70 años de la ONU: Conceder a todos los países una participación y una incidencia real y equitativa en las decisiones. Papa Francisco

El Día de la ONU se celebra cada 24 de octubre desde 1948 y rememora la entrada en vigor de la Carta de las Naciones Unidas, tras su ratificación por la mayoría de los signatarios del documento original, entre ellos los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad. En su mensaje para la ocasión, el Secretario General, Ban Ki-moon, dijo que los valores atemporales de la Carta de la ONU deben seguir siendo la guía del máximo organismo multilateral. “Nuestro deber compartido es sumar nuestras fuerzas para servir, nosotros los pueblos”, recordó Ban. “Al iluminar de azul este aniversario, refrendemos nuestro compromiso con un futuro mejor y más brillante para todos”, apuntó.
“A lo largo de las décadas hemos ayudado a llevar la libertad a millones de personas, a desmantelar el colonialismo, a vencer el apartheid y a defender los derechos humanos universales independientemente de la raza, la religión, la nacionalidad, el género o la orientación sexual”, dijo Ban Ki-moon. Si bien el Titular de la ONU reconoció que el trabajo de la Organización no es perfecto, sin ella, aseguró, “nuestro mundo sería un lugar mucho más inhóspito”.
También el Papa Francisco durante su intervención a la Asamblea General el pasado 25 septiembre destacó como “La experiencia de estos 70 años, más allá de todo lo conseguido, muestra que la reforma y la adaptación a los tiempos es siempre necesaria, progresando hacia el objetivo último de conceder a todos los países, sin excepción, una participación y una incidencia real y equitativa en las decisiones. Tal necesidad de una mayor equidad, vale especialmente para los cuerpos con efectiva capacidad ejecutiva, como es el caso del Consejo de Seguridad, los organismos financieros y los grupos o mecanismos especialmente creados para afrontar las crisis económicas. Esto ayudará a limitar todo tipo de abuso o usura sobre todo con los países en vías de desarrollo. Los organismos financieros internacionales han de velar por el desarrollo sustentable de los países y la no sumisión asfixiante de éstos a sistemas crediticios que, lejos de promover el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia”.
Sobre la definición de justicia subrayó la importancia de “Dar a cada uno lo suyo” o se a que “ningún individuo o grupo humano se puede considerar omnipotente, autorizado a pasar por encima de la dignidad y de los derechos de las otras personas singulares o de sus agrupaciones sociales. La distribución fáctica del poder (político, económico, de defensa, tecnológico, etc.) entre una pluralidad de sujetos y la creación de un sistema jurídico de regulación de las pretensiones e intereses, concreta la limitación del poder. El panorama mundial hoy nos presenta, sin embargo, muchos falsos derechos, y –a la vez– grandes sectores indefensos, víctimas más bien de un mal ejercicio del poder: el ambiente natural y el vasto mundo de mujeres y hombres excluidos. Dos sectores íntimamente unidos entre sí, que las relaciones políticas y económicas preponderantes han convertido en partes frágiles de la realidad. Por eso hay que afirmar con fuerza sus derechos, consolidando la protección del ambiente y acabando con la exclusión”.
El azul dio la vuelta al planeta empezando por Nueva Zelanda y poco a poco se fue extendiendo hacia el oeste, pasando por la Ópera de Sidney, las ruinas de Petra en Jordania, la Torre de Pisa y la Alhambra de Granada. En Latinoamérica el azul de la ONU brilló sobre el Cristo Redentor y el estadio Maracaná en Río de Janeiro; el edificio Colpatria, que es el más alto de Bogotá; el Palacio de Gobierno de Lima; la Pirámide de Plaza de Mayo de Buenos Aires; y el Ángel de la Independencia en Ciudad de México, entre otros muchos lugares.
Una voz del EMMP en Nueva York: La participación comunitaria en los Objetivos de Desarrollo 2015
Menos charla, más camino: Rose Molokoane sobre la la localización de la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
La semana pasada la ciudad de Nueva York estaba llena de acontecimientos en torno a la Cumbre de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible para la agenda de desarrollo post-2015 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que fueron adoptados formalmente en el primer día de la cumbre. Las integrantes de Shack/Slum Dwellers International (SDI) Rose Molokoane y Beth-Chitekwe Biti se encontraban en la ciudad de Nueva York durante la semana y participaron en una serie de eventos, muchos de los que se centraron en cómo los actores en el sector del desarrollo – sobre todo desarrollo urbano – pueden trabajar juntos de manera efectiva para poner en práctica los ODS.
Rose Molokoane fue invitada a hablar en una plenaria de alto nivel y en un taller sobre “las vías de aplicación de la agenda de desarrollo post 2015 y su ODS en las ciudades y los asentamientos humanos” organizada por la Campaña Urbana OSD. En su charla, Rose subrayó la importancia de asociaciones eficaces, productivas entre las comunidades urbanas pobres organizadas y de los gobiernos locales y nacionales en la planificación y ejecución de las prioridades de desarrollo. Ella destacó la frustración que es la construcción en las comunidades después de más de veinte años de conferencias y foros con pocos cambios globales en la realidad:
“… Se está creando realmente un problema de depresión entre la gente de la comunidad porque estamos muy felices de escuchar a ustedes cuando hablan de la participación comunitaria. ¿ De qué tipo de participación estamos hablando? ¿Es la participación de venir aquí, aquí sentado, escuchar a Rose Molokoane hacer ruido, entonces después que Rose vuelve a Sudáfrica y no pasa nada? ¿O es la participación de decir vamos a crear los foros que continuarán ocurrir incluso después de que los ODS y los Hábitat III; donde volvemos a nivel local y sentar y decir ‘¿Qué hemos aprendido de Hábitat III? Qué es lo que podemos hacer juntos? “, y la parte importante es la planificación, la información, y el reconocimiento de lo que el pueblo están haciendo en el campo, en la realidad y luego institucionalizar los foros de los que estamos hablando “.