Generando cambio

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Guillermo Moreno: “Reindustrializar la Argentina tiene que ser una gesta” PDF Imprimir Correo
Escrito por Agencia Paco Urondo   
Jueves, 02 de Noviembre de 2023 00:00

Por Santiago Asorey

Guillermo Moreno, exsecretario de Comercio y titular de del partido Principios y Valores, conversó con Agencia Paco Urondo sobre la visión geopolítica necesaria para comprender qué está pasando en Medio Oriente, la reindustrialización de nuestro país como única salida de la crisis y por qué cambió su voto, pasando del blanco a apoyar la candidatura a presidente de Sergio Massa. Agencia Paco Urondo: Quisiera empezar por el análisis geopolítico ¿Cómo ves lo que están sucediendo en Israel y Palestina?
Guillermo Moreno: Está claro que es otro de los conflictos de segundo nivel que se van dando en el nuevo orden internacional. Parte de lo que acontece en Medio Oriente se debe a la irrupción de la Federación Rusa, que ya había llegado a Siria, a Libia, con alianzas cruzadas. Turquía, por ejemplo, que era su aliado en Siria, es su enemigo en Libia. Esto habla de que los alineamientos son lábiles y sólo hay un alineamiento fuerte en términos de quiénes se van a sentar a la mesa de la conducción del nuevo mundo en la que van a estar Putin y Trump, cuando este último sea electo nuevamente si le da la salud, o el que le elija para la próxima contienda norteamericana. Esperemos que ahí se pueda sentar el Papa. En Medio Oriente hay un antecedente que explica lo que está aconteciendo. Los drones iraníes enviados a la Federación Rusa no es un intercambio militar por dinero, es un intercambio de equipos militar por equipo militar, lo mismo con Corea del Norte. Por eso está negada, hoy, la posibilidad de que Israel bombardee Irán como ya lo supo hacer.
Cómo una organización político-militar puede enfrentar a un ejército regular tiene respuesta en esa modificación del armamento en términos tecnológicos. Hasta ahora, Hamas era un grupo con determinada capacidad militar que estaba dada por lo que podía conseguir o fabricar. Eso cambió, ahora hay otro tipo de misiles y hay otro tipo de armamento para el combatiente de infantería. Esto explica por qué el ejército israelí no pudo desplazar los tanques que tenían a pocos kilómetros y tardaron horas y horas en ir, porque miedo a ser destruidos. Tuvieron que mandar la infantería, primero, despejar y después, recién, fueron los tanques. Esto explica lo militar, políticamente se explica con que Israel dejó de tener la hegemonía de representación de Occidente en Medio Oriente.
APU: Solés usar el término de Occidente ampliado ¿A qué te referís con eso?
G.M.: Porque Irán vuelve a ser Occidente de la mano de la Federación Rusa. Siempre lo fue, hasta que se generó una revolución muy particular. Arabia Saudita ya lo era, los Emiratos, también; y Siria no hay ninguna duda que es Occidente en tanto y en cuanto son los rusos los que garantizan la estabilidad de ese régimen. Eso expresa la construcción del Occidente ampliado. Con contradicciones dentro, como nosotros tenemos con Gran Bretaña por Malvinas. Si vamos a pensar que Gran Bretaña es Occidente y nosotros tenemos confrontación con ellos y tiene que ser por fuera del marco occidental, sólo queda China.
Eso es lo que entiende el gobierno, con la simpleza de análisis que lo caracteriza. No es que niega la problemática, eso lo hace Milei o Patricia Bullrich. Eso hay que reconocerle a Alberto Fernández, diría que el único gesto interesante de su gobierno que fue ir a las bases de la Antártida. Ellos tienen esta visión del conflicto, pero lo resuelven mal, con esa simpleza de “el enemigo de mi enemigo es mi amigo” piensan que si Gran Bretaña es Occidente me tengo que aliar con los que no lo son.
APU: ¿No ves en los BRICS un lugar de apoyo?
G.M.: En los BRICS hay dos países que son del commonwealth, India y Sudáfrica, es ridículo. Y la Federación Rusa, con la cual es obvio que tenemos que llevarnos bien, está del otro lado. Ya tuvimos una guerra en Malvinas y los rusos hicieron lo que pudieron hacer, en la época de la Unión Soviética. Cuando se te vino la OTAN… no sé qué es lo que están pensando. Es ese reinado de la voluntad y del conocimiento teórico por encima de la práctica y las limitaciones que la propia realidad le pone a la voluntad.
