Generando cambio

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UNASUR (Cobertura especial) PDF Imprimir Correo
Escrito por Germán Bissio   
Sábado, 17 de Septiembre de 2011 00:00
La Unasur debe integrar culturas sin desechar diversidades
La senadora uruguaya e integrante del Movimiento de Participación Popular (MPP) del Frente Amplio, Lucía Topolansky Saavedra, y la directora de Radio Nacional (RNA), María Seoane, disertaron ayer en el IV Congreso Iberoamericano de Cultura sobre integración regional y respeto a la diversidad.
Tras un relato sobre la vida militante de Topolansky, esposa del presidente uruguayo José Mujica, ambas expositoras ensayaron un principio de conclusión en la que estuvieron de acuerdo en torno a la importancia de la participación popular en la cultura. Ante un auditorio compuesto por gestores culturales, estudiantes y funcionarios que están inscriptos en el encuentro internacional, ambas disertantes coincidieron que desde un bloque como la Unión de Naciones Sudamericanas "debemos ser actores principales del hecho cultural, sin ponerle condiciones a la creación, pero, a su vez, teniendo presente que la libertad supone responsabilidad".
En esa línea, apuntaron Lucía y Seoane que "un intento de integrar nuestras culturas preservando nuestra diversidad es la Unasur, que no nos fue impuesta, sino que fue un iniciativa de los pueblos latinoamericanos”.
La funcionaria uruguaya reflexionó, con todo, sobre la importancia de reconocernos y actuar mancomunadamente: “Solos no vamos a ningún lado. El ser humano debe estar organizado y vivir en comunidad; cuando entendemos eso, podemos comenzar a construir y tener metas compartidas”
Minutos antes, Seoane repasó los momentos más destacados de la vida de la senadora uruguaya: contó que comenzó a militar haciendo trabajo social en la Parroquia Universitaria, un organismo orientado por sacerdotes alineados con la Teología de la Liberación.
“Llegó un momento -intervino Topolansky- en que el trabajo social no bastó, y había que pasar a los cambios políticos”. Por ese motivo, se incorporó al Movimiento de Liberación Nacional, para denunciar irregularidades. “La población estaba perdiendo todo su componente nacional, y lo originario había sido barrido del mapa”, agregó.
“Siempre nos enseñaron que la aymara, quechua y guaraní eran culturas marginales, estábamos lejos de su mundo, y muchas veces, olvidamos que son hermanos nuestros. Pasar al primer plano los valores autóctonos de América Latina era una tarea difícil”, comentó Topolansky, ampliando las motivaciones por las cuales decidió cruzar a la militancia política. “Teníamos culturas extraordinarias, pero no las estábamos mirando”, expresó.
Producto de sus denuncias y actividades en torno a la lucha social, en 1969, Topolansky pasó a la clandestinidad. Fue detenida dos veces y liberada en 1985. Posteriormente, se incorporó a la militancia activa en el Frente Amplio.
 
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