Escrito por Agencia Paco Urondo
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Sábado, 27 de Mayo de 2023 00:00 |
25 MAYO DE 1973: Antonio Andrade: "Teníamos que dar la batalla por el retorno de Perón, era lo que el pueblo esperaba"Por Marcela Pantoja, Miguel Martínez Naón Agencia Paco Urondo conversó con Antonio “Toni” Andrade, militante de la Juventud Peronista y compañero del Canca Gullo, Jorge Villar, Daniel Velázquez, Turco Emilio De Lorenzo, Leo Bettanin, Chacho Pietragalla entre otros integrantes de una generación movidas por los ideales de Justicia Social.
El 25 de Mayo de 1973 asumió como Representante de la Ciudad de Buenos Aires junto al nuevo gobierno de Cámpora - Solano Lima. En esta charla recuerda esos años y aquella lucha popular que consiguió el triunfo del peronismo tras 18 años de proscripción. Agencia Paco Urondo: ¿Cómo fueron esos años de construcción política que consiguieron el triunfo de Cámpora? Antonio Andrade: En esos años surge una militancia heredera y continuadora de las luchas de la Resistencia peronista posterior al ‘55, fruto de la realidad que acontecía en el país, el Cordobazo, la ejecución de Aramburu, etc. Era una militancia apoyada en el pueblo peronista, cansado de las proscripciones y muertes producidas en los últimos años por las dictaduras represoras y asesinas. Yo tenía una florería en Cobo, enfrente estaba la cochería donde trabajaba el Canca. Y empezamos la conexión, me trajo unos libritos que se hacían para ayudar a los familiares de los presos, los vendíamos. Después cuando moría un pibito de la villa, le hacíamos los trámites, les llevábamos el cajoncito, lo poníamos atrás en una rambler, al familiar lo sentábamos adelante, le hacíamos el servicio fúnebre. Y así fuimos creciendo de a poco. Empezamos a concurrir a la sede del PJ en avenida La Plata, donde estaba Brito Lima. Con algunos inconvenientes nos fuimos asentando allí, también lo hacía la rama femenina del partido. No fue fácil. Gullo empieza a coordinar la conformación de la Juventud Peronista como una política de masa, movilizada, con trabajo y desarrollo; a diferencia del peronismo que tenía mezclado de todo y donde el vandorismo, que era parte de la burocracia sindical, disputaba su representatividad. En este sentido, se comienza a armar la JP. En el barrio iniciamos reuniones con algunos grupos que se acercaban, pibes que venían de Devoto, de Parque Patricios, y nosotros contentos porque se iba agrandando. Luego empezamos a hacer algunos actos, cortes de calle con banderas. El 17 de Octubre lo festejamos en la sede del Partido Justicialista, y el departamento de policía nos puso las tanquetas, nos reprimieron, salimos corriendo, cada uno saltó por donde pudo. A su vez la JUP que estaba más organizada, empieza a tener un papel protagónico y determina que los compañeros tienen que ir a trabajar al territorio. De ese modo, ayudaban a tener capacidad de organización, de formación; y a su vez, ellos mismos, vivían un poco la realidad del territorio. Conclusión, todos ellos se hicieron amigos, familias, cosas muy lindas. También se daba un contraste, porque venían al barrio pibes de otro estamento social; o iban los pibes de la villa a reuniones en casas de clase acomodada, donde por ejemplo aparecía la empleada y preguntaba: “niños quieren que traiga algo”, y entonces se ponían como locos (risas)...eran todos compañeros y hoy la mayoría están desaparecidos por la dictadura, lucharon por su pueblo para que la gente tuviera una vida feliz. En ese tiempo nos hicimos un grupo de amigos muy unidos con Gullo, Leo Bettanin, Chacho Pietragalla…Parábamos en un bar de Parque Chacabuco, cada uno terminaba de militar en su lugar y nos juntábamos ahí. Después armamos la Unidad Básica Mártires del Pueblo que estaba a dos cuadras de Avenida Cobo, la casa era de un compañero del sindicato del gas, que había sido boxeador. Todo esto generó un desarrollo tremendo, sentíamos que estábamos avanzando en organización y movilización. Teníamos que dar la batalla por el retorno de Perón, era lo que el pueblo esperaba. APU: Así surge el "Perón vuelve"... A. A.: Así comenzamos con el “Perón Vuelve” y las pintadas iban expresando los deseos del pueblo peronista, era algo determinante. Era un momento que discutíamos de todo, hasta en qué forma íbamos a participar de elecciones. Venían a hablarnos compañeros importantes como Avelino Fernández, un ejemplo de sindicalista, dirigente de la fábrica Volcán. También estaba Morresi que tenía una fábrica de calzados en Avenida Cobo, era bastante amplia y allí hacíamos algunas reuniones. Por otra parte, si bien, nadie vino a pedirnos la afiliación, nos afiliábamos igual para redoblar el hecho de que no pudieran decirnos que no éramos peronistas, pero no para participar de las internas. La Ciudad estaba dividida en 28 circunscripciones y no