Escrito por Agencia Paco Urondo
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Martes, 11 de Abril de 2023 00:00 |
Por Mariano NievaDaniel Ritto es, quizás, el actor que mejor encarnó a ese mito en que se convirtió Luca Prodan. Primero, con la pieza teatral que estrenó en colaboración con el periodista Carlos Polimeni. Obra que fue llevada a la pantalla grande en 2002 por Jorge Coscia.
En conversación con Agencia Paco Urondo reflexionó sobre cómo Luca Vive le dio la posibilidad de convertirse en un artista popular, por fuera del teatro oficial. De la escuela de actuación que fue, para él, Cemento y El Parakultural, de la importancia de Lito Cruz para sus primeros pasos en escena y de X Sólo para mujeres, su nuevo espectáculo que se presentará el viernes 21 de abril, a partir de las 21 en El Alambique, Griveo 2350, CABA. “Creo que mi nueva obra, un policial urbano y exótico, es un claro devenir de Luca Vive, porque hay canciones de Sumo y porque siempre necesito volver a Luca Prodan”, subrayó. Agencia Paco Urondo: Con tu nueva obra X Sólo para mujeres volvés a reencontrarte con Sumo y con Luca Prodan después de 28 años ¿Cuesta despegarse de todo aquello? Daniel Ritto: Luca era un personaje que me gustaba muchísimo, un tipo al cual te lo podías encontrar por la calle con sus auriculares muy amable y cercano, cero estrella. Que cuando apareció en Argentina fue una explosión, porque vino a clarificar un poco las cosas cuando dijo: “El rock es sucio, malo y rebelde, lo demás es fucking mierda”. Por eso es que trato de actuar lo que me gusta metiéndome en los personajes que a mí me interesan. De esta manera elegí a Prodan junto con el periodista Carlos Polimeni y el director Pablo Silva. Primero, varios lugares nos dijeron que no por miedo a que los fanáticos de Sumo rompieran todo. Finalmente, la gente del teatro El Vitral fueron los únicos que se animaron a darnos cartel, en 1995. A partir de ahí, las funciones se sucedieron también en Córdoba, Mendoza y Rosario. Todos recuerdos emocionantes y amorosos porque “El Pelado” siempre transmitió mucho amor. Por ese motivo es que siempre tengo que volver a Luca, un papel que en mi vida nunca terminó de irse. Y en mi nuevo espectáculo, como bien decís, me reencuentro con lo obra de Prodan utilizando algunas canciones como “La rubia tarada”, “Mañana en el Abasto” y “El ojo blindado” APU: ¿Recordás las repercusiones que tuvo la Luca Vive cuando se estrenó tanto de los fanáticos como de la prensa? Porque no hay que olvidar que tanto Luca como Sumo son objetos de culto para mucha gente. D.R.: Recuerdo las funciones con una gran energía y, sobre todo, mucho amor. Porque la gente se daba cuenta que mi interpretación la hacía desde el corazón. Primero, porque Sumo era mi banda favorita por lejos, y segundo, porque cuando murió Luca me dio muchísima tristeza. Un tremendo artista que se fue muy joven y que tenía muchísimo más para dar en esta tierra. Por eso, me pareció muy importante homenajearlo con una obra de teatro. Me acuerdo que la primera crítica periodística que salió fue en el diario Página 12, firmada por Eduardo Fabregat, quien escribió: “Reencarnaré y seré un actor” APU: ¿Cómo fue la recepción en Uruguay del unipersonal? D.R.: Impresionante, allá parecía que lo amaban más que acá, incluso, una cosa de locos. Además, Luca entró, en una oportunidad, del Uruguay de polizón. Y como no tenía documentos fue a ver al abogado Albino Stefanolo para que se los tramite. Joe, lamentablemente, no llegó a terminar las diligencias por su fallecimiento. Así que Prodan, al menos en su paso por Argentina vivió y murió indocumentado. APU: ¿Cómo era la experiencia de ver a Sumo y a Luca en vivo? D.R.: Recuerdo verlos en el Parakultural y en Cemento, por ejemplo. Siempre se producía una verdadera fiesta. Sin embargo, no pude ver a Sumo en la cancha de Los Andes, en Lomas de Zamora, aquel 22 de diciembre de 1987, el cual terminó siendo el último recital que dio la banda con Luca porque al día siguiente se murió. Esa noche no pude entrar al show porque no tenía un peso y por eso lo terminé escuchando desde la vereda de la calle Portela. Ver a Prodan en escena con esa voz impresionante era algo fantástico donde nunca sabías qué podía llegar a pasar, porque el tipo estaba siempre al límite, física y mentalmente. Por eso, Sumo me hizo sentir por primera vez en mi vida que había un grupo de una potencia inusitada en la