Los pueblos colonizados tienen en su memoria, acumulados de años, la idea de la liberación del yugo colonial, cuando este es producto de una ocupación militar, administrativa e institucional por parte de la metrópoli imperial. De ahí que más allá de los tiempos, siempre logran su proceso de independencia, por diversos métodos. Algunos lo consiguen con guerras revolucionarias, como los patriotas nuestros con España, otros como los vietnamitas derrotando a los franceses en largos años de lucha en Diem Biem Pu. Algunos como los argelinos con organizaciones armadas, imbricadas en el seno del pueblo, expulsando a los mismos franceses. Otros como Ghandi en India convocando a las masas en una movilización y resistencia pacífica, como la Marcha por la Sal.
Pero muchos pueblos apelando a la inteligencia y a la paciencia también lo hicieron: Panamá de Torrijos consiguió la devolución del Canal de los norteamericanos negociando. Los chinos consiguieron recuperar Hong Kon con la propuesta de “un país, dos sistemas” Pero las actuales condiciones del colonialismo económico y cultural, son diferentes, más aún cuando esas potencias conservan aún enclaves coloniales a la vieja usanza de la ocupación territorial, como sucede en Malvinas, Diego García, Gibraltar, Santa Helena, Asención por parte de Inglaterra o Ceuta y Mellilla de parte de España, entre otras. Porque que se produce por parte del Imperio una ocupación militar, como la base de la OTAN en Malvinas, encabezada por el reino Unido? Por la sencilla razón del control del Atlántico Sur, los pasos interoceánicos y la ocupación posterior de la Antártida, único continente no explotado en sus recursos naturales. Eso es planificación estratégica, como la tuvo Perón con el desarrollo integral de la Argentina Bicontinental, para preservar el territorio antártico argentino, creando el Instituto Antártico, comprometer a los chilenos a una acción común, para desligarlos de los ingleses y recuperar las Malvinas, a largo plazo. Esto fue en 1950 y el Tratado con Chile sigue vigente, aunque incumplido en 1982, al servir como base inglesa, lo mismo que EEUU apartándose del TIAR, tratado de asistencia recíproca de la OEA, en la misma fecha. Es que el colonialismo, no sólo es una cuestión territorial, es económica, política y cultural, que se ejerce en forma cotidiana, como las inundaciones, va entrando en una casa, en forma silenciosa pero destructiva. Así como nadie se acostumbra a vivir inundado, los pueblos no se resignan a ser dominados, menos aún a dejarse manipular por siempre por las fuerzas coloniales. Pese a que por largos períodos históricos no se percibe, la llama de la Liberación Nacional, esta prendida a la espera del tiempo político preciso y quienes lo conduzcan. “No hay que ser acelerados, ni retardatarios”, nos aconsejaba el viejo sabio General, sino manejar con inteligencia los tiempos y los espacios de lucha, en el marco de la siempre necesaria planificación estratégica, que lleve el barco hacia el destino deseado. Así lo hicieron los chinos y los panameños, con paciencia y resultados, en el tiempo preciso. Entonces no se trata de quien grita más, ni tiene la mejor propuesta de guerra o de sumisión, como ha sucedido a lo largo del último período democrático en nuestro país, con respecto a Malvinas y a la presión colonizadora imperial de EEUU. Siempre el estado de tensión por la ocupación y el coloniaje en sus diferentes formas, implica actitud de combate. Esto no quiere decir bélico, sino guerra comercial, diplomática, política, cultural, inteligente, con objetivos trazados y caminos decididos de antemano. Por ejemplo la ocupación de Malvinas debe resultar siempre onerosa al Reino Unido, cada día más, también a las inversiones inglesas en nuestro país, los negocios ingleses deben ser gravados, las empresas que explotan nuestro subsuelo en Malvinas, no deben ser admitidas en nuestras licitaciones, los ingleses en nuestro país deberían pagar el doble de impuestos, como forma de devolver la depredación de su Madre Patria a nuestro mar continental. Para eso debemos contar, como contamos con el aval de la Comunidad internacional que no admite colonialismo en el siglo XXl, que desde 1965 reclama por voto mayoritario en Naciones Unidas, en múltiples ocasiones, la mesa de negociaciones, siempre negada por el Imperio, al amparo del Consejo de Seguridad y el veto inmoral. Reconstruir el UNASUR es vital a estos objetivos. La Patria Matria Grande incluye Malvinas, como también la libre determinación de los pueblos y la finalización de los diferentes tipos de colonialismos, que el neoliberalismo ahora y los imperios anglo sajones en los siglos XlX y XX impusieron por las fuerzas de las armas a los países Latinoamericanos. Entonces ni belicismo, ni sumisión, sólo batalla cultural firme anti colonial, y guerra diplomática, política y económica contra el enemigo colonial. En paz, en democracia pero con la firmeza de la lucha por la Soberanía Nacional y Social de nuestro pueblo, como mandato impostergable de la historia. Eso es también ejercicio pleno del peronismo y el movimiento nacional y popular, latinoamericano de Liberación Nacional. PRIMERO LA PATRIA - www.lapatriaestaprimero.org
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