A 23 años de la crisis del 2001: "La explosión social estaba latente, faltaba ponerle fecha"

Este 19 y 20 de diciembre se cumple un nuevo aniversario de una de las crisis más emblemáticas de la historia argentina. A 23 años de la histórica movilización, que culminó con 39 muertos en todo el país como resultado de la represión policial, AGENCIA PACO URONDO propone un recuerdo histórico con testimonios de las jornadas, publicados a lo largo de los años.

Hannah Arendt definía así su observación en Israel del juicio a Adolf Eichmann, ex oficial SS de los nazis, secuestrado en Argentina en la década del 60, por un comando de la Mossad, en forma clandestina.
La filósofa alemana judía, detalló en forma precisa lo que se escondía detrás de un personaje, responsable de la muerte de millones de seres humanos en los campos de concentración nazis.
Eichmann recibió una orden de Hitler: planificar la eliminación de la “basura social” según el régimen, que incluía a judíos, gitanos, homosexuales, orientales y otras minorías no arias. Esa metodología a aplicar era una planificación estricta, con organización acabada de captura, traslado, barracas, duchas de eliminación, hornos para cadáveres, tratamiento de equipajes, dentaduras, alhajas, ropa. Además la determinación de quienes no morirían y pasaban a ser trabajo esclavo. No se dudaba ni por niños ni mujeres, sólo quienes servían o no a los fines de trabajo o “científicos”, como en el caso del doctor Menguele, siniestro personaje,  otro prófugo.

El marco de disputa permanente por espacios de poder o posicionamientos institucionales, crea un ambiente en el cual los objetivos de la política, que son aquellos que dan respuestas a las expectativas a las demandas y necesidades del pueblo argentino, se diluyen en un internismo lejano, referido sólo a la militancia partidaria.
Es una lucha legítima porque abre la discusión y no debería caer en el agravio fácil ni la denigración “del otro”, sino que por lo contrario retomar valores y virtudes doctrinarios, códigos de conducta que fortalecen la dinámica de construcción política a futuro.
Es una oportunidad de elevar el nivel de discusión política, que en general recorre la agenda del enemigo, antes que las propuestas que el peronismo tiene para ofrecer al pueblo y a sus aliados del campo nacional y popular, como objetivos de construcción de Patria.

Por José Cornejo

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