He debatido con amigos que tenemos de la colectividad el rol de Netanyahu, sus sistemáticos viajes a Moscú tienen que ver con que está intentando descifrar el nuevo rol de Israel, porque al perder la hegemonía de representación la va a tener que compartir. La realidad de Irán en Medio Oriente está instalada. Por eso, Arabia Saudita dijo “me aguanto que Israel tenga armamento nuclear, no me aguanto que Irán lo tenga”. O es Golfo Arábigo o Golfo Pérsico, esa denominación cambia el panorama. Ya lo dijo el actual mandatario, si Irán desarrolla armamento nuclear, Arabia no se puede quedar atrás. Es obvio que la protección de ese desarrollo nuclear va a estar dado por la Federación Rusa. Finalmente, detrás de todo esto, está la imposibilidad de que Medio Oriente abastezca de energía a Europa, algo que ni los rusos ni los norteamericanos van a permitir.
APU: En este nuevo orden que vos señalás, Rusia y Estados Unidos parecen ser los dos grandes ganadores ¿Es así?
G.M.: El vector que los une es el energético. Así como había un antecedente en tecnología militar para lo que está pasando en Medio Oriente, hay un antecedente para este nuevo orden internacional, que es la revolución energética norteamericana. Se inicia en el 2004, cuando Bush (h) decide experimentar con energías alternativas, ahí aparecen esos ventiladores gigantes, el biocombustible. Que nos vino muy bien, porque aumentó el precio de los cereales y las oleaginosas.
Fue el último debate que, creo yo, participó intelectualmente apto Fidel Castro. Decía que íbamos a utilizar energía humana y la transformaríamos en energía mecánica, alimentos en energía mecánica. Capaz que tendría razón, pero a nosotros nos vino bárbaro, así que lo leías, pero hacías otra cosa, porque es el interés nacional. En el medio, los norteamericanos desarrollaron la tecnología del gas y el fuel oil que les permitió transformarse en el principal país productor de petróleo utilizado por su propio aparato productivo, eso les dio una ventaja competitiva extraordinaria. Eso explica la irrupción de Trump, porque los alemanes y los chinos les habían entrado en su zona de confort. De los alemanes ya se ocuparon; de China, ya estás viendo cómo se despliegan las fuerzas. Nadie está pensando en acción militar, pero sí que los van a cercar con energía y alimentos.
Seguir el proceso chino es muy interesante, como conclusión van a volver a reivindicar a Mao, su Revolución Cultural tenía que ver con esto. Después de tantos años se dan cuenta, es cierto que no se entendía qué es lo que quería hacer, le ganó el que decía “lo importante del ratón es que cace ratones”. Y no era cierto, porque Mao se daba cuenta que el otro diseño económico le quitaba autonomía, este modelo de desarrollo chino necesita de los mercados externos para poder importar energía, alimentos y desarrollar la clase media. Sin esos mercados, los chinos tienen que volver a comer pasto, en una manera rápida de decir. Y no tienen ninguna autonomía energética, salvo que empiecen a desarrollar algunas que no son fáciles de almacenar, como el hidrógeno.
APU: Escuchando tu análisis, se podría decir que la Política Exterior Argentina no estaría comprendiendo esta situación.
G.M.: Lo mismo que pasa en la economía: no estudian, no saben, no leen, no son aptos, y entonces hacen cosas… “Si me peleo con Estados Unidos porque me aprieta en el Fondo, aunque vos no cumplas lo pactado, me voy a hacer amigo de China”. Es una pena. Entrando en lo doméstico, de la primera vuelta para acá hay un Massa interesante. Ya el mismo día del discurso, te plantea reindustrializar la Argentina, que es parte aguas de nuestro país en Economía. Así como en política internacional es el alineamiento con Occidente o con China (podemos mantener negocios, hablo de alineamiento), el de la política económica es si vas a reindustrializar o ya estás convencido que Argentina tiene que ser postindustrial.
Para industrializarla hay dos condiciones necesarias: que haya mercado interno, y para que esto suceda, tiene que incrementarse el poder adquisitivo los ingresos populares. Para que eso pase, tenés que bajar el precio en términos proporcionales de los alimentos básicos. Eso te lleva a hacer la Ley de Arrendamiento, ya que bajándole el costo a los productores en la zona núcleo de la Pampa Húmeda, le podés subir las retenciones. Si hacés eso, matás dos pájaros de un tiro. Te haces de plata para confrontar los compromisos externos y con las retenciones desalineás los precios internacionales de los alimentos domésticos.
Con eso vos conseguís que al trabajador, al jubilado, después de comer le sobre plata con la cual va a adquirir los productos manufactureros. Ahí tenés una opción de hierro: nacionales o importados. Para que sean nacionales y rentables para el fabricante, le tenés que bajar el precio de la energía, con lo cual necesitás un país con energía abundante y barata. Reindustrializar la Argentina tiene que ser una gesta, tenés que comprometer al pueblo detrás de una conducción política clara.
APU: Teniendo en cuenta los equipos técnicos que se mencionan como integrantes de un gobierno de Massa ¿Son industrialistas, ves la posibilidad de vayan en esa dirección?
