Escrito por Agencia Paco Urondo
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Jueves, 04 de Agosto de 2022 13:41 |
APU RADIO (FM La Patriada, domingos de 10 a 12) dialogó con Matías Maito, Director del programa de Capacitación y Estudios sobre el Trabajo y el Desarrollo (CETyD), sobre el estancamiento del mercado laboral formal, las nuevas formas de la informalidad y la carrera del salario contra la inflación.- Por Martín Massad
APU RADIO (FM La Patriada, domingos de 10 a 12) dialogó con Matías Maito sobre la situación de las trabajadoras y trabajadores en nuestro país. Agencia Paco Urondo: Frente a un escenario económico complejo en nuestro país, ¿cómo hace una argentina o argentino para llegar a fin de mes? Matías Maito: Efectivamente, la situación del trabajo en nuestro país dista de ser satisfactoria. Actualmente, 1 de cada 2 argentinos tiene problemas de empleo ya sea porque está desocupada o está inserto en ocupaciones precarias e inestables. Es decir, hay una parte muy importante en nuestro país que no tiene trabajos estables y protegidos por las leyes. Por otro lado, también es problemático que dentro del colectivo de trabajadores formales que son los más protegidos, no hayan podido recuperar el poder adquisitivo de sus salarios que se vio afectado en un 20% durante 2018-2019. Además, una parte de esos trabajadores, no sólo no pudieron recuperar su poder adquisitivo, sino que están debajo de la línea de pobreza. Agencia Paco Urondo: ¿El trabajador informal es el que se ha visto más afectado por la pandemia? M.M: Sí, el trabajo informal es siempre el más vulnerable. Si uno ve lo que pasó durante la pandemia podemos afirmar que el trabajo formal tuvo una crisis muy importante, cayó un 3%, mientras que, el empleo formal pudo sostenerse porque llegó la acción del estado con la prohibición de despidos y el programa ATP por el cual el Estado le pagaba parte de los salarios a las empresas. En el mundo del trabajo formal, el Estado también podía promover estos mecanismos entre empresas y sindicatos para que aquellas empresas que, incluso con la ayuda del Gobierno Nacional, no podían pagar los salarios armarán mecanismos de suspensiones como válvula de escape. Estas políticas públicas no llegan al sector informal, sino vía indirecta a través del IFE u otras medidas. Sin dudas, esto explica cómo el trabajo formal cayó un 3% mientras que el informal cayó casi un 50%, es decir, en el momento más agudo de la pandemia, casi 1 de cada 2 trabajadores informales perdió su empleo. Si vemos la proporción de trabajadores pobres, en el empleo formal tenemos 15% pero en el informal tenemos 45%, hay un nivel de vulnerabilidad y precariedad muchísimo mayor. APU: Cuando Alberto Fernandez inició su gobierno sostuvo que el énfasis de la política económica y social iba a estar sobre los últimos, ¿quiénes están peor en Argentina los últimos o los anteúltimos? M.M: Obviamente los últimos son los que están en la situación más precaria. Sin dudas, la de ellos es la situación más dramática. Uno puede trazar una trayectoria historia de reconocimiento del Estado hacía esa población y de intervención y abordaje de los problemas con acompañamiento de los movimientos sociales porque sobre los últimos estuvo el Plan Jefas y Jefes, la Asignación Universal por Hijo, el Programa Alimentar, entre otros. Si bien todos estos programas son insuficientes porque la situación de los últimos sigue siendo dramática, hay una trayectoria histórica de reconocimiento y abordaje de esta población. Por otro lado, la posición de los anteúltimos es en términos estructurales menos dramática, pero también es muy complicada porque están apenas por debajo o apenas por arriba de la línea de pobreza y, en general, no son beneficiarios de programas sociales por lo que sus ingresos provienen exclusivamente del trabajo, pero esos trabajos son precarios e inestables. Es decir, los anteúltimos son los que no tienen una malla de contención y donde el Estado no ha desarrollado tantas herramientas para intervenir sobre su situación. Si uno compara la evolución de los ingresos en los últimos 10 años, los ingresos de los últimos cayeron un 10%, ingresos de un grupo que tenía poco margen para seguir empobreciéndose, pero los ingresos de los anteúltimos y del resto de los grupos sociales cayeron un 20%. Ahí es donde se nota que sobre ese grupo no había todo este dispositivo de políticas que tenía el Estado, que sí logró amortiguar la caída de los ingresos de los últimos, pero no logro lo mismo con los anteúltimos. Claro que este grupo es muy heterogéneo y es muy difícil diseñar una única política pública para sostener su situación. Agencia Paco Urondo: Mirando la situación en retrospectiva ¿Considerás que fue un error suspender la implementación del IFE? M.M: Si uno lo mira en función del tamaño de las necesidades, nunca alcanza, pero en una situación de poco margen fiscal no es fácil. Lo que quedo en claro es que hay una cantidad de demandas insatisfechas que necesitan de una vuelta de tuerca muy fuerte en términos de políticas económicas, sociales y laborales para poder reconfigurar esa estructura ocupacional y ahí no hay IFE que alcance. APU: Con la designación de Massa ¿Crees que podría llegar a haber una medida excepcional para las y los trabajadores? M.M: Creo que sería deseable y necesario tener una política de ingresos más agresiva que permita recomponer la situación. Ahora, bien, hasta tanto nuestro país no vuelva ingresar en un sendero de crecimiento económico sostenido se podrá ir emparchando algunas situaciones con bonos y sumas fijas pero ese 20% no se recupera con medidas parciales sino con un sendero de crecimiento que tenga como eje la inclusión social.
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