Escrito por Agencia Paco Urondo
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Miércoles, 03 de Mayo de 2023 00:00 |
Por Enrique de la CallePedro Rosemblat es un militante que se hizo conocido por sus intervenciones ocurrentes en las redes sociales. Un camino que lo lleva desde Pibe Trosco al Cadete, ahora coordinando su último proyecto, el canal digital Gelatina.
Acompañado de un sector político más amplio, se ha propuesto participar de las elecciones venideras ofreciendo una alternativa dentro del peronismo porteño. AGENCIA PACO URONDO: ¿Existe un peronismo porteño? Si existe, ¿por qué no gana nunca? Pedro Rosemblat: No sólo existe un peronismo porteño sino que hay varios peronismos porteños. Parte del problema es que no todos están representados en eso que llamamos a secas “peronismo porteño” y eso reduce su capacidad de representación, de participación y de organización política. Hace mucho tiempo que ese peronismo está subordinado a la hegemonía macrista. Una subordinación que resulta más problemática cuando no se percibe una voluntad de perforar esa hegemonía. Hace muchos años venimos reproduciendo esa dominación cuando partimos de la base de que cualquier propuesta en la Ciudad tiene que ser digerible para un electorado caracterizado por nosotros mismos como “macrista”, es decir, cuando asumimos que la Ciudad es un territorio adverso al peronismo, por no decir “gorila”. Este planteo niega de entrada a su propia base de representación. Por eso creemos que en esta coyuntura es necesario repensar la construcción y organización de la fuerza política, abrir los canales de participación y construir colectivamente una fuerza que se proponga alguna vez derrotar al macrismo. Claramente, esto no se va a lograr yendo a buscar en cada elección el sostenimiento de las estructuras partidarias y desempeñando un rol testimonial en la Legislatura. Allí, todas las iniciativas, por muy buenas que sean, son rechazadas porque el macrismo tiene mayoría. Entonces, en la Ciudad en la que quisieron asesinar a Cristina y desde la cual el macrismo proyecta su hegemonía a nivel nacional, el kirchnerismo no puede ser una expresión relegada ni puede renunciar a la representación del campo popular. APU: ¿Por qué tu campaña está enfocada en la militancia y no en los y las trabajadoras de la Ciudad? Para ubicarte ideológicamente, ¿cuál es tu top 5 de referentes históricos? PR: La campaña tiene distintas etapas. En esta fase, estamos enfocados a la militancia. Siguiendo con lo que hablábamos antes, hay una tendencia en el peronismo porteño a construir candidaturas y campañas que tienen una valoración muy precaria de la militancia. Su rol queda reducido a la reproducción de discursos que se deciden en otro lado y están orientadas a un sujeto despolitizado: “los vecinos y las vecinas”. Entonces, como primer paso estamos planteando encuentros con la militancia y espacios organizados, encuentros abiertos del que pueden participar todas las personas y organizaciones que quieran. Aprovecho para pasar el chivo: a quienes les interese juntarnos, escriban a
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o escriban por whatsapp al 5491140813372. Desde ahí, construir colectivamente un programa que exprese nuestra identidad, que se haga cargo de este problema y desde ahí construya las propuestas que queremos someter a voluntad popular en las PASO. En cuanto al top 5, en orden de aparición: Perón, Evita, Néstor, Cristina y Charly García. APU: ¿Por qué decidiste ser candidato? ¿Representás al espacio de Juan Grabois? PR: Si bien la candidatura me involucra en lo personal, responde mucho más a una iniciativa que surge de Juan Grabois y Ofelia Fernández, para construir una expresión porteña de lo que vienen armando a nivel nacional. La propuesta consiste en construir una representación que se haga cargo de la identidad kirchnerista pero también incorpore la agenda de reparaciones sociales que Grabois llama “tierra, techo y trabajo”. Lo peor que podemos hacer es replicar lo del 2019, ir a una lista de unidad en la cual el kirchnerismo va relegado. Eso niega la conflictividad que estamos atravesando producto del fracaso de esa estrategia que sirvió para derrotar electoralmente al macrismo pero no para construir un triunfo político. Y esta propuesta supone también retomar una tradición histórica del peronismo en la cual las representaciones políticas expresaban a los distintos sectores del Movimiento, un tercio lo conformaban los trabajadores y las trabajadoras, que en aquel momento era el movimiento obrero organizado y hoy incorpora a los trabajadores de la economía popular, otro tercio para las estructuras partidarias, y otro para las emergencias políticas, como fueron las mujeres en 1951. También supone incorporar las “nuevas agendas” APU: ¿Pensás que a nivel nacional el FDT puede ganar? ¿Cómo? PR: Lo importante es pensar cómo contribuir desde la Ciudad a ese triunfo. De hecho, nuestro proyecto consiste en perforar la hegemonía del macrismo acá, la base territorial desde la cual se expandió a nivel nacional, conquistando provincias y algunos distritos fundamentales del Conurbano. Desde 2007, en la Ciudad se configuró un proyecto neoliberal y gorila que incluye un Estado con componentes represivos pero también con presencia en las plazas, las calles, los barrios y las redes sociales. Con un elenco gobernante que asume la dirección de los intereses de las clases dominantes asegurándoles los mejores negocios, y un tipo de interpelación que busca subordinar a las dinámicas del individualismo a una amplia base social. Resulta clave para que este proyecto prospere, la fragmentación de las clases populares. Para luchar contra este experimento es necesario generar una fuerza social plural que articule las organizaciones populares ya existentes, que desde hace años resisten al macrismo y tienen un proyecto alternativo. La discusión acerca de cuál candidata o candidato asegura más votos está lejos de rozar este problema. Nos proponemos disputar las PASO como inicio de este desafío a la hegemonía macrista. Y tiene que incluir las militancias que urbanizan los barrios y sostienen la olla; las luchas sindicales, en especial las docentes y del sistema educativo; las y los trabajadores de la salud que nos cuidaron en pandemia; al empuje de los superexplotados por el mercado laboral; los pequeños comerciantes asfixiados; los universitarios que llegan con lo justo y otros tantos actores sociales en clubes, asambleas y ferias. Nuestra participación en las elecciones quiere ser una plataforma de esas experiencias de democracia popular. En el lugar del “negocio inmobiliario”, el derecho a la vivienda; en el lugar de las fortunas en publicidad, una escuela pública de excelencia; en el lugar de la medicina como mercancía exorbitante, inversión en hospitales y salarios con acceso en los barrios; en el lugar de trabajadores precarizados, una apuesta por el salario. Vivienda, educación, salud y trabajo. Retomando: queremos ganar, sí, pero también reelaborar lo que consideramos un triunfo político. Ganar significa contribuir a que esta fuerza social alternativa pueda reagruparse y potenciarse. Vamos a enfrentarnos al disciplinamiento de las clases dominantes, sea a través de la inflación, el endeudamiento o directamente el intento de magnicidio. Vale la pena intentarlo en esta Ciudad, recuperando las memorias de la Revolución de Mayo, el 17 de Octubre, las militancias de los 70, la rebelión del 2001 y la lucha de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
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