AGENCIA PACO URONDO RADIO (La Palabra Justa, domingos de 10 a 12, FM La Patriada) dialogó con el economista e investigador del Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE) sobre la coyuntura económica y los desafíos del gobierno.- Por Martín Massad
Lavih Abraham es economista e investigador del Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE). En dialogó con AGENCIA PACO URONDO RADIO (La Palabra Justa, domingos de 10 a 12, FM La Patriada), analizó la coyuntura económica y los desafíos del gobierno. "En este momento, estamos con las reservas internacionales en el mejor valor del último año y medio o dos", destacó. "La economía puede crecer un tiempo más y se puede seguir importando, sin necesidad que nos ahorquemos", remarcó sobre la corrida cambiaria que algunos actores económicos propician ante las medidas de reactivación por parte del gobierno. Agencia Paco Urondo: Tenemos la espada del Fondo Monetario Internacional apuntándonos en todo momento, hay vencimientos y se están pagando cuotas de capital. Sabemos que la Argentina no genera dólares y que es difícil poder ahorrar en dólares para el Banco Central. Entonces no se sabe si con los dólares que se tienen se puede acelerar la economía, y para eso hay que gastar lo que se tiene, porque hay que traer productos importados. Es como un círculo vicioso ¿Cuál es su opinión respecto a esta situación concreta? Lavih Abraham: En estos momentos tenemos, por suerte, una balanza de pagos bastante superavitaria. Estamos exportando más de lo que importamos, todavía. Lo que usted dice es cierto, la economía a medida que crece demanda más dólares. Por distintos motivos, crece la economía y se demandan productos importados que se necesitan para producir. Ahora, inclusive, se reactiva el turismo y quienes quieran viajar al exterior necesitan dólares. Efectivamente, es un problema que nos atraviesa siempre. En este momento, me parece que sin embargo, hay espalda como para intentar que la economía crezca y todavía no llegue ese cuello de botella de necesidad de dólares, tan inmediatamente. El Fondo Monetario Internacional giró una buena cantidad de divisas que se usaron para un pago pero todavía queda una parte. Y en este momento, estamos con las reservas internacionales en el mejor valor del último año y medio o dos años. Hay un poco de espalda, como para decir, la economía puede crecer un tiempo más y se puede seguir importando, sin necesidad que nos ahorquemos. De hecho, algo interesante que estuvo haciendo el gobierno los últimos seis meses, es controlar el valor del dólar. Si nos fijamos mientras que la inflación fue de cuatro, tres, dos y medio, bajando de a poco; el valor del dólar aumentó, dos, uno, mucho menos. Entonces, en definitiva el dólar se está abaratando, se están permitiendo más importaciones. El abaratamiento del dólar tiene que ver con que justamente no repercuta en los precios, en la inflación. APU: ¿Pero cuál es el dólar que se toma, porque está el dólar oficial que crece de a poquito pero el dólar blue parece ser el parámetro para la economía doméstica? Y el blue sube y la brecha entre el blue y el oficial es grandísima. LA: Sí, eso es cierto. Pero lo cierto, es que el grueso de las operaciones se hacen con el dólar oficial. Las importaciones se hacen con el dólar oficial, todas las operaciones del comercio internacional son con dólar oficial. El dólar blue, aparece en la tele, lo bombardean desde los medios, y se genera en negocios más pequeños, en empresarios pequeños esta idea de que va a estar estallado. Al mismo tiempo, el blue tampoco está tan lejos. Si pensamos, hace un año atrás, se llevaba al dólar a 190 pesos y ahora está más o menos en lo mismo. Con lo cual, si en un año no varió de precio, efectivamente se abarató. Algo que valía lo mismo un año atrás que ahora, no existe, salvo el dólar blue. APU: Sin embargo los precios siguen subiendo. LA: Los precios siguen subiendo a un ritmo cada vez más lento. Eso es lo que estábamos viendo nosotros. Esta contención del dólar es necesaria pero, no es suficiente. Sin la contención del dólar no se puede mantener la inflación, pero no alcanza con eso. Evidentemente, hay que pensar en algo más. Ya hay seis meses consecutivos donde la inflación es un poco más baja cada mes, pero todavía está en 2,5% que es un número alto por mes. APU: