LAS ELECCIONES EN MÉXICO Y LAS SOSPECHAS DE FRAUDE 

Una vez más una elección en latinoamérica se tiñe de sospechosa, por los hechos sucedidos el domingo pasado en todo México.

Las denuncias efectuadas por el candidato progresista Manuel López Obregón, no carecen de fundamentos, porque según las encuestas en algunos distritos del interior de México y principalmente en el Distrito Federal, la cantidad de votos que obtendría antes de la consulta popular, el popular López Obregón, serían mayores a las obtenidas en la contienda, según los cómputos que volcaron los medios de comunicación y la Justicia Electoral del país azteca.

Todos saben en México y América en su conjunto, que Televisa y Televisión Azteca, son los dueños de todos los medios de comunicación del país, además de ser los accionistas mayoritarios de la cadena de empresas telefónicas, diarios, radios, correos y también ferrocarriles y con activa y casi exclusiva participación en el mundo del espectáculo.

Con este panorama, es muy respetable y aceptable que López Obregón haya denunciado actos de corrupción y fraude en las recientes elecciones, porque el mundo empresario de  México, esperaba el triunfo absoluto y contundente del líder coyuntural  del PRI, algo que en las urnas no sucedió, porque el resultado "oficial", apenas dejaba un saldo de 7 puntos a favo del neoliberal Peña Nieto.

Ahora se deberá contar voto a voto, pero esto no resulta convincente porque jamás se revirtió un resultado electoral en la Justica y el ganador del domingo cuenta con todo el apoyo de los grandes empresarios de México.

Lo sugestivo del caso fue, que la propaganda oficiada por Peña Nieto, estaba centreada en la presencia de Hugo Chávez, como el gran instigador de las políticas de izquierda en ése país, algo que no es ni cierto ni viable, pero no dejó de preocupar a la sociedad mexicana, ya que la figura de Chávez, estimulada por los medios que nombré anteriormente, está vista, como una figura demencial y demoníaca. Se imaginan que ante tanto poder de parte de los medios de comunicación, es razonable que la comunidad azteca, haya tenido semejante miedo y estupor por las noticias difundidas.

Quedamos a la espera de que esto se resuelva favorablemente para la democracia de México y Latinoamérica en su conjunto.