Escrito por Agencia Paco Urondo
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Domingo, 29 de Enero de 2023 11:11 |
Por Daniel DussexAntes de integrar la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti también fue intendente en Santa Fe. Su aprendizaje político lo hizo como secretario del “Lole” Reutemann en la neoliberal década del 90.
En el municipio, esta vez electo y no por decreto, ocupó el cargo desde 1995 a 1999. Alguien que lo recuerda de manera poco feliz es una víctima de la dictadura cívico militar, se llama Patricia Isasa, es arquitecta y actualmente reside en Buenos Aires. Patricia denuncia que, durante su intendencia, Rosatti encubrió a un represor en el plantel de empleados. Agencia Paco Urondo la entrevistó para conocer detalles de su denuncia. "En el ’97, por cosas de la vida, mi mamá enferma de cáncer, regreso a Santa Fe después de estar más de 17 años de estar radicada en Buenos Aires. Fue entonces que me encuentro con un panorama para mí realmente desopilante: como todavía no se habían derogado las leyes de la impunidad, aquellos secuestradores y torturadores de la última dictadura que yo conocía muy bien porque fui su víctima, tenían cargos públicos", contó. Agencia Paco Urondo: ¿Quiénes eran esos represores? P.I: Me encontré con que Víctor Hermes Brusa, quien había sido un triste secretario de juzgado que presenciaba y justificaba torturas, ahora estaba de Juez Federal; otro, Mario José Facino, ex jefe del campo de concentración "La Cuarta", era presidente comunal de la localidad de San José del Rincón; también otro represor, Héctor Romeo Colombini, alias “Pollo”, había sido jefe de Drogas Peligrosas, entonces en ese marco me encuentro con que Eduardo Alberto Ramos Campagnolo, "El Curro", mi torturador, estaba trabajando en la Municipalidad de Santa Fe. Se decía que era una especie de matón del intendente Horacio Rosatti... y decían más cosas, pero como los dimes y diretes no siempre son ciertos me puse a investigar. APU: ¿Qué pudiste averiguar? P.I: Pude descubrir que efectivamente Ramos era empleado de la secretaría de Cultura. Como entiendo que un intendente no siempre tiene la obligación de conocer todo de todos, supuse que acercarle esta información que yo sí conocía era parte de mi deber como ciudadana. Entonces le solicité una audiencia, que me concedió. Fue en los primeros días de febrero de 1998, esta reunión quedó registrada en el libro de entradas porque incluso me pidieron los documentos. Cuando me encontré con él le dije, Dr. Rosatti usted tiene un empleado que incumple con el propio estatuto de la municipalidad y le conté la historia de Eduardo Ramos. APU: ¿Qué fue lo que le contaste a Rosatti sobre el represor?  P.I: Le dije que Ramos había entrado a la policía en el ’73 e integró los “grupos de tareas” de la dictadura, que fue visto y denunciado por sus víctimas, entre las cuales me encontraba yo. También le mencioné en esa oportunidad que no contento con estas actividades de secuestros, torturas y violaciones que llevaba a cabo, en 1977 conformó con otros policías una banda que salía a robar en las estaciones de servicio y moteles, hechos tan numerosos que fueron reflejados en el diario local. Hacia fines de ese mismo año detienen a toda la banda y luego de un proceso legal fueron condenados, en particular Ramos a 16 años de prisión con reclusión por tiempo indeterminado en suspenso por única vez, qué quiere decir esto: que, si incurriere en otro delito, esa reclusión en suspenso debería cumplirse. Así era la ley de aquel momento. APU: ¿Cuándo le diste toda esta información, que más le dijiste? P.I: Le mostré la documentación probatoria de lo que le dije y mencioné que en el artículo 11 del estatuto municipal había tres incisos que este señor incumplía. ¿Dónde estaba asignado? En la secretaría de Cultura. Entonces le digo acá se pide que la persona sea un idóneo, idoneidad de conocimiento, bueno claramente no la tiene; segundo inciso que incumple es que no hubiera cometido un delito doloso, le dejé la copia del delito por el cual había sido condenado a 16 años de prisión con reclusión por tiempo indeterminado, etc. Otro de los incisos era que no hubiera sido exonerado de una fuerza de seguridad y Eduardo Ramos estaba claramente en esa situación. Además, le conté mi historia, le dije que había sido secuestrada durante la dictadura, que él era el represor que había entrado de civil a mi casa a cara descubierta, que me llevó a un primer campo de concentración, que en ese lugar me puso en situaciones estresantes siendo yo menor de edad, que a los pocos días me violó y que me torturaron… le conté todo ese periplo que sufrí. APU: ¿Cuál fue la respuesta que te dio? P.I: La respuesta en ese momento fue una vaguedad: “vamos a ver que hacemos...”, la nada misma. Lo importante no es la respuesta que me dio, sino lo que hizo y en todo caso lo que no hizo. Lo que debería haber hecho como intendente y como abogado, si querés como ser humano sensible, era iniciar un sumario y dejarlo cesante, pero no lo hizo. Ah, me dijo algo más que en su momento no entendí por qué me lo decía, me preguntó si tenía trabajo. Le dije que sí, por supuesto, soy arquitecta, me ha ido bien en la vida, no entendí el palo. Me pareció totalmente desubicada esa pregunta, mucho tiempo después deduje que podía ser un ofrecimiento laboral para hacerme callar. APU: ¿Este testimonio que contás estás dispuesta a mencionarlo ante la instancia de Juicio Político que se inicia en la Comisión de la Cámara de Diputados? P.I: Pero por supuesto, si siempre lo conté. No es algo que lo digo ahora porque me acordé anoche, esto es algo que yo he dicho siempre, que lo he denunciado siempre. Me parece que un miembro de la Corte Suprema debe tener idoneidad de credibilidad en su palabra y el ocultamiento de toda esta situación se repite cuando apoya el “dos por uno”, o cuando acepta entrar a la Corte por decreto, algo que contradice todos los usos y costumbres de la Argentina. También cuando revive una ley derogada por el Congreso para darle inmunidad a un represor, bueno ahí me parece que hay una línea de conducta. Ahora, yo no soy la persona que decide el juicio político, ni el estándar de ese juicio político, ni la culpabilidad o inocencia, yo voy y cuento esto. Hago lo que siempre hice. Patricia Isasa fue detenida ilegalmente en Santa Fe donde residía con su familia cuando tenía 16 años, siempre denunció el horror que vivió e incluso desde su página web está el testimonio completo y las fotos de sus captores, los mismos que mencionó en esta entrevista. Allí dice: “Quise testimoniar sobre este horror vivido, para que los culpables sean juzgados. Para que los represaliados (desaparecidos, asesinados, secuestrados, detenidos, presos, exiliados, familiares, amigos y compañeros) sean recordados y reconocidos en sus íntimas luchas. Para que se haga Justicia. Para que esta catástrofe, de la que soy víctima directa NUNCA MÁS se repita”
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