Escrito por Agencia Paco Urondo
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Martes, 08 de Diciembre de 2020 09:09 |
Federico Ravina, abogado de la víctima de violencia institucional Fernando Carrera, conversó con AGENCIA PACO URONDO sobre el histórico crimen policial que expuso las practicas impunes de la institución.-Por Juan Borges
Federico Ravina, abogado de la víctima de violencia institucional Fernando Carrera, dialogó con AGENCIA PACON URONDO sobre el emblemático caso conocido como “la Masacre de Pompeya”. El 25 de enero de 2005, Carrera conducía su Peugeot 205 cuando sufrió la persecución de agentes policiales -vestidos de civil- que lo confundieron con otro vehículo que perseguían por un robo. Luego de que Carrera intentara escapar de quienes creía que era un grupo de delincuentes, los efectivos dispararon brutalmente contra su vehículo. El ataque con armas de fuego provocó la embestida del su vehiculo contra dos mujeres y un niño que fallecieron en el cruce de Avenida Sáenz y Esquiu. Allí comenzaron los intentos de la fuerza de seguridad de encubrir el crimen policial que terminaron con Carrera preso. APU: ¿Qué balance haces sobre los hechos de la llamada “Masacre de Pompeya” y el derrotero judicial? FR: Tengo sentimientos encontrados sobre el balance de la causa que nos tocó militar, defendiendo a Fernando Carrera. Por un lado, brotan sensaciones de impotencia ante la impunidad manifiesta de un Poder Judicial que decidió concluir la causa, absolviendo y liberando a un inocente tras las rejas, dejando impunes a los verdaderos responsables de tanta muerte, sangre y dolor. Sin perjuicio de esto, rescato el enorme compromiso colectivo que permitió poner en la agenda pública, la terrible injusticia que vivía Fernando tras las rejas y la de su familia encerrada en tremendo dolor. Pudimos, en primer lugar, dar vuelta la condena mediática, para luego lograr que el Poder Judicial (a través de la Corte Suprema en dos oportunidades y luego de más de 12 años de lucha), aceptara que se trató de una causa armada policial con complicidades judiciales y de los medios de comunicación. Rescato el producto audiovisual de la película “El rati horror show”, que puso en evidencia una práctica policial, judicial y mediática, y que trascendía al caso concreto y mostró el funcionamiento corporativo de un poder judicial, alejado de cualquier concepto cercano al de “administrar justicia” Lamentablemente, terminando el año 2020, todo sigue igual, pero nos queda la experiencia de saber que se le puede ganar. Está en nosotros APU: ¿Qué mirada tiene sobre los casos de violencia institucional sucedidos en los últimos tiempos? FR: La violencia Institucional aumentó exponencialmente durante los 4 años del gobierno neoliberal de Mauricio Macri y sus secuaces. Lo medios masivos de comunicación, difundiendo hechos de inseguridad en forma irresponsable, construyeron la respuesta macrista de que está bien primero disparar y después preguntar (gatillo fácil). Se desarticularon las Unidades especializadas del Ministerio Publico Fiscal sobre violencia institucional y los jueces de nuestro querido país, continuaron avalando muchísimas muertes injustas y sus impunidades. APU: ¿Cuáles considera que fueron los casos emblemáticos de violencia policial durante la gestión macrista? FR: Todos los casos injustos impactan, pero la muerte de Rafael Nahuel, la desaparición y asesinato de Santiago Maldonado fueron un punto de inflexión. No me puedo olvidar de las terribles imágenes del efectivo policial Chocobar asesinando a un muchacho, tirado en el suelo, desarmado y herido. La responsabilidad de los gobernantes, fue determinante. APU: ¿Cómo observa actualmente a la justicia y que aspectos es necesario reformar? FR: El Poder Judicial es muy precario e injusto. Es necesario reformular el rol de las fuerzas de seguridad, dentro del organigrama de los jueces. Pienso en una policía judicial y en jueces que trabajen con la responsabilidad y el debido control de cualquier funcionario público. Los fiscales deben tener protocolos de investigación cuando intervengan fuerzas represivas del estado en la comisión de cualquier delito. Por supuesto que no me cierra que ningún funcionario tenga cargo vitalicio. No me gustan las monarquías.
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