en comunas como ahora. La nuestra era la 23 y teníamos 12 Unidades Básicas y un gran desarrollo, movíamos mucho. Además, eran barrios peronistas: Pompeya, Flores Sur, de Directorio hacia el sur, Barrio Rivadavia, la villa que estaba cerca del arroyo, no la 1.11.14 que es ahora. APU: ¿Y cómo fue que llegaste a integrar la boleta de Ciudad? A.A: Los compañeros me pidieron que vaya de Representante, en ese momento no era ni concejal, ni legislador. Perón había nombrado a Juan Manuel Abal Medina como secretario del Movimiento quien estuvo en representación de todos los grupos y de Cámpora cuando se armaron las listas, garantizando la representación de la JP. APU: ¿Y de ahí en más cómo fue la campaña electoral? A.A: Para ese momento la sede del PJ ya era la sede de la JP y empezamos la campaña. Una de las cosas que armamos fue “Viajar para Votar”, para todos aquellos que querían hacerlo y eran de otras provincias salían los micros. Las colas eran de dos cuadras, además también podían visitar a su familia. Los micros salían llenos, con banderas, para todo el país. Fue una cosa espectacular. Y después, al margen de colaborar con la oficial, hacíamos campaña como nosotros queríamos. El acto de Independiente fue el cierre de campaña. Vino el Tío y largamos la consigna "Cámpora al Gobierno Perón al poder". La JP éramos la mayoría, movilizábamos miles de personas, en ese momento creamos los cordones de seguridad, para no permitir que se infiltren provocadores. Ya el 11 de Marzo, en las elecciones, se produjo una cosa que no muchos recuerdan, ni se resalta: y es que ganamos en las 28 circunscripciones de la Capital, un distrito siempre negativo para el peronismo. Esto se notó en la calle, la alegría de la gente, los autos, la participación de sectores medios, algo que ya se había visto con el primer regreso de Perón. Para nosotros era un objetivo muy grande, como para la mayoría del pueblo, era como volver a vivir el primer peronismo. APU: ¿Cómo recordás la jornada del 25 de Mayo? A.A: Lo viví de un modo muy especial. Anteriormente habíamos tenido reuniones con los representantes electos para ver cómo armar las comisiones. Ahí Unamuno me invitó a su casa para conversar y le comenté que quería enviar al Congreso una minuta de comunicación para pedir la liberación de todos los presos políticos y sindicales. Para poder hacerlo empezamos a funcionar a las 00hs del 25 de Mayo. Presentamos la minuta, la firmaron la mayoría de los integrantes del Frejuli. Mientras estábamos en la sesión nos avisan que la Plaza explotaba de gente. Después me enteré que el Canca fue a la terraza de la Casa de Gobierno y estaban los milicos con ametralladoras y les dice: “pero qué hacen ustedes acá? retírense”. Y un milico le contesta: “usted quién es”. “Cómo quién soy yo, nosotros somos gobierno, váyanse”. Y los milicos le dicen: “No nos vamos”, y el Canca les patea las cosas, les dice “retírense todos ya, no pueden estar más acá, entienden? vayan a su regimiento que esto no es un regimiento, es la Casa de Gobierno”. Después de eso Leo Bettanin y el Ruso de La Plata toman el micrófono del placo y empiezan a conducir y a cantar consignas hacia la movilización: “Chile, Cuba, el pueblo te saluda”; “Se van, se van y nunca volverán” Luego nos avisan mientras estábamos en la sesión que había enfrentamientos entre la Infantería de Marina y la JP por la avenida Paseo Colón. En la Sala se decide mandar una representación al Departamento de Policía, y se determina que sean Osvaldo Carrozo, Mario González y yo. Nos presentamos allí y pedimos hablar con el Jefe. “No, jefe de policía no hay”, nos dicen. “Bueno con el que esté a cargo de la repartición”. Nos hacen subir y sale un tipo con mucho rango pero se ve que estaba durmiendo y no muy preocupado, era una sala como de James Bond. Pregunta qué pasa y le contesto: “lo que ocurre es que usted sigue mandando a su gente ¿no se dió cuenta que se acabó la dictadura, que no están más los militares?”. Nos responde “No, es que nosotros tenemos que tratar de…”. “¿Tratar qué? ¿no se da cuenta que eso es una provocación, y que la gente ve un uniforme y le da bronca?”. Y contesta: “y bueno, pero entonces qué quiere que hagamos?”. “Deje todo en manos de la Juventud Peronista que se va hacer cargo y va ver que todo se normaliza”. Y dice: “¿ustedes se hacen responsables?”