Escrito por Agencia Paco Urondo
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Martes, 01 de Octubre de 2024 15:22 |
Por Nicolás Adet LarcherNayet Kademián es politóloga e investigadora. Conversamos con ella para tratar de comprender el escenario político actual, abarrotado de internas y políticas económicas que afectan día a día a la población.
APU: A nueve meses de la asunción de Javier Milei y con una oposición fragmentada que no termina de armarse, ¿Cómo ves el mapa político de hoy? NK: Si Javier Milei ha registrado alguna caída en su imagen y en el nivel de aprobación de su gestión, eso tiene que ver más con su programa económico que con lo que están haciendo las oposiciones. Lo digo de ese modo porque la oposición aún está muy fragmentada y creo que de todos esos desgastes internos el más llamativo es el del kirchnerismo, La Cámpora, el factor que responde a Kicillof, lo que responde a Máximo Kirchner. Eso da cuenta de que la política todavía no terminó de procesar por qué ganó Milei y por qué la política Argentina produjo a Milei, que justamente es un hijo sano de esa política. APU: Ahora el tema es que Milei presenta su gestión como “el ajuste más profundo de la historia de la humanidad” y han pasado los meses y su imagen sigue siendo relativamente alta. NK: A esta altura tanto Alberto Fernández como Mauricio Macri tenían 20 puntos más de aprobación en gestión e imagen positiva de la que Milei tiene hoy. El presidente hoy tiene unos 42 puntos de aprobación de gestión, hace unos meses ese número se mantenía estable, pero hoy son más las consultoras que están mostrando que eso cayó para el presidente. Hay un dato de la consultora Zuban Córdoba que en su último informe muestra indicios de que la paciencia social se rompió, ¿por qué? porque la gente no llega a fin de mes, porque el plan económico ha tenido como resultado bajar la inflación, pero no ha mejorado aún el poder adquisitivo y esa es una demanda urgente. En ese sentido se podría decir que el peor enemigo de Milei es el tiempo. APU: Si uno piensa en la fragilidad política del gobierno y la metáfora de las balas que entran cuando aparecen denuncias o escándalos políticos, ¿qué es lo que realmente ha repercutido en términos simbólicos sobre el relato del gobierno en estos últimos meses? NK: No lo sé aún, no lo tengo tan claro, pero cada vez que Milei tiene actos que son propios de la vieja política creo que hay algo que lo asemeja a esa casta que tanto denuncia. Creo que, por ejemplo, el asado que sucedió hace unos días con los 87 diputados a los que llamó héroes da cuenta y es una manifestación de eso. De cómo al momento de acceder al poder se comienzan a perder de vista aquellas cosas que su espacio denunciaba. De repente Agustín Romo nombra a catorce familiares y amigos en una entidad pública simplemente porque puede, entonces hay algo ahí en donde el presidente deja de ser una novedad. En ese sentido tampoco fue menor la caída en el nivel de rating cuando fue a presentar el presupuesto. No es menor porque estamos hablando de un presidente mediático y porque también estamos percibiendo que la gente se aburrió de ese show. Me parece interesante para tener en cuenta. APU: Hablamos mucho de Milei porque domina gran parte de la agenda, pero te hago otra consulta: ¿cómo ves la interna peronista? NK: Me parece que la interna entre Axel Kicillof y Máximo Kirchner no es una interna peronista, es una interna de la provincia de Buenos Aires. Yo soy cordobesa y vos sos santiagueño, entonces esa discusión para nosotros no tiene ningún asidero. Lo que ha pasado en el último tiempo es que el kirchnerismo se refugió en la provincia de Buenos Aires y la verdad que hoy no lo veo muy distinto a lo que puede ser una expresión política provincial. Es decir, se ha conurbanizado por completo. Me parece que ésta interna da cuenta de esa conurbanización del peronismo. Creo también que hay todo un sector que responde a Máximo que es muy nostálgico en sus modos, en sus formas y creo que ahí me da la sensación de que esa militancia es desde el recuerdo. La realidad es que hoy la gente jóven votó a Milei y no se está interpelando, ni seduciendo a ese