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Escrito por Gerardo Bova   
Viernes, 23 de Agosto de 2013 10:40

La Presidenta reclamó "preservar al Atlántico Sur como región de paz y libre de armas nucleares"

Volvió a cuestionar al Reino Unido por no obedecer las resoluciones de la ONU en torno a la cuestión Malvinas y reiteró su denuncia de que ese país vuelve a tratar de colocar armas nucleares, como submarinos, en la zona del archipiélago. La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner habló esta tarde al cerrar la XXIII Conferencia del Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares (OPANAL) en América Latina y el Caribe, que se realizó en el Palacio San Martín, sede de la Cancillería.

En su discurso, la Primera Mandataria advirtió que hoy no sólo debe hablarse de peligro de “holocausto nuclear” sino también del riesgo del “holocausto social”, a la luz de gravísimas crisis que se registran en el mundo y que los organismos multinacionales “no logran obturar”, como la situación en Egipto, que calificó de “atroz”.

Cristina Fernández de Kirchner afirmó ante los miembros de la OPANAL  que para la Argentina “preservar el Atlántico Sur como región de paz y libre de armas nucleares es un tema central”.

Mencionó entonces “la controversia en materia de soberanía sobre las Islas Malvinas, en la cual ni siquiera hemos podido lograr” que el Reino Unido cumpla con la resolución de la ONU que exigió a las partes negociar sobre la cuestión.

“Más aún –agregó- se insiste en seguir armando a las Islas frente a un país que demostró vocación pacífica, y es público y notorio que no cuenta con poder ofensivo para hacer frente, ni intención de agresión para con nadie”.

“Sin embargo –alertó- se envían submarinos nucleares, de lo que dan cuenta los propios organismos periodísticos del Reino Unido, y se vuelve a tratar de colocar en el Atlántico Sur el tema de las armas nucleares, en un lugar completamente desnuclearizado que ha demostrado permanentemente su voluntad pacífica”.

“Debemos seguir insistiendo  -reiteró- firmemente y sin pausa, en que queremos un Atlántico Sur libre de armas nucleares”.

Demandó además a “todos los países que integran la ONU que tengan el mismo respeto por cada una de las resoluciones que emanan de sus plenos”.

La Presidenta hizo un “llamamiento a quienes tienen liderazgo global a que tengan una mayor comprensión y una mejor lectura” de los problemas mundiales para que se logre “establecer reglas, patrones de conducta que puedan ser aplicados uniformemente anticipando las crisis para evitar mayores sufrimientos”.

Advirtió además que existe “un grado de obsolescencia funcional muy grande” en los organismos multinacionales “que se demuestra frente a este grado de conflictividad insoluble y creciente en el mundo”.

Destacó la Presidenta que países de América del Sur como Argentina y Brasil, firmantes del Tratado de Tlatelolco, han “demostrado su vocación de no proliferación nuclear” teniendo como tienen capacidad de generación nuclear, que se utiliza exclusivamente con fines pacíficos.

Recordó antiguos pronósticos sobre supuestos riesgos de que las dos naciones generaran armas nucleares y sobre la presunta rivalidad entre ambos, y destacó que “afortunadamente como siempre pasa con los analistas, no acertaron y fue exactamente lo contrario:  ambos países tenemos desarrollo nuclear  y fuimos de los primeros en convertirnos en abanderados de a no proliferación nuclear y del uso pacífico” de esa energía.

Volvió a cuestionar el derecho a veto de que gozan las principales potencias del mundo en la ONU y señaló que por el contrario, debería en ese ámbito “gestionarse” los conflictos y buscar soluciones “por consenso”.

Destacó la “impotencia, valga la paradoja, de las potencias” del mundo frente a crisis como las que se viven en Medio Oriente que “no logran obturar ni solucionar y son conflictos que están desangrando a la humanidad”.

“Es importante –apuntó- demandar un ejercicio responsable de esos liderazgos y la reforma de organismos multilaterales como la ONU para que respondan a un mundo absolutamente diferente del que le dio origen”.

Al reclamar la necesidad de mantener al Atlántico sur como región “de paz, libre de armas nucleares” recordó que en la Región “no tenemos conflictos religiosos, no tenemos conflictos raciales, y no queremos que extrapolen problemas o instrumentos que no nos son propios, que desconocemos, porque somos países profundamente respetuosos del derecho internacional y del derecho social”.

Afirmó que la Humanidad que “merece una mejor gobernanza,  una mejor gestión política por parte de quienes han luchado tanto tiempo para convertirse en líderes globales, no sólo para imponer conductas sino para garantizar a todos países del mundo y ciudadanos que podemos vivir con peno ejercicio de los derechos humanos y los derechos sociales, la educación, la salud, la vivienda y la seguridad”.

En ese sentido destacó que “el peligro del holocausto social es el que sucede a las crisis económicas” y que “puede llevar a un grado de conflictividad global tal vez inmanejable”.

Concluyó afirmando que “la preservación del Atlántico Sur libre de armas nucleares; el reconocimiento de las grandes potencias de las resoluciones de la ONU, sin duda van a contribuir no sólo en el Atlántico Surr sino en mundo a un mundo mejor, más seguro, más humanitario, más vivible para todos los seres humanos”.


 
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