nardelli y Pablo Estrada -entre otros-, de Enav SA, radicada en Mendoza e identificada como integrante del grupo Vicentin por sus propios miembros.
Patricio Coghlan, en representación de Nacadie Comercial SA de Uruguay, constituyó el 9 de septiembre de 2019 una sociedad en Santa Fe, denominada Nacadie Comercial SA, fijando domicilio en Hipólito Yrigoyen 298 de la ciudad de Reconquista. Allí funciona el frigorífico Friar, empresa señera del Grupo Visentin.“Según registros oficiales de Uruguay, Nacadie Comercial SA de ese país, realizó en los últimos cinco años millonarios envíos de fondos a Nacadie SA en Panamá (sociedad constituida en ese país en el año 2005)
En síntesis, la fundada sospecha es que todo el entramado de sociedades es para ocultar el manejo y fuga de divisas de los principales referentes de la firma Vicentin SAIC de los últimos años, que son principalmente los hermanos Sergio (falleció en agosto 2020) y Gustavo Nardelli, Alberto Padoan, Daniel Buyatti y Roberto Gazze quienes no trepidaron en armar este andamiaje para  estafar a los productores que le fiaron los granos y a los bancos que le prestaron sin saber de la maniobra que realizaban.
LAS RELACIONES CON EL SECTOR
El concurso de acreedores de Vicentin SAIC significó la virtual estafa a miles de productores de granos de todo el país. Esto es así porque existe un detalle fuerte del que ninguna de las partes habla en voz alta: la deuda real de Vicentin con los productores/proveedores seguramente multiplica varias veces a la efectivamente registrada en la convocatoria. No debe olvidarse de la existencia de los “valijeros” y de la entrega de granos de palabra, sin la existencia de ninguna documentación para no pagar impuestos.  Caso concreto la denuncia de los socios de ACA (Asociación de Cooperativas Argentinas) y un centenar de cooperativas agropecuarias en que el valor de los granos entregados es mucho mayor que el que aparece en el concurso de acreedores, o de la firma Grassi SA por lo mismo y, hasta de la acopiadora “La Clementina SA”, quién le había entregado granos el 4 de diciembre de 2019 en que se declaró en “stress” financiero, recibiendo Vicentin SAIC la mercadería sabiendo que no la iba a pagar.
El problema es que la estructura de Vicentin va a ser despedazada por las grandes empresas del sector y, de esa manera, no solo se concentra más el mercado granario y de sus derivados agroindustriales, sino que se pierde una excelente oportunidad para contar con una empresa testigo en el sector, que permita conocer los costos reales, perfeccionar los mecanismo de control de contabilidad y pago de impuestos y derechos, que fue la idea original en el Decreto de intervención y proyecto de ley de expropiación en la empresa, que al anunciarlo el Presidente de la Nación dijo: “El objetivo es que siga funcionando y que sus siete mil trabajadores tengan la tranquilidad de continuar con sus empleos y que los dos mil seiscientos productores puedan seguir contando con una empresa para venderle lo que producen y que la Argentina siga teniendo un pie en un operador de esta envergadura”
Se trata de diez empresas cerealeras que concentran el 91 por ciento de las exportaciones de granos, legumbres, harinas y aceites vegetales del país. De las diez, seis son extranjeras, y reúnen el 66% del volumen exportado. Las cuatro de origen local -tres de ellas, en una medida importante ya transnacionalizadas- suman el 34% restante. Controlan un comercio que representa, en conjunto, el 45 por ciento de las divisas que ingresan al país por exportaciones, según las estadísticas del año 2019: unos 29 mil millones de dólares anuales, sobre ventas totales al exterior por 65.115 millones. Que siguieron exportando este año 2020, pero con el agravante que el consejo que las agrupa (CAA– Consejo Agroindustrial Argentino)  sabe que tienen una demanda garantizada en el mercado externo y, a pesar de que los precios internacionales de esos productos son los mayores de los últimos diez años, con la tonelada de la soja arriba de los 440 dólares y su aceite por encima de los 920 dólares los 900 litros, realizan las exportaciones y su liquidación en cuenta gotas1, especulando con la devaluación de nuestra moneda.
De haber contado con una empresa mixta en el sector, saldría a vender y los obligaría a hacer lo mismo, así como liquidaría en tiempo y forma dichas operaciones.
1- Según informa CIARA-CEC, en los diez meses del 2020 la liquidación de exportaciones fue un 14,61%  menor que en igual lapso que en el año 2019 cuando se venía de una sequía y el precio era mucho más bajo (exportaciones por solo 16.849,2 millones de dólares contra 19.310,4 millones de dólares del año pasado). Incumpliendo con la promesa del CAA que iban acelerar sus ventas.

 
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