G.M.: Las probabilidades son bajas, pero elijo creer como con la selección, por eso cambio mi voto de blanco a Massa, porque lo escuché ese domingo hablar de reindustrialización innecesariamente. En toda la campaña no lo dijo y había ganado bien sin decirlo, lo hace después que gana. Y es lo que faltó en el discurso de la campaña. Los hombres pueden cambiar y me parece interesante porque se adecua a los tiempos. ¿Quién te dice que ahora que el mundo facilita la reindustrialización de la Argentina, el ejecutor de esto no sea Massa? No por sus antecedentes, sino por el futuro. En esto coincido con Lanata de que el más parecido a Kirchner es Massa. Ojalá lo sea, también, en la capacidad de cambio entre el pasado y para el futuro.
APU: De alguna manera, Patricia Bullrich lo termina poniendo en un lugar similar haciendo mención a la transversalidad.
G.M.: No es la parte que rescato de nuestro gobierno, la transversalidad, pero no importa. Eso se lo dejo a los analistas que irrumpen desde la política y de cuántos juntamos. Nosotros seguimos gobernando con doctrina, la transversalidad era para la política. El otro debate que viene, en profundidad, es cuáles son los límites de conducción de la política sobre la economía. Por eso insisto con los límites de la realidad sobre la voluntad, pero como estás en el mundo de autopercibirte y la verdad no es una la realidad, todo es posible. A estos muchachos se le ocurre cualquier cosa, como que podés vivir sin trabajar, que el Estado te regale plata. Ejemplo de esto fue la pandemia, retirás la fuerza de trabajo del mercado, le regalás plata y pensás que no va a pasar nada. Solo unos imbéciles pueden decir eso. Si no producís, qué querés consumir. ¿Qué hace Massa, también el lunes? Dice “tuvimos la renegociación de la deuda con peores resultados en la historia de la humanidad, cambiamos los bonos y al otro día empezaron a bajar”
APU: Fue muy duro con Guzmán.
G.M.: No fue duro, simplemente explicitó la verdad. Algo que los economistas del peronismo venimos diciendo desde que se firmó el acuerdo. Decíamos “este muchacho no sabe dónde tiene la nariz”. Ahí empezó la teoría de que era uno del Fondo puesto acá, no uno de acá negociando con el Fondo. ¡Tampoco! No le sirve ni a ellos, eso tuvo mal hecho. Son dos hallazgos de Massa, no te olvides que cuando Guzmán hace el primer acuerdo de la deuda, a la derecha de él estaba Cristina y lo aplaudía rabiar, no puede decir “yo no estuve ahí”, avaló esa negociación. No digo que Cristina tiene que saber, es más, soy el que dice qué puede saber Cristina de economía, pero qué necesidad tenía de avalar tamaña estupidez.
La reindustrialización de Massa y plantear que tiene que renegociar la deuda (con consenso, sin patear el tablero) es lo que va a tener que hacer Argentina, porque otro default no podés hacer. Y renegociar sólo se puede hacer si explicamos, claramente, de dónde va a salir la plata para pagar. Y hay un solo lugar: la zona núcleo de la Pampa Húmeda, porque todo lo demás te hace fracasar el gobierno y si eso pasa, vuelve Macri, que es el gran ganador de todo lo que pasó, después de Massa. Tiene la edad para llegar a ser presidente, que para eso hizo todo este mamarracho que hizo. Se sacó de encima a los radicales, Carrió, Stolbizer, Rodríguez Larreta, Morales, la socialdemocracia que se le había metido en su gobierno. La otra socialdemocracia (que no deja de ser la misma) se metió en el peronismo, en este gobierno.
APU: Creés que el camino es que esta discusión empiece a penetrar en los equipos técnicos de Massa? ¿O cómo se da esa discusión?
G.M.: No lo sé, supongo que si tenemos razón, la realidad se impone. El Kirchner que asume la presidencia no es del ajuste cuando asume en Santa Cruz. Cambia, en la presidencia no hace ninguno. Los hombres tienen derecho a que sus circunstancias lo cambien, nadie obligó a Massa a hablar de reindustrialización.
APU: También habló de los salarios, apuntó hacia el esfuerzo que estaban haciendo los trabajadores de los sectores más vulnerables.
G.M.: Por eso te digo, va a haber un debate hacia el interior y los economistas del peronismo van a participar en él. Repito, el que dijo voy a reindustrializar la Argentina fue un Massa ganador, no lo dijo antes. Por eso tiene mi voto y agrego: la única posibilidad de éxito del gobierno de Massa es que reindustrialice la Argentina. Y para eso tiene que haber una gesta.
APU: ¿De abajo hacia arriba?
G.M.: No, la revolución se hace de abajo para arriba, la gesta se hace de arriba para abajo. Hay que convocar al pueblo argentino a la gesta de la industrialización. No estoy planteando ninguna revolución ni creo en las teorías basistas. El discurso de Massa tras ganar las generales fue soberbio, el mejor de los últimos años, incluyendo todos los de Cristina que repetía obviedades. ¿Le crees? Yo prefiero creer, tengo que pagar para ver. Pagar es votar. Es como el póker, primero pagas y después ves.

 
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