Escrito por Agencia Paco Urondo
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Jueves, 22 de Julio de 2021 10:43 |
Dos preguntas orientan el siguiente artículo: ¿Un frente que incluya a todo el justicialismo puede no salir victorioso? ¿La elección bonaerense es la "madre de todas las batallas"? -Por Enrique de la Calle
En este texto no se analizarán encuestas ni se harán análisis coyunturales sobre lo que puede hacer el electorado de cara a las elecciones de medio término. En cambio, se aplicará el método histórico para intentar responder a dos preguntas sobre los próximos comicios en la provincia de Buenos Aires. ¿Puede perder el peronismo unido? ¿Es la "madre de todas las batallas"? La de octubre/noviembre son elecciones extrañas. Son de medio término por lo cual sirven como termómetro relativo sobre cómo están las relaciones entre gobierno y sociedad. Sin embargo, tienen una impronta provincial mucho más marcada de lo que suele considerarse en el análisis previo y pos, que en general solo se enfoca en su impacto sobre Casa Rosada. Por supuesto, hay un dato objetivo que no puede soslayarse como es la composición de las cámaras en el Congreso, pero vale ser moderado en las derivaciones que se pretenda hacer del veredicto de las urnas. Conocedores de lo anterior, tanto oficialismo como oposición suelen concentrarse en provincia de Buenos Aires, el distrito más grande del país, en términos demográficos como simbólicos. La foto de quien gane en PBA será tapa en todos los diarios nacionales. Aunque este año, pareciera sumarse otra novedad: la principal fuerza opositora eligió mandar a su principal candidata a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Entonces, a concentrarse en Buenos Aires. Este año, el escenario se muestra favorable para el peronismo que irá unido, por lo menos, con la mayoría de los sectores justicialistas adentro. Es una particularidad novedosa que no se daba desde hace muchísimos años en elecciones legislativas. En 2005, 2009, 2013 y 2017 el justicialismo fue con más de una opción competitiva. Sin dudas, se trata de una ventaja para el oficialismo en un contexto económico y social muy difícil. Hay más buenas noticias para el Frente de Todos. Si se tienen en cuenta las últimas elecciones, sean legislativas o ejecutivas, el voto justicialista es mayoritario en Buenos Aires y siempre se encuentra en torno al 45/50%. Como vimos, muchas veces ese voto se dispersó entre diferentes ofertas, lo que le permitió, por ejemplo, a María Eugenia Vidal ganar en 2015 o a Esteban Bullrich en 2017. Cuando volvió a unirse, Vidal dejó de ser la "candidata imbatible" y debió abandonar Buenos Aires... ¿Seguirá esa tendencia ahora? ¿Impactará en algo la presencia de candidatos peronistas como Florencio Randazzo o Guillermo Moreno? La segunda pregunta tiene que ver con la relevencia de la elección: ¿Es la "madre de todas las batallas"? ¿Es un anticipo de 2023? De nuevo, vayamos a la historia: si se tiene en cuenta lo que pasó en los últimos tres comicios de medio término la respuesta es un contundente... ¡no! En 2009 ganó Franciasco De Narváez, en 2013, Sergio Massa y en 2017, Esteban Bullrich (Vidal). ¿Qué pasó con todos ellos dos años después?
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