electorado. No se puede interpelar desde un recuerdo, desde algo que nunca viviste, no es efectivo para la oposición insistir en eso. APU: Me voy a una escala más global. Uno mira por un lado a un presidente que gestiona a regañadientes lo político, lo social y lo económico de un país, pero que se ve mucho más cómodo cuando brinda discursos en foros internacionales como si se tratara de alguien que pretende imponer un nuevo orden mundial. NK: Vos sabés que hace poco leí un tuit que decía que hoy se está utilizando la política exterior como herramienta para hacer política interna, más desde lo ideológico. Primero es el show, la espectacularización constante y después lo demás. Hay algo en querer mostrarse afuera como el número uno para que lo veamos desde acá. Creo que si de repente a los argentinos nos dejaran de importar los shows que está haciendo el presidente afuera, probablemente dejarían de tener efectividad. El uso de fondos públicos para realizar viajes permanentemente a congresos partidarios no cae bien entre la gente y eso se ha registrado en estudios realizados también en Córdoba, donde los consultados ya no están de acuerdo con eso. Yo me pregunto: ¿dónde está el presidente cuando Córdoba se está prendiendo fuego? Tres provincias se incendiaron estos días. Eso me sale como reacción natural y obvia, preguntarme qué está pasando con la gestión. Eso que se produce en la gente posiblemente se profundice y todo va a depender de cuál va a ser la situación económica. Si eso mejora, si el gobierno logra tener un nivel de recuperación, de crecimiento, de mejor poder adquisitivo, a lo mejor tenemos Milei para rato. Ahora, si la situación económica continúa como ahora, acumulando pobreza, desempleo, informalidad y pérdida de los salarios, posiblemente sea más complejo. Igual vuelvo a esto: hoy no existe una oposición que pueda capitalizar los errores del gobierno. APU: En estos días aparecieron algunas declaraciones del Papa Francisco en esa línea y sectores de La Libertad Avanza se apuraron en señalarlo como el líder de la oposición. En la prédica mundial de Milei y en el peso global de las palabras de Francisco, ¿qué se juega?, ¿qué lectura se puede tener en términos de performatividad política? NK: Francisco fue muy prudente en esperar y hay un cuestionamiento fuerte a la política de Milei, pero no olvidemos que el presidente se ha dedicado a insultar constantemente al Papa. Ahora…a mí me cuesta pensar que haya un traslado directo de esa discusión a la arena política local. Creo que estamos en un momento donde todo lo que sea discusión ideológica, de dirigentes, no tiene ninguna incidencia en una realidad en el que la gente no puede llegar a fin de mes. Sí creo que es importante concentrar la atención en la paciencia, eso es lo que Francisco observa: en la Argentina la paciencia ya no es la misma. La paciencia no está dada por una cuestión ideológica, está dada por el límite material de la gente. Hoy 7 de cada 10 argentinos dicen que al ajuste lo estamos pagando todos y hay un 60% que dice que no está pudiendo llegar a fin de mes o que llega con lo justo. Ese es el límite material en el que se da toda esta discusión. También noto que Milei no deja de perder esta característica de la sobreideologización de todo. Porque si vos me decís que estamos en campaña y es momento de polarizar con otra figura política es otro escenario. Milei hoy es el presidente y él y su núcleo duro se siguen comportando como si estuviéramos en elecciones. Como dijo Mario Riorda, hay una electoralización de la comunicación gubernamental. Entonces eso hace que no se pueda convencer a nadie del lado opuesto, a nadie que no lo haya votado. Zuban Córdoba muestra en una última encuesta que hay un 43% de la gente que te dice que la gestión de Milei no tiene ningún logro. Eso da cuenta de los niveles de polarización, que son totales y brutales. Es decir que el que está a favor del gobierno piensa una cosa, pero el que está en contra está muy en contra. Creo que eso es algo a tener en cuenta de cara al próximo año electoral, siempre poniendo el foco al contexto económico.
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