Los Estados lo constituyen seres humanos, lo cual significa que reconstruyen las relaciones de poder que existen entre ellos y son edificados de acuerdo a los intereses de las mayorías dominantes, en cada momento histórico. Lo significativo es que la descripción previa, no se modifica con nuevas relaciones de fuerzas en la sociedad, por lo contrario, las democracias modernas han puesto un cerrojo a través del Estado, para evitar los cambios que puedan alterar significativamente o más precisamente, estructuralmente, las posiciones hegemónicas de determinados factores de poder.
En la etapa de colonización española, fueron eliminadas, en una primera acción toda formulación institucional en la conquista, porque quienes arribaron en primer lugar, porque fueron los saqueadores que robaron a sangre y fuego lo que había. Esos fueron los Cortez, Pizarro y cia. Después vinieron los Gobernadores, administradores del saqueo planificado, poniendo en marcha desde la mita y la encomienda en la explotación indígena, hasta el tráfico de esclavos, en función de extraer las riquezas naturales de la tierra. Excepción parcial a esto fueron los jesuitas que implementaron un estilo humanitario con traslado de conocimientos, entre los pueblos originarios. Por esa razón, entre otras geopolíticas, fueron expulsados y se constituyeron los Virreynatos que plasmaron una forma definitiva de estado bajo protección colonizadora de España. Esa forma adquiere dimensiones de autogestión, asumiendo como provincia de las Cortes de Cádiz en el exilio, desde 1810 con diferentes organizaciones en el proceso de Emancipación, desde Juntas a Directorios, hasta llegar a la organización nacional, derrotando al federalismo en Caseros, comenzando un proceso de construcción del Estado, que de alguna forma se mantiene hasta estos días, asentado en la Constitución matriz de 1853. Entonces reflexionando sobre las múltiples circunstancias políticas, que se han sobrellevado en nuestro país, mantenemos al día de hoy un Estado diseñado para un poder hegemónico en lo económico, que lo traslada a lo cultural, a través del relato histórico mitrista, que penetra en el sensorio colectivo, como formas institucionales, supuestamente inmóviles, que no cumplen otra función que la defender privilegios. Fueron capaces esos sectores de defender esas posiciones bombardeando, fusilando, desapareciendo, encarcelando, exiliando a millones de argentinos por el mundo, en una acción destinada a consolidar ese Estado de matriz liberal, que fue adoptando cada vez más, formas de coloniaje a factores de poder extranjero. El Consenso de Washington es la mejor expresión de esa circunstancia al admitir la vía democrática, al haber fracasado las experiencias dictatoriales, pero bajo la condición de asumir el Mercado como ordenador social. De ahí al neoliberalismo actual sólo un paso. La asunción del actual Gobierno nacional y popular por el voto popular, permitió asumir el Estado, con la convicción íntima de todos nosotros, que el poder real sigue descansando en las mismas manos concentradas económicas, mediático culturales y financieras, apoyadas en un Estado que inmoviliza las iniciativas destinadas a cambiar la ecuación de la distribución de la riqueza, la ampliación de derechos, la democratización del poder, la humanización de la política, como ejes de una estrategia peronista de cambiar el rumbo de la claudicación nacional neoliberal. Es cuando surge la pregunta del cómo se resuelve el cerrojo de un Estado al servicio del coloniaje para su transformación en un Estado al servicio del pueblo, de los intereses populares, de la soberanía política, la independencia económica y la Justicia social? Sin dudas la respuesta está en varios ejes de construcción política. La Comunidad Organizada que lleve músculo de pueblo a las decisiones del Estado nacional, la creación constitucional de instrumentos destinados a que el pueblo pueda ser protagonista de la historia en cada instante y no observador pasivo, casi testigo de la entrega, el saqueo y la claudicación nacional. Modificar el Estado con herramientas democráticas requiere el concurso organizado del pueblo, una Nueva Constitución que determine la consolidación del modelo social y productivo Biocéntrico, en el cuidado de lo humanos y la naturaleza, como principio esencial estratégico, de una esperanza para la Humanidad. Francisco, el peronismo, la Patria Matria Grande y otros pueblos del mundo, luchan por sacudirse un universo invivible de destrucción y muerte, en nombre de un capitalismo que ha quemado sus naves en su vocación voraz e irresponsable de acumulación de riquezas y de sujeción estatal a los pueblos. La Pandemia desnudó y acabó con ese proceso histórico, abriendo las puertas a nuevas formulaciones, en donde el peronismo filosófico tiene un aporte universal. PRIMERO LA PATRIA - www.lapatriaestaprimero.org
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