Argentina. Tiempo después, van a explotar Los Redondos. APU: En esa línea Ricardo Mollo dijo hace muchos años que cuando murió Luca y Sumo se desarmó, mucho público del grupo quedó huérfano y buscó refugio en Los Redonditos de Ricota. Lo cual, para el guitarrista, era razonable y estuvo bien. D.R.: Totalmente. El público se volcó directa y masivamente a Los Redondos. Me animo a decir, sin temor a equivocarme, que si hoy estuviera Luca vivo llevaría a sus conciertos tanta gente como ellos. Por otra parte, una vez en Cemento, Prodan subió a cantar con la banda del Indio y Skay “Criminal Mambo”, el tema que cierra Gulp! (1985) primer disco de Patricio Rey, y fue increíble. APU: ¿Cuál es tu formación actoral? D.R.: Empecé a estudiar actuación en Lomas de Zamora, donde viví hasta los 22 años, en el teatro Juvenilia. Allí hice mi primera obra, El centrofoward murió al amanecer, de Agustín Cuzzini. Después vine para Capital Federal, estudié con Lito Cruz y salí al ruedo presentándome en lugares como El Parakultural, Cemento, en todo el circuito under que existía por entonces. Hice un curso con Dominique De Fazio, y varias veces estuve en El Calibán, con Norman Briski, de quien hice un espectáculo y, además, quiero muchísimo. APU: Pensaba en lo que decías del Parakultural como uno de los lugares del under donde solías actuar. Y que te permitió, además, conocer tanto a la artista multifacética Marcia Schvartz como al poeta, actor y performer Fernando Noy, quienes luego van a ser colaboradores de la obra Luca vive. D.R.: Es verdad, gracias a Noy fue que conocí a Carlos Polimeni. Recuerdo que Fernando, una vez, me dijo: “Tenés que ir a ver a Carlos quien acaba de publicar un libro maravilloso sobre el líder de Sumo, tal vez puedan hacer algo juntos”. Se trataba de Luca. Un ciego guiando a otros ciegos (1993), un texto hermoso sobre el cantante que sirvió muchísimo para construir el guión de la obra. Y en cuanto a Marcia Schvartz, ella me regaló el pañuelo palestino que usaba Prodan, un objeto distintivo que terminó siendo todo un símbolo. APU: Más allá de haber visto a Luca actuar en vivo en recitales ¿De qué otra forma fuiste construyendo el personaje del que te servís para el espectáculo? D.R.: Me obsesiono mucho con los personajes. Con Prodan fue una cosa increíble, una vez Polimeni me dijo: “Andá a ver a Eliana Braier y Ruth Jaliff, dos alumnas del Colegio Nacional Buenos Aires que le hicieron un reportaje. Ellas te van a ayudar”. Así que di con las chicas que me hicieron una copia de la entrevista hecha en 1987 y me la pasé escuchándola todo el tiempo. Tantas veces al día que se me fue incorporando la voz casi sin darme cuenta. Es más, de ese material nació buena parte del espectáculo. Después, me pelé, comencé a usar lentes para sol y a caminar por las calles en ojotas, tal como lo hacía Luca. APU: En 2002 se estrenó Luca vive, la película ¿Cómo surgió la idea de llevar la obra de teatro a la pantalla grande? D.R.: La película surgió en el Celta Bar que está ubicado en la esquina de Rodríguez Peña y Sarmiento, en pleno centro porteño. En una oportunidad estaba haciendo el unipersonal ahí y me vio el director de cine Jorge Coscia, quien llegó a ser Ministro de Cultura de la Nación, y me dijo que la obra le había gustado muchísimo. Y mientras charlábamos y bebíamos cerveza me tiró la idea de hacer el film. Ahí empezó todo. Filmamos en Hurligham, en Villa Gesell, en Radio Nacional con Tom Lupo, Cemento con Omar Chabán, y en muchísimos otros lugares. Un largometraje que después de 20 años se sigue pasando y emociona a la gente. APU: Para finalizar, contamos algo sobre X Solo para mujeres, tu nuevo espectáculo pronto a estrenarse. D.R.: Creo que mi nueva obra, un policial urbano y exótico, es un claro devenir de Luca Vive, por lo revolucionaria que fue para mí. Porque recuerdo que el día del estreno en el teatro El Vitral, al haber tantas cámaras de distintos medios cubriendo el evento, la gente por la calle me empezó a gritar ¡Luca! Lo sigue haciendo hasta el día de hoy. Lo que siempre me hizo pensar que yo, sin ser un actor reconocido por el mainstream, de todos modos soy famoso y popular para un gran número de personas. Por eso la pregunta que me hago en esta nueva propuesta teatral es: ¿De qué vive un actor cuando no actúa? Porque, para la industria, somos muchos los actores y las actrices que no existimos.
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