Sobre todo la de bebidas y alimentos que son los primeros insumos que tiene que tener una familia para poder vivir. LA: La escalada del dólar blue del año pasado generó expectativas de inflación, generó un montón de aumentos por las dudas. Y después con el aumento de los precios internacionales que hubo de energía, combustibles y alimentos, eso se trasladó directamente a los precios locales en la primera mitad del año. Y efectivamente en un país que viene con una inflación de inercia, porque esto no pega igual en todos los países del mundo, la disparó para arriba y fue fuerte el aumento de los precios, y como usted dice, de los precios de los alimentos durante la primera mitad del año. Se está tratando de contener y me parece que hay un buen camino, pero como todas las variables económicas que estamos viendo, hay un buen camino que no alcanza: la inflación bajó, bien pero no alcanza, la pobreza bajó si la miramos con respecto al semestre pasado pero sigue altísima, la distribución del ingreso mejoró un puntito el Gini pero sigue alto. Como que vamos por un buen camino pero a un ritmo medio lento para mejorar todo lo que fue el desastre que dejó la pandemia. APU: En la carta Cristina decía que no se había ejecutado en su totalidad el presupuesto. El año pasado tuvimos el IFE, el ATP, después los fondos se volcaron a la obra pública. Y ahí me parece que hay un desacierto, porque la obra pública genera empleo pero no llega a repercutir tanto en los bolsillos de los que menos tienen. LA: Sí, coincido. Me parece que hay dos tiempos que conviven y que hay que atender a los dos. En el sentido siguiente: hay un tiempo de mediano a largo plazo, en el cual está trabajando el Ministerio de Desarrollo Productivo, el de Matías Kulfas. Que está mirando la cuestión de las exportaciones, la generación de empleo, la industria. Empezamos a ver ya algunas puntas de eso pero lo vamos a ver a mediano plazo, en un año, para final del mandato. Pero en el corto plazo, lo urgente, se desatendió. Y eso me parece que le corresponde más al Ministerio de Economía y a los ministerios que tienen que gastar. Y ese es el llamado de atención de Cristina. Decir, acá se está buscando la exportación, la industrialización, el empleo de calidad, buenísimo… pero en el medio qué está pasando ¿por qué no hay un gasto más directo? Y eso lo vemos nosotros, que efectivamente se está buscando una especie de equilibrio fiscal, de no gastar más de la cuenta. Faltó, sobre todo en este año, un gasto más directo, no en obra pública sino a lo mejor en otro IFE o en algo similar, que vaya un poco más directo sobre el bolsillo de los más necesitados. APU: ¿Según su perspectiva Martín Guzmán hizo un ajuste en la economía o evitó agrandar el déficit fiscal? ¿Es lo mismo eso? LA: Es casi lo mismo. Cristina decía que había subejecución y nosotros creemos que es mayor la subejecución que lo que dijo Cristina. Efectivamente, se tendió a un equilibrio fiscal, a tratar de achicar el déficit lo más posible y había presupuesto, primero que nada. Estaba presupuestado gastar más y eso es por ahí, lo imperdonable, en el sentido que, ya estaban los fondos destinados para eso y no se hizo. Se podría haber subejecutado más, decididamente, durante toda la primera mitad del año en cosas más concretas. La recaudación mejoró respecto a los niveles del año pasado, y el gasto está un poquito mejor que el 2019 pero sigue siendo bajo en términos históricos. En este año, se está gastando menos de lo que se gastaba en el promedio del macrismo. Hay un espacio fiscal ahí para avanzar y seguir en búsqueda de poner guita en los bolsillos, como se dice habitualmente. APU: Lo llevo al tema de la carne. El nuevo ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, estuvo reunido con las patronales, con las distintas mesas que convocan al agro. Se abrió la exportación que estaba medio cerrada ¿Esa apertura no va a volver a tocar los precios de los mostradores de la carnicería, para llevarlo a la economía doméstica? LA: Es un riesgo, la verdad. Sinceramente, no soy especialista en ese tema. Sí, en principio, está ese riesgo porque siempre la apertura exportadora hace que quien exporta quiera vender al mismo precio local que el precio que exporta. Si puede exportar y vender afuera por qué va a vender más barato acá. Ahí me parece que hace