Generando cambio

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¡Investigue! No se trague más mentiras... PDF Imprimir Correo
Escrito por Gerardo Bova   
Jueves, 31 de Enero de 2013 11:55

      LA VERDADERA CAUSA DE LA INFLACIÓN

 

No es la primera oportunidad que me dedico a escribir sobre el fustigo que significa la inflación, en cualquier punto del planeta. Es algo que descompone toda iniciativa del trabajador, en querer mejorar su estándar de vida y luchar por la dignidad que merece todo ser humano que transita por este mundo. Claro, lo ideal es que un pueblo entero luche por ese original o litigado petitorio, porque desgraciadamente, no depende de un gobierno, ni de las mejores buenas intenciones que pueda tener toda una dirigencia política, desde el parlamento,  estando unificados detrás de esos objetivos.  En la Argentina de estos tiempos, es prácticamente una utopía, pensar que alguna vez,  todos los que estamos en política, puedan ponerse de acuerdo en algo, principalmente, si vemos que el otro  lo hace mejor que nosotros.
Existen soluciones claras para combatir la inflación, sin ninguna duda, pero hay que investigar con criterio y cierta vocación de búsqueda, cuáles son los motivos fundamentales, para no llegar a un acatamiento por los precios, en defensa no solo del salario del trabajador, también de los mismos empresarios, para mantener el equilibrio del consumo y seguir pronunciando la producción.
Yo no sé casi nada de economía, no es mi fuerte, ni deseo saber al respecto, me inclino más por lo social y además, soy netamente partidario de las consignas que ejecutó Néstor y que continúa Cristina con toda firmeza, o sea , dejar en claro que la política está por encima de cualquier plan económico, que no tenga contenidos en defensa de las clases populares, que en definitiva, son las que consumen y luchan por el “compre nacional”.
Ahora bien, alguno de nosotros nos preguntamos: ¿Cómo se produce esta inflación que devora los haberes de la clase trabajadora, pero que”casualmente”, no ocurre lo mismo con los sectores dominantes del país o de cualquier terreno del universo?
En estos tiempos, teniendo como base que se bajó considerablemente la desocupación de un 25,6% en el año 2002 al 6,9% en la actualidad; teniendo pleno  empleo; abonando las deudas en tiempo y forma; superando las expectativas productivas; con un sector agrícola que obtuvo las mayores ganancias de los últimos 60 años, cabe preguntarse, porque esta subida despiadada de los productos de cualquier índole, ya que no solo aumentan los artículos de primera necesidad, hemos llegado a la “locura” de esa presunta “sensación “ que hablan los medios, argumentando que es un palabra utilizada por el gobierno nacional, para justificar que todo está por las nubes y no hay forma de frenar la escalada de precios.
Bueno, vayamos por parte para obtener conclusiones válidas y coherentes:
1)    ¿Si existe una verdadera inflación que supera el 25% anual, puede una cadena de Supermercados o Garbarino o Frávega (a manera de ejemplo) ofrecer créditos a 12 y hasta 24 meses, sin interés y además ofrecer con todos esos beneficios un descuento total del 20 al 30% del supuesto precio real?
2)    Con todo respeto, ya que no soy de escribir malas palabras en mis notas: ¿Estos tipos son boludos? Parafraseando a la propaganda del Banco Francés, cuando los usuarios se preguntan ¿Cómo hacen estos tipos?, con estricta relación al logro de los descuentos que le propinan a sus clientes.
Esto resulta muy claro y alguna vez lo expliqué en estas páginas, pero no está mal recordarles, porque parece que los argentinos nos olvidamos fácilmente de todo y después vienen los nuevos reproches.
Está totalmente comprobado que los usuarios de tarjeta de crédito, nunca pagan en fecha, siempre lo hacen cuando cobran sus salarios y estos jamás coinciden con los vencimientos de las tarjetas, por lo tanto, en su gran mayoría lo hacen de una semana, a los 15 días del vencimiento real. Esto implica un fuerte incremento por intereses y punitorios, además de contar con el agravante de que la gran mayoría de los tenedores de tarjetas, no pagan la totalidad de sus gastos, ya que son financiadas, abonando sólo el mínimo que les impone la entidad crediticia.
