Escrito por Agencia Paco Urondo
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Lunes, 22 de Noviembre de 2021 00:00 |
APU entrevistó a la editora que desde 2015 lleva adelante el sello autogestivo Peces de Ciudad. Con un amplio catálogo de poesía, narrativa, ensayo, teatro, literatura infantil y libros de autor, es una de las editoriales más fructíferas de la escena independiente federal.- Por Araceli Lacore
Por decisión de la entrevistada y de la autora, el artículo contiene lenguaje inclusivo APU entrevistó a Soledad Blanco, quien lleva adelante desde 2015 la editorial Peces de Ciudad. Sello autogestivo y encargado de publicar, sobre todo, autores noveles. Blanco reflexiona sobre la implicancia de sostener y fortalecer un proyecto independiente que tiene como objetivo principal, la circulación de libros. Con una colección amplísima de ediciones de poesía, narrativa, ensayo y teatro, narrativa infantil y libros de autor, Peces de Ciudad es uno de los sellos más fructíferos de la escena independiente federal. AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo llegaste al mundo editorial? ¿Escribís? Soledad Blanco: Peces de Ciudad es el primer proyecto literario en el que me embarqué junto a una amiga en 2015 y desde ese entonces voy navegando entre libros y rutas. No, no escribo. APU: ¿Qué es lo más difícil de llevar adelante una editorial? S.B.: Llevar adelante un proyecto autogestivo, cualquiera sea, siempre resulta difícil, imaginemos si a eso le sumamos que el proyecto se ocupa de editar poetas noveles, todo un desafío. El reto sería entonces mantener a la editorial en el tiempo, ser fiel a los principios que te llevaron a armar el proyecto. Tener una editorial hoy implica un montón de laburo que no se ve: cargar cajas, viajar, poner el cuerpo, tareas de índole administrativa, de comercialización. hacerle frente a la coyuntura tratando de salir lo más ilesa posible. APU: ¿Trabajan en conjunto con otras editoriales? S.B.: Sí, en 2018 comenzamos junto a la editorial HD Ediciones a distribuir nuestros títulos bajo el nombre de Colectivo Bisonte. La premisa es llegar a todas las provincias, acercando las propuestas que tenemos a todos los puntos del país. Es una alegría ver la buena recepción que tenemos en lugares que físicamente no conocemos aún, los libros lo hacen por nosotrxs. Creo que es fundamental crear lazos entre editoriales, las redes que se tejen en eventos que compartimos, como pueden ser ferias o encuentros de lectura, colaboran al ecosistema de la literatura independiente actual. APU: ¿Reciben ayuda del Estado? Si no es así, ¿qué políticas estatales creés que faltan para amortiguar el costo de una editorial? S.B.: La editorial comenzó en 2015, desde siempre se autofinanció, es decir, la venta de un libro a nosotrxs nos permitió editar el siguiente, sin embargo, la crisis, la baja del consumo y el aumento del costo de los insumos (dolarizados) entre 2015-2019, hicieron que de a poco resulte más complicado aguantar esta rueda de libros. Bancábamos los aumentos el mayor tiempo que podíamos, pero en algún momento había que aumentar. Los libros estibados no funcionan, tienen que circular, por eso siempre mantenemos los precios relativamente bajos. A partir de 2019 cuando vislumbraba una lucecita de esperanza, comenzó el confinamiento. Afortunadamente la provincia de Buenos Aires a través del Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica realizó un trabajo de relevamiento y acompañamiento a las editoriales bonaerenses: preguntaron, escucharon y pusieron manos a la obra. Hubo ferias online, el programa Cultura Solidaria: compra de libros.Tenemos reuniones periódicas para intentar incluso exportar nuestro material. Muy agradecidxs por esto, la verdad que resultaba impensado. También están las becas y facilidades del Fondo Nacional de las Artes (FNA). Las compras por parte de la CONABIP, es hermoso llegar con los libros a bibliotecas populares. Por supuesto siempre habrá cosas por hacer o mejorar, sin ir más lejos está el ejemplo de los compañerxs que formaron la Unión de Escritorxs, el proyecto de Ley del Libro. Pensando en qué políticas hacen falta, sería interesante y a modo de utopía pesificar insumos, la baja en los costos de envíos y en algunos tributos. En resumidas cuentas, lo que valoramos es la decisión política de escuchar y acompañar al sector. APU: ¿Cómo afectó la pandemia a las editoriales independientes? S.B.: En enero de 2020 ya teníamos el año organizado: seis libros de seis autoras, stand en el Barrio Joven de la Feria del Libro, ferias confirmadas hasta junio. El día que se decretó la cuarentena, estábamos en la ruta; nos cancelaron una feria en el camino y viajábamos a presentar un libro en La Plata, que por supuesto se suspendió. Esa imagen, la de estar en la ruta sin saber qué hacer es la síntesis perfecta de cómo nos afectó la pandemia. Desarmó básicamente el fixture de publicaciones, y los modos de trabajar. A las editoriales pequeñas directamente nos aniquiló el hecho de no contar con ferias, nuestra principal fuente de ingresos. Sin ferias, sin libros nuevos a la vista, el panorama era desolador. Creo que a todas en mayor o menor medida les pasó lo mismo, algunas quizá tenían una espalda más robusta como para soportar la situación, otras tuvimos que barajar y dar de nuevo. Afortunadamente mucha gente optó por leer. Aprovechamos entonces para sumar muchos puntos de venta, pasamos de 14 a casi 50, eso habla de la confianza de las librerías y de la buena predisposición para recibir nuevo material. También armamos una antología gratuita y en pdf con textos de más de 20 autorxs del cardumen. Estamos de pie, y seguimos haciendo libros, no es poco. APU: ¿Qué balance hacés de la Feria de Editores (FED) de este año? S.B.: Positivo por demás. Como ya te había dicho anteriormente, las ferias resultan un eslabón fundamental en lo que hace el financiamiento de las editoriales independientes. La FED ya está establecida como un espacio en el cual sabés que los libros se van a mover, que el público que busca la novedad va incluso con lluvia (como efectivamente pasó en la segunda jornada). Este año resultó particular porque significó el regreso a la presencialidad: desde la Feria Feminista en el Centro Cultural Kirchner (CCK) en marzo de este año que no viajábamos a una feria. Fue mega movilizante además el encontrarnos con tanta gente querida. Fue pasar de 0 a 1000 en tres días. APU: Te fuiste a vivir a Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires ¿Cómo es el trabajo desde el interior y qué ventajas y desventajas encontrás? S.B.: Sí, me mudé en 2019 después de 18 años viviendo en Capital. Una de las premisas de la editorial fue desde siempre trabajar de manera federal, tanto en la selección de obras y autorxs como en la distribución de los libros. Las ferias contribuyeron gran parte a esta identidad. Es histórico el hecho de que en Capital suceda todo, pero también fuera de ella pasan cosas todo el tiempo, quizá no tan visibles ni masivas, pero ahí están, y si no están, se trabaja para construirlas. Ya sea ferias, lecturas, encuentros. La virtualidad colabora mucho para tejer redes. Biografía Soledad Blanco (Buenos Aires,1983) deroense por adopción, actualmente vive en Bahía Blanca y es Licenciada en Comercio Exterior. Desde 2015 lleva adelante el proyecto Peces de Ciudad, editorial que de manera independiente y autogestiva, lleva publicados más de 140 títulos de poesía y narrativa. Desde 2018 conforma el colectivo de circulación de libros Bisonte.
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