Escrito por Agencia Paco Urondo
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Jueves, 12 de Agosto de 2021 12:54 |
En diálogo con AGENCIA PACO URONDO RADIO (La Palabra Justa, domingos de 10 a 12, FM La Patriada), el politólogo analizó la coyuntura política y electoral de la Argentina.- Por Martín Massad y Juan Cruz Guido
Pablo Touzón es politólogo y fundador de la Revista Panamá. En diálogo con AGENCIA PACO URONDO RADIO (La Palabra Justa, domingos de 10 a 12, FM La Patriada) analizó las perspectivas electorales y el panorama político. "La unidad es lo que más se sostiene dentro del Frente de Todos, el problema más bien es el contenido o qué implica esa unidad más allá de lo electoral", apuntó sobre la situación del oficialismo. En relación a la oposición y a la interna en la provincia de Buenos Aires, donde Manes intenta diferenciarse de Macri y Vidal, señaló que "hay una disputa por el liderazgo mucho más que por la cosmovisión". Por último, resaltó sobre el fenómeno libertario: "Parte de sus votantes era anteriormente de la izquierda, es decir, del voto antisistema, el que antes votaba al PO" Agencia Paco Urondo: ¿Considera que actualmente persiste la unidad en el Frente de Todos de igual modo que en el comienzo del mandato de Alberto Fernández como presidente? Pablo Touzón: Creo que hoy en día la unidad es lo que más se sostiene dentro del Frente de Todos, el problema más bien es el contenido, o qué implica esa unidad más allá de lo electoral y político, como si fuese una precondición para ganarle al macrismo y sostener el gobierno. Todos sabemos que desde el 2011, cuando empieza la partición del peronismo, y así también en 2013, 2015 y 2017, casi que fue una precondición para la victoria del entonces Cambiemos y ahora Juntos por el Cambio. Esto sería como el articulo número 1 de la unidad, tal vez faltan definir los artículos 2, 3 y 4 o sea, en qué consiste y con qué se come en términos de gobierno. Esto es difícil saberlo, ya que hubo una pandemia y, además, un montón de otras urgencias y cosas extremas que evitaron que esa definición se perpetúe. Creo que después de las elecciones, y con la pandemia casi en el pasado, veremos cuál es la agenda en común. APU: ¿Cuáles eran sus deseos respecto al gobierno de Alberto Fernández cuando asumió la presidencia? PT: Más allá de una cuestión analítica, lo que deseaba era que el peronismo unificado pudiera reconquistar algunas mentes y corazones de los que se habían ido. En el sentido de traducción territorial y geográfica, no solamente en la conquista electoral, sino que vuelva a tener un diálogo con la zona núcleo, con los cordobeses, con los santafecinos, que se desconurbanice un poco en términos de lo que había sido su última etapa, en otras palabras, que se amplíe. La primera etapa del albertismo, sobre todo en campaña, venía con esa idea, sin embargo, no funcionó del todo, y hoy es más parecido a como era el cristinismo antes, con lo bueno y lo malo. Entonces, hay un proceso que pensé que Alberto podía encabezar sobre la ampliación hacia otros sectores pero terminó quedando en el tintero. Por esta razón, decía que en el Frente de Todos esta especie de unión se da como autodefensa frente al macrismo. De todos modos, creo que no es una discusión de derecha e izquierda, sino territorial de la Argentina. APU: A su entender, ¿el estatus de la grieta tuvo alguna modificación, tal como lo anunció Alberto en sus primeros discursos? PT: En un momento se avanzó, sobre todo en los primeros meses de la pandemia donde la gente aplaudía a los medicos, etc. Había un espíritu de unidad que en parte se perdió, se malogró, una parte era obvio que iba a pasar, pero en otra parte creo que la política tuvo la culpa. Por ejemplo, toda la discusión con respecto al partido judicial, a los jueces de Comodoro Py, a la corrupción, a lo que ya sabemos cómo funciona. Respecto a esto, pienso en que la política le ganó al partido militar gracias a que se juntaron, fue la única vez que se dio una agrupación tan masiva, lo que pasó en Semana Santa con Raúl Alfonsín que estaba con Vicente Leónidas Saadi, Cafiero y demás. En este punto, entonces, creo que si se quiere ir contra lo peor de los servicios de inteligencia, la colonización de los juzgados federales, etc., hay que hacer las cosas con otra mecánica que implique tener objetivos nacionales que necesariamente se encaren en forma conjunta. Me parece interesante porque, al judicializarse, la política argentina cada vez le da más poder a un poder que dice querer combatir. Si todos los temas los hago pasar por los tribunales de Comodoro Py, lo único que hago es alimentar al monstruo y esto va a definir mi relación con la posición. Estas son las cosas sistémicas que, en el fondo, un tipo tan del sistema como Alberto Fernández, que proviene de las entrañas del círculo rojo, no terminan de definirse. Además, el hecho de que no lo pudo hacer habla de algo en esa política que reveló sus alcances verdaderos. Más allá de su personalidad, hay una parte donde en él se filtran un montón de cosas del sector político tal vez no cristinista que esperaba una cosa que no sucedió. APU: ¿Cómo analiza la diferenciación que intenta hacer Manes de políticas como las de Mauricio Macri y Maria Eugenia Vidal? PT: Hoy por hoy, hay una disputa por el liderazgo mucho más que por la cosmovisión, en el sentido de que se puede ver al radicalismo reposicionándose con un discurso más centrista, sin embargo, aún es muy incipiente. Más que nada, vemos una redisputa por los liderazgos internos en esa coalición, en tanto el partido de la Ciudad ya proyectó dos presidentes y el radicalismo tiene como mayor intención recuperar esa posibilidad. Creo que se va a dar una pelea por la Ciudad de Buenos Aires y también por la presidencia, pero creo que en el fondo es una gran orquestación nacional por ir por el terruño otra vez. Ahora bien, dado que el PRO no tiene intención de soltar ese territorio, creo que se van a dar confrontaciones que van a continuar a modo de una interna legitima. APU: ¿En qué espacio político ubicaría a Javier Milei? PT: Milei es el libertarianismo en general, que, por supuesto tiene una manifestación mundial, pero en Argentina parecería que después del 2001 hay una idea que el establishment es más bien progre en el Estado. La composición del voto de Javier Milei no es solo de clase alta, es algo más extraño, difuso, y con un discurso youtubero. Podríamos pensar que parte de sus votantes era anteriormente de la izquierda, es decir, del voto antisistema, el que antes votaba al PO, aunque no sean votantes troskistas, sino solo para votar contra el sistema partidario. A veces pasan estas cosas: recordemos el voto de Zamora en el 2001 o 2003 donde no eran todos de izquierda, sino que representaban la manifestación de la antipolítica, y hoy podría pensarse que la manifestación de la antipolítica es más bien por derecha. Es decir, en 2001 los movimientos sociales eran más de izquierda, sin embargo, parecería ser que ahora es al revés. Incluso en el peronismo, por ejemplo, con Berni, parecería que la contestación más clara al sistema no es por izquierda.
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