Ni que hablar de los teléfonos celulares, le ofrecen un 100%, (llegándose a triplicarse) de “regalo” por la recarga, pero “ese regalo” apenas le dura unos siete u ocho días de beneficio y resulta prácticamente imposible, a menos que sea un adicto a los mensajes, para producir unos 5000 mil mensajes de texto en tan poco tiempo. Además, si está en aprietos, llama al “SOS” para pedir una pequeña carga y le ofrecen solo siete pesos sin intereses por 48 horas, pero si pasa ese límite de tiempo, le cobran diez pesos, o sea más del 45% de interés. ¿Qué bondadosos son estos tipos?
Haciendo una muy sutil conclusión, queda más que transparente que lo que vale por ejemplo, diez pesos, lo estamos pagando a unos cien o ciento diez pesos, significando la “friolera” de un 1000 a 1100% de recargo al verdadero precio.
¿Creen ustedes que los bancos, que son en definitiva los que absorben esos descuentos, pueden ofrecer tanta gentileza para sus bolsillos?
¿Acaso las redes de supermercados y empresas de electrodomésticos y vendedores de computadoras, pierden algo del precio real ante tanta gentileza de los bancos?
Todos los productos, TODOS, sin excepción están sobrevaluados y eso es lo que la presidenta quiso decirles en uno de sus últimos mensajes, cuando solicitó a su pueblo que defiendan su moneda, o sea, nada menos que sus ingresos por su trabajo, pero fue mal interpretado por los sectores mediáticos, que son los mismos que facturan fuertemente por las publicidades que se anuncian en dichos medios. Dicho en otras palabras, son socios en la formación de precios.
¿Se imaginan cada uno de ustedes, si tanto Néstor, como Cristina, hubiesen puesto todo el coraje para frenar estos desfasajes, ni bien asumieron, sancionando punitivamente a cada uno de los abusadores de precios? Queda claro que el camino gubernamental que hubieran recorrido, sería tan corto como el que tuvo que soportar Don Arturo Illia, algo similar le ocurre a Barack Obama en los Estados Unidos, para ir modificando estructuras en contra de las corporaciones, entonces necesitan tal vez un período mayor de tiempo para ir consolidando el modelo que se desea  implementar para obtener logros significativos para el conjunto de la sociedad, buscando la igualdad para todos y todas.
Modificar estructuras obsoletas, manejadas arbitrariamente por los sectores dominantes y corporativos, que en nuestro país llevan casi 200 años, es de una osadía tal, que no hace falta entrar en detalles, simplemente, porque los considero a cada uno de ustedes lo suficientemente inteligentes, pero no pueden caer en la complicidad inconsciente, porque vamos a desmoronar indefectiblemente en las posturas y modelos que desean imponernos, como lo han ejecutado en la década infame de los 90.
Todos nosotros somos también activos responsables de esta inflación que nos quiere devorar, pero hagamos caso una vez más, a esos pedidos presidenciales, y si nos tenemos que quedar con un artículo menos o un deseo menos, hagámoslos y no le demos el gusto a aquellos que se regocijan, cuando cierto sector sindical aventurero y funcional, sale a la calle a pedir lo que no hicieron por más de una década, cuando estaba en el poder Carlos Saúl Menem.
Se la dejo picando, cada uno de nosotros sabemos lo que queremos y donde estamos parados, pero dentro de un tiempo no quiero escuchar reproches, porque va a resultar demasiado tarde y,  tengamos en cuenta que este es un momento histórico para los pueblos latinoamericanos.
Ellos (las Corporaciones) lo saben, pero siguen mintiendo como lo hace el presidente de la Sociedad Rural, Luis Miguel Etchevehere,  cuando esgrime que el trigo no se puede cultivar más en el país y por ello ha caído fuertemente las exportaciones del producto, además de haber perdido el precio justo, por sequías o fuertes lluvias en algunos casos y no tener, además, políticas agropecuarias coherentes de parte del gobierno nacional.
¡No mienta Etchevehere! Ustedes no han perdido producción de trigo, lo hicieron porque han dedicado el 91% de sus hectáreas a producir soja, que como dicen algunos, es un “yuyito” que tiene costos mínimos y dejan ganancias impresionantes, además este pueblo, siempre ha tenido que pagar “vuestras pérdidas” con el sudor y el esfuerzo de sus ingresos, pero “sus ganancias” jamás la han repartido como debe ser, con una distribución concreta de los recursos obtenidos, fíjese, que educadamente no las llamo riquezas.
Ahí tenemos un panorama más esclarecedor para darnos cuenta definitivamente, quienes son los responsables de esta inflación que nos quiere devorar los riñones, ¡Píenselo!

 

Última actualización en Viernes, 01 de Febrero de 2013 10:33
 
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