. “Si” Así lo hicieron. En la revista ASÍ sale el hermano del Canca que está desaparecido llevando en cana a un cana. Está la foto, cagándose de risa. Después el tipo nos ofrece café, nos empieza a hablar, a decir que ellos querían colaborar, por la pacificación del país, etc. Al rato viene otro y le dice “permiso jefe, es para informarle que se normalizó todo, la Juventud Peronista se hizo cargo”. ¡Lo que fue ese momento! Les juro que se los cuento hoy y no lo puedo creer, porque era mostrar la capacidad organizativa que tenía la Juventud Peronista. APU: Y estaba todo el pueblo en la calle… A.A: Sí, era una fiesta del pueblo, que se congregaba, que se sentía protagonista por el triunfo del gobierno que asumía. El pueblo es todo. Cuando tenés el pueblo atrás, agarrás un tanque y le ponés un corcho. Con el pueblo atrás es fácil, muy fácil, el problema es cuando dejás de tener el pueblo, ahí perdiste. La idea era llenar la plaza, que fuera una celebración, la alegría del pueblo, sin ningún disturbio y que lo convocara únicamente el triunfo, la consagración de una lucha para volver a tener una patria con justicia social y soberanía política. Todos estábamos ahí, junto al Tío, todos. Kirchner lo pinta muy bien cuando cuenta que él estuvo, fue una alegría… A la noche se hace la reunión de asunción de mando en Sala de representantes. Al Canca el Tío lo había nombrado Secretario de Juventud del Gabinete. Vamos con mi compañera, cuando llegamos estaba Cámpora recibiendo, y lo acompañaban Allende y Dorticós. Me presento, los saludo y les digo: “la verdad para mí, en mi vida esto es un hito, es conmovedor” APU: Después, está la salida de militantes presos de Devoto. A.A.: Ya estaban por liberar a los compañeros presos y nos avisan que se arma despelote en Devoto. Salimos para allá con otros muchachos, una diputada y mi esposa, que luego por cómo se había puesto la cosa le pedí a una señora que estaba en la vereda si no la dejaba pasar a su casa y me dice: “claro, cómo no!”. Luego me contó mi mujer que eran como 20 las personas que estaban ahí adentro. Ya empezaban a salir los presos (ahí estaban compañeros como Abal Medina y Esteban Righi). Salían en micros, abarrotados, todos abrazados y eufóricos y con la alegría de saber que volvía la libertad para seguir en la lucha. Los que salían del ERP iban al sindicato de los maestros y a los nuestros los llevabábamos a Av La Plata, a la sede del PJ. De ahí regresamos a la ceremonia, ya era tarde y había quedado parte de la comida, entonces con el Canca le pedimos al Tío: “escúcheme doctor, mire toda la comida que hay acá ¿Podemos llevar lo que queda para los compañeros liberados que están en la sede del PJ?”. “sí, cómo no” dijo Càmpora. Llamó al encargado y Los Dos Chinos que hacían el servicio mandaron las camionetas con morfi, chupi, hermoso… Después vino lo más triste. Los compañeros que presionaban por abrir las puertas fueron reprimidos con balas desde adentro del Penal. En esa represión cae muerto un joven de la JP de 17 años. Yo estaba en mi casa con un compañero mirando la televisión. No se sabía quién era porque no tenía documento, así que fuimos hasta el hospital para averiguar y poder comunicarle a la familia. El pibe era de Devoto y estaban sus compañeros. Había que avisarles a los padres y nos piden que lo hagamos nosotros. Llegamos a la casa, un hogar sencillo. Sale una señora, de unos 70 años y pregunta llorando: “¿Qué le pasó?”. “Aparentemente está herido, grave” le decimos. Le avisa al marido (inmigrantes de la primera etapa, laburantes). Nos pregunta: “¿Está muerto?”. Y yo: “Está internado“ Volvimos al hospital, nos esperaba el director. Nos llevan a la morgue y el padre impactado lo reconoce y comienza hablar solo: “Es él, esas medias y el calzoncillo se lo compré la semana pasada”. Ni una lágrima, en silencio, con su sufrimiento no habló más. Lo llevamos a la casa, ahí nos enteramos que el hijo era adoptado. Lo tenían desde los 2 años. Los acompañamos en el llanto, nos quedamos ahí, la madre se preguntaba: “¿y ahora? ¿Qué vamos hacer?”. Le dijimos que los compañeros se iban a hacer cargo de todo y que iban a estar a su lado. Vino el sepelio, nos pidieron que por favor no los dejemos solos, así que ahí ya hablamos con los militantes del barrio, y por supuesto les pedimos que no lo abandonen… Pero todo no terminó allí, después tuvimos que ir a sacar a otro grupo de compañeros que habían caído en una comisaría de Devoto, serían unos 7 en total, 3 mujeres, eran compañeros responsables de la JP. Salieron. APU: ¿Qué es lo que más destacás o recordás del gobierno de Cámpora? A.A: Primero que nada, que cambió la forma de gobernar, y el pueblo se sintió parte del gobierno. Se trató en seguida las recomposiciones salariales y otras reivindicaciones. Igual, pensemos que duró poco y desde un primer momento toda la burocracia sindical y la derecha del peronismo, que no habían logrado su objetivos, querían revertir la situación y comenzaron a hacerlo desde el primer día. El gobierno sólo duró 45 días, luego de Ezeiza comenzó otra historia. Lamentablemente el pueblo peronista no salió favorecido. Con la renuncia de Cámpora y la asunción de Lastiri comenzaron los ataques a los gobernadores de la Tendencia y a los que habían luchado por el regreso de Perón y del peronismo.
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