falta un doble juego. Decir “pueden exportar esta vaca con cerdo pero los precios locales tienen que poder controlarse de alguna manera”. Hay otro tipo de industrias que lo hacen, por ejemplo, la industria vitivinícola tiene un precio exportador y un precio en el mercado interno que es diferente. Efectivamente, es posible. En general, en la carne no pasa eso y el riesgo está presente. No puedo decir más que eso, porque no soy especialista y no sé cómo puede llegar a afectar en el mostrador. APU: Alguien, no sé si de la Mesa de Enlace, dijo que ellos no podían garantizar que no haya aumento de precios. Se está negociando, se está abriendo la exportación y ni tiran “la onda” de decir vamos a mantener los precios. ¿Es una negociación compleja, no? LA: La verdad que sí, porque es un tipo de negociación medio extorsiva. “Necesito que abran las exportaciones”, “bueno, listo abrimos las exportaciones” y nada a cambio. No puede ser que no haya nada a cambio… Ciertos cortes, ciertos tipos de vacas que queden en Argentina, que mantengan el precio o algo por el estilo, hay que tener. Escuché el otro día al ministro Domínguez, me parecía interesante, que planteaba que la carne es un consumo cultural en Argentina. Y es clave, en el sentido que todos miramos la carne. A lo mejor no se sabe el precio de muchas cosas con la inflación y todo, pero el precio de la carne, siempre está presente. Entonces, es cultural y es muy importante que la carne tenga un precio accesible más allá de consideraciones ecológicas o vegetarianas. Por eso, porque es algo que todos consumimos y en Argentina está siempre presente en nuestra dieta en términos generales. El gobierno tiene que redoblar el esfuerzo para que no se traslade a precios este aumento de las exportaciones. APU: Volviendo al tema dólar, el otro día leí una nota “Una economía bimonetaria” del portal Cenital y el autor es Juan Manuel Telechea. Entre otros conceptos, se decía que en Argentina está el 20% de los dólares circulantes a nivel mundial. ¿Usted tenía ese dato? LA: Porque en Argentina con una tradición inflacionaria de tantos años, la gente se acostumbró a ahorrar en dólares, porque ahorrar en pesos implica ir al banco, hacer un plazo fijo… Hoy por hoy, ahorrar en dólares es perder plata. Hace seis meses que el dólar no aumenta mientras aumentan el resto de los precios. El plazo fijo da ganancia y el dólar da pérdida, y así y todo, la gente prefiere ahorrar en dólares. Hay algo que inclusive trasciende lo racional. Pero además, durante el gobierno de Macri hicieron que la gente quisiera ahorrar en dólares. Los plazos fijos fueron muy castigados, no convenía ahorrar en pesos. El dólar aumentaba todo el tiempo, pregonando que hubiera un pequeño negocito de ganar ahí. Cambiar esa cultura lleva años. Durante el final del kirchnerismo, se intentaba que el plazo fijo le ganara a la inflación. Y hoy por hoy, se volvió a poner eso. Los plazos fijos, tienen una tasa mínima bastante alta, de manera que hay un incentivo a ahorrar en pesos. APU: El gobierno de Macri, no incentivaba el ahorro en peso pero sí en las leliqs, con ganancias siderales, que después volvían al dólar que llevó a la ruina al país. Como también lo hizo la deuda que tomó el gobierno de Macri porque se está debatiendo cómo se paga pero hay que ver cómo se llegó a tomar esa deuda multimillonaria en dólares, que como decía, es una espada que tenemos clavada sobre nosotros. LA: Totalmente, además esa deuda se tomó en tiempo record. Se discutió prácticamente en 15 días, en 15 días entramos al Fondo, en 15 días más tomamos un préstamo histórico, en 15 días más esa guita se gastó y se tuvo que pedir un segundo préstamos hasta llegar a estos 44 mil millones que le pedimos al Fondo y que hay que devolver ya mismo. La verdad que fue un nivel de irresponsabilidad histórica de los principales funcionarios del gobierno de Macri, sin ningún tipo de consideración sobre la economía nacional y el futuro, por endeudarnos de esta manera. Inclusive, los macristas dicen “ustedes están mirando al gobierno de Macri”. No podemos dejar de mirarlo, no hay forma de dejar de mirar eso. Sigue condicionando, recién hablábamos del déficit fiscal, y el ministro de Economía no gasta más tratando de sostener esta deuda que